El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprobó hoy una propuesta para ampliar las aguas sobre las que se pueden realizar exploraciones en busca de fuentes de petróleo o gas que abarca la mayor parte de la costa del país.
La iniciativa pretende ampliar el territorio sobre el que poder realizar prospecciones con el objeto de encontrar nuevos yacimientos de estos combustibles fósiles, lo que ha generado un amplio rechazo.
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Por Matthew Daly
Washington, 4 de enero (AP).- El gobierno estadounidense allanó el camino el jueves para aumentar drásticamente las perforaciones petroleras marítimas, con un plan que permitiría esa actividad en las aguas frente a California por primera vez en más de tres décadas.
El plan, que abarcaría cinco años, abrirá también tierras en la costa oriental que van desde Georgia hasta Maine y donde ese tipo de actividad ha sido prohibida desde hace décadas. Muchos legisladores de esos estados apoyan las perforaciones, aunque los gobernadores de Virginia y Carolina del Norte, ambos demócratas, se oponen.
El Gobernador de Florida Rick Scott, un republicano, se opone a las exploraciones frente a las costas de su estado, al igual que tres gobernadores demócratas en la costa occidental.
El Secretario del Interior Ryan Zinke anunció el plan el jueves, asegurando que el desarrollo responsable de fuentes energéticas impulsará el empleo y la seguridad económica y otorgará miles de millones de dólares a los esfuerzos de protección ambiental en las zonas costeras.
"Este es solo un borrador", dijo Zinke en una conferencia telefónica con la prensa. "No hay nada definitivo todavía y nuestro departamento seguirá en consultas con el pueblo norteamericano para poder llegar a una versión final".
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Las asociaciones industriales aplaudieron el anuncio, que presagia el más ambicioso plan de perforación petrolera offshore en varias décadas. El plan le hace seguimiento a una orden ejecutiva emitida por el Presidente Donald Trump en que se pide ampliar los derechos de perforación en aguas de jurisdicción federal.
Sin embargo, una coalición de más de 60 grupos ambientalistas denunciaron la iniciativa, afirmando que infligiría "daños severos e inaceptables" sobre la fauna y flora marina, las economías de las comunidades costeras y la salud pública.
"El mar no es el patio de jugar privado del presidente Trump, pertenece a todos los estadounidenses y el público desea verlos protegidos, preservados, no vendidos a las compañías petroleras", dice el comunicado firmado los líderes del Sierra Club, del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales (Natural Resources Defense Council), la Liga de Votantes a favor de la Conservación (League of Conservation Voters) y otros grupos ambientalistas.