El salario real, el que muestra si los ingresos de un trabajador le alcanzan para cubrir sus necesidades básicas como alimentación y vestido, cayó 12 por ciento en México durante el periodo 2005-2015, superando a países como El Salvador (-11 por ciento) y Honduras (-6 por ciento), de acuerdo con el informe “Panorama Laboral 2017” de la Organización Internacional del Trabajo.
Respecto al salario mínimo, de los 14 países analizados por la OIT, al final del periodo 2005-2015 apenas dos se mantienen aproximadamente al mismo nivel de líneas de pobreza que en el año 2005: México y Paraguay.
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Ciudad de México, 19 de diciembre (SinEmbargo).– México fue el país América Latina con la peor evolución de salario real durante el periodo 2005-2015, superando a El Salvador y Honduras, de acuerdo con el informe “Panorama Laboral 2017” de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En el periodo de análisis, los únicos países que presentaron contracción en los salarios promedios reales por mes fueron México (-12 por ciento), El Salvador (-11 por ciento) y Honduras (-6 por ciento).
En contraste, los países de la región con los mayores aumentos en el salario fueron Uruguay (54 por ciento), Argentina (45 por ciento), Chile y Brasil con 36 por ciento cada uno.
“De hecho, los tres países que registran contracciones de sus salarios reales promedio durante el periodo pertenecen a Centroamérica y México (El Salvador, Honduras y México). Los países del Cono Sur, por su parte, se concentran en la parte alta de la distribución, encontrándose los cinco entre los seis primeros países con mayores incrementos salariales”, señaló el documento.
El salario real muestra el verdadero poder adquisitivo que tiene un trabajador con su salario nominal, es decir, si sus ingresos le alcanzan para cubrir sus necesidades básicas como alimentación y vestido.
Respecto al salario mínimo y lo que éste alcanza para cubrir las necesidades básicas propias y de sus hogares, de los 14 países analizados por la OIT, al final del periodo 2005-2015 apenas dos se mantienen aproximadamente al mismo nivel de líneas de pobreza que en el año 2005: México y Paraguay.
El resto de las naciones registró mejoras de distinta magnitud. En el año 2005, había ocho países en los cuales el salario mínimo era inferior a dos líneas de pobreza urbanas. En el año 2014, por el contrario, cinco países tenían un salario mínimo inferior a dos líneas de pobreza por persona, aunque El Salvador y Uruguay estaban prácticamente en ese nivel.
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En el año 2005, seis países tenían salarios mínimos entre 2.0 y 2.9 líneas de pobreza, siendo Panamá el más alto con 2.8 líneas de pobreza.
En el año 2014 ya eran ocho los países que se encontraban en un rango entre 2 y 2.9 líneas de la pobreza, mientras que había tres países que alcanzaban o superaban por poco las 3 líneas de pobreza por persona: Costa Rica, Chile y Panamá.
MÁS EMPLEO, PERO CON MENOS SALARIO
A pesar de que el desempleo en México bajó 4 por ciento durante este 2017, la información de los salarios del sector registrado o formal entre el tercer trimestre de este año y el tercer trimestre de 2016 sugiere que en siete de los nueve países con información disponible los salarios reales aumentaron, y solo en dos se redujeron: Perú y México.
En 2017 el desempleo aumentó en nueve de los 19 países con datos al tercer trimestre, esto también es una evolución positiva comparada con 2016 cuando el incremento se registró en 13 países.
“La principal novedad de este Panorama Laboral 2017 es que, en general, se vislumbra el fin del deterioro generalizado en los mercados laborales registrado en los últimos años, y el inicio de lo que, de materializarse la aceleración del crecimiento esperada en 2018, será el inicio de una nueva fase de mejoramiento”, dijo José Manuel Salazar-Xirinachs, director de la OIT para América Latina y el Caribe.
Sin embargo, recordó que el desempleo es apenas la parte más visible del funcionamiento de los mercados de trabajo. “Hay otras dimensiones del empleo que deben ser objeto de atención por parte de los países de la región, como la persistente desigualdad de género, la falta de empleo para los jóvenes y los temas relacionados con la calidad del empleo que contribuyen a perpetuar la informalidad”, destacó.
La semana pasada, un informe del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) reveló que el 42 por ciento de la población ocupada en México tiene un ingreso laboral de hasta un salario mínimo.
El documento “Bajos salarios, informalidad y pobreza, la debilidad social del modelo económico”, señaló que si bien durante 2012 y en lo que va de 2017 se han generado 3.6 millones de empleos, la creación de los mismos se ha dado en los menores rubros de salarios, mientras que en los rangos de mayores ingresos se ha reducido.
El Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico precisó que de los empleos generados en lo que va de este año, 15.5 por ciento corresponde al rango de hasta un salario mínimo; entre 1 y 2 salarios se ubica el 21.7 por ciento de los trabajadores, entre 2 y 3 el 3.3 por ciento.
En contraste, en los rangos salariales mayores a tres salarios mínimos, entre 3 y 5 y mayores a 5, se tuvo una caída del -9.6 por ciento y -30.6, respectivamente.