Con la retirada de Estados Unidos del evento, se llevó a cabo en Puerto Vallarta, Jalisco, el encuentro preparatorio planeado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para configurar el Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada.
Puerto Vallarta, México, 6 de diciembre (Efe).- El Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada se debe redactar con sensibilidad y respeto a los derechos humanos porque trata de personas, no de mercancías, dijo a Efe la representante especial de la ONU para la Migración Internacional, Louise Arbour.
"No estamos hablando de tratado de libre comercio para el transporte de mercancías, bienes o dinero. Esto es sobre personas. Los propios migrantes, pero también quienes dejan atrás y las comunidades que los acogerán", apuntó Arbour en una entrevista con Efe en Puerto Vallarta.
En este balneario del estado mexicano de Jalisco culmina hoy un encuentro preparatorio para avanzar en ese Pacto Mundial (Global Compact for Migration, en inglés), que debe aprobarse a finales del 2018 pese al abandono del proceso de Estados Unidos en la víspera del inicio del encuentro.
Pese a esta decisión "lamentable", dijo Arbour, el proceso "continúa" y así se ha notado en Puerto Vallarta.
"El Pacto Mundial es el comienzo de un trabajo en las Naciones Unidas que durará décadas y décadas. Es la primera vez que la ONU realmente está lidiando con esto", aseguró.
Para la canadiense, designada para el cargo en marzo de este año, esta reunión, junto a las previas a nivel local y regional, están permitiendo avances, pese a los choques existentes entre países.
"Se ha construido mucha confianza y comprensión entre las partes, que llegan con distintos puntos de vista y expectativas. Será una negociación difícil, pero los Estados miembros están muy comprometidos", apuntó.
En enero se espera que se elabore un documento del secretario general del ONU, António Guterres, y el llamado "borrador cero", que redactarán los cofacilitadores de este proceso, México y Suiza.
El Pacto Mundial debe suponer un cambio de rumbo en las políticas migratorias, que en la actualidad son una amalgama de leyes nacionales y acuerdos entre países que generan un "entorno muy complejo".
"El desafío es tratar de dar un orden a todo esto", explicó la representante de la ONU, quien recordó que hoy día se calcula que hay 250 millones de migrantes económicos y unos 20 millones de refugiados.
De lograrse dicho pacto, llegará lo más difícil. Hacerlo pasar del papel a los hechos, un deseo compartido por todos los países, según reconoció Arbour.
"El pacto puede que no tenga la capacidad de lidiar con todo, pero debería dar un enfoque de trabajo más concreto. Y las cosas están sucediendo y sucederán si hay voluntad política", afirmó.
De esta manera, aunque el convenio no será vinculante, se espera que "políticamente" y "moralmente" se cumplan con los ambiciosos acuerdos a los que se espera llegar.
El reto será enorme, especialmente en un momento donde la opinión pública parece tan contraria a la migración. "Se debe cambiar esta percepción o será muy difícil hacer algún tipo de progreso", aseveró la experta.
En este sentido, Arbour lamentó que en los países ricos esta visión contraria a la migración esté tan extendida.
Para revertir la situación, continuó, se habrá de combatir el populismo y transmitir con mejor atino la visión de analistas y expertos, que coinciden en su mayoría en las ventajas del fenómeno migratorio para los países de acogida.
"Parte de este gran desafío estará en comenzar a inyectar esta narrativa más realista a los políticos, para que tomen las decisiones correctas", concluyó.
El evento de Puerto Vallarta concluye este miércoles con una última mesa de análisis y la ceremonia de clausura, en la que participa el presidente de la Asamblea General de la ONU, el eslovaco Miroslav Lajcak.