“¿Cómo se puede explicar eso como un enfrentamiento, como un fuego cruzado?'', cuestiona José Martínez Cruz, de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos, en entrevista con SinEmbargo. Y es que las matemáticas no dan: ¿un enfrentamiento de dos horas entre supuestos miembros del crimen organizado y policías deja seis civiles muertos y daños en los uniformes de los funcionarios?
La madrugada de Temixco revive otros capítulos: Tlatlaya e Iguala. Revive sombras y capítulos sangrientos de la historia reciente de México. Otra vez fueron inocentes los que habrían terminado con un tiro de gracia...
Ciudad de México, 5 de diciembre (SinEmbargo).- El enfrentamiento entre presuntos miembros del crimen organizado y policías en el municipio de Temixco, Morelos, resucita las dudas. ¿Cómo dos horas de refriega dejaron como saldo seis cadáveres de civiles, cinco agresores detenidos y sólo daños en los uniformes de dos funcionarios?
La madrugada del 30 de noviembre, integrantes de la Comisión Estatal de Seguridad Pública acudieron al número 238 de la calle Francisco I. Madero, en la colonia Rubén Jaramillo, Temixco, tras recibir una denuncia ciudadana. Ahí, les dijeron, se ubicaba una casa de seguridad donde “se presumía la existencia de personas privadas de la libertad''.
Sujetos armados abrieron fuego en contra de los uniformados cuando arribaron al sitio y estos repelieron el ataque. Las detonaciones se prolongaron durante al menos 2 horas y concluyeron cuando los presuntos integrantes de una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación se rindieron, según el reporte ofrecido la tarde del jueves pasado.
“En virtud de que los gritos al interior señalaban la existencia de una mujer, se optó por lanzar gas pimienta, momento en el que los agresores tomaron la decisión de entregarse, logrando la detención de Gilberto N, Carlos Alberto N, José Alberto N, José N, Brenda Elena N'', informaron autoridades.
Al interior del domicilio, se detalla en una ficha levantada en la escena, se hallaban los cadáveres de seis personas -supuestos familiares de los delincuentes-, quienes habrían quedado en medio del fuego cruzado.
Sin embargo, la versión del comisionado de seguridad, Jesús Alberto Capella Ibarra, no constata con los testimonios de los familiares y vecinos, quienes aseguran que los cadáveres presentaron tiros de gracia.
“Debe haber una investigación autónoma, con supervisión internacional incluso, dadas las repercusiones que tiene y porque, evidentemente, hay antecedentes como el caso de Tlatlaya, el caso de los 43 –y otros crímenes de lesa humanidad–, donde el gobierno trata de desviar las investigaciones en lugar de esclarecerlas'', destacó José Martínez Cruz, de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos, en entrevista con SinEmbargo.
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“FUE UNA MASACRE''
En presencia de la policía de investigación criminal y la policía de Morelos, a las 09:20 horas del jueves 3o, se inició el levantamiento de los cuerpos. Primero el bebé de dos meses, después las cuatro mujeres (de 67, 27, 40 y 22 años de edad, respectivamente), y al final, un menor de 13. Ninguna de la víctimas fue identificada.
Los elementos policiacos que participaron en el operativo fueron puestos a disposición de la Fiscalía General del Estado, “quien determinará su situación jurídica''.
La historia, la versión, levantó dudas, las cuales se incrementaron cuando mantas y palabras de familiares de los occisos salieron la luz. El novio de una de las víctimas aseguró, ante medios de comunicación, que los policías ingresaron a la casa y amenazaron: si los adultos no salían, “matarían a todos”.
El sábado 2 de diciembre, pobladores de Temixco se reunieron para dar el último adiós a las víctimas, las cuales, según las autoridades, fueron aniquiladas por estar en el lugar y momento equivocados y no por los oficiales que participaron en el operativo que incluyó la captura de un sujeto nombrado José Manuel N, familiar de un presunto líder del CJNG.
“Fue una masacre sin duda alguna. No se cumplió con ningún protocolo y algunos de los hoy occisos tenían el tiro de gracia. Entraron a la casa habitación sin ninguna orden de cateo'', dijo la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos a este diario digital.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos exigió, por su parte, una investigación a fondo y sanción para los responsables materiales (y a los que dieron las órdenes) en caso de que se compruebe que en aquella madrugada, en la Rubén Jaramillo, hubo una serie de ejecuciones extrajudiciales.
“No puede ser que esta situación simplemente se atribuya al exceso del uso de la fuerza, o a la impericia, etcétera. No, es producto de una situación de responsabilidad de mandos superiores, quienes deberían de ser alcanzados e investigados en su momento'', indicó José Martínez Cruz.
“¿CÓMO SE PUEDE EXPLICAR COMO UN ENFRENTAMIENTO?''
“¿Cómo es que dos policías, de acuerdo con la versión de Capella, recibieron algún impacto de bala en el uniforme, pero no sufrieron heridas? En cambio de los que se encontraban dentro, el número de víctimas es enorme. ¿Cómo se puede explicar eso como un enfrentamiento, como un fuego cruzado?'', cuestionó el experto en derechos humanos consultado, Martínez Cruz.
La Comisión de Derechos Humanos indicó, además, que profesionales deben dar un informe completo sobre cómo fueron privadas de la vida las seis mujeres, el menor y el bebé. “Es necesario que haya la intervención de una serie de peritos independientes para que pueda haber cereza jurídica, que hasta el momento, por parte del Estado, no se ha aplicado'', añadió.
La presunta ejecución extrajudicial ocurre en el penúltimo año del perredista Graco Ramírez al frente del Gobierno de Morelos, quien prometió, en el ya lejano 2012, que la violencia cesaría y habría resultados positivos en contra de la inseguridad.
Hasta el 20 de noviembre, 10 días antes del asesinato múltiple en Temixco, se habían registrado 731 homicidios en la entidad (514 catalogados como dolosos), de acuerdo con el conteo anual del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
“Toda la estrategia de seguridad no ha dado resultados. No inhibe la acción de los criminales y hay una serie de errores por parte de los encargados de esa estrategia. Los niveles de impunidad son muy altos. Estamos ante un escenario muy poco agradable, lejos del que quiere la gente: estar tranquila este fin de año'', lamentó Martínez.