El próximo 30 de noviembre, Agustín Carstens dejará el Banco de México para hacerse cargo del Banco de Pagos Internacionales (BIS) en Basilea. En días pasados la agencia Reuters señaló que el Presidente Enrique Peña Nieto tiene el tiempo contado para nombrar a su sucesor, de lo contrario se corre el riesgo de un vacío en una institución clave de la política económica.
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Por Gabriela Jiménez
Ciudad de México, 23 de noviembre (EconomíaHOY/SinEmbargo).– El Banco de México cambiará de titular el próximo 30 de noviembre, cuando su gobernador, Agustín Carstens, deje el cargo para ir a dirigir el Banco de Pagos Internacionales en Suiza. A dos semanas de que Carstens se marche, los mexicanos aún no conocen quién será su sucesor, pero sí los resultados que ha dejado en términos de los indicadores que el banco central tiene bajo su responsabilidad y que han sufrido cambios radicales a lo largo de siete años de gestión del aún gobernador.
De acuerdo con el propio Banco de México, su misión principal es preservar el valor de la moneda nacional a lo largo del tiempo y, de esta forma, contribuir a mejorar el bienestar económico de los mexicanos.
INFLACIÓN
El Banco de México tiene como objetivo una inflación del 3.0 por ciento con un margen de flexibilidad de un punto porcentual hacia arriba o hacia abajo, con lo cual, una inflación de entre 2.0 por ciento y 4.0 por ciento se considera "dentro del objetivo". Agustín Carstens recibió el cargo en 2010 con una inflación ligeramente por arriba de la meta, 4.5 por ciento. Banxico logró que el Índice Nacional de Precios y Cotizaciones se mantuviera por debajo de ese nivel durante cuatro años consecutivos, y a partir de 2014, con la llegada de las reformas estructurales, los precios bajaron a niveles récord. Particularmente la reforma en telecomunicaciones consiguió abrir el mercado a la competencia y por ende disminuir las tarifas a los consumidores, con lo cual el INPC alcanzó niveles cercanos al 2 por ciento entre 2015 y 2016.
La historia cambió a partir del "gasolinazo", el alza de los precios de los combustibles que se dio el 1 de enero de 2017, de cerca de un 20 por ciento, que hizo subir los precios de los productos y servicios de manera generalizada. También ha contribuido la depreciación que ha sufrido el peso frente al dólar de manera constante a partir de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, con la divisa mexicana como principal receptor del nerviosismo de los mercados ante la retórica del mandatario estadounidense. Desde que comenzó este año, la inflación se ha disparado por arriba del 6.0 por ciento. Carstens se irá de Banxico con la inflación más alta en 16 años.
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TASAS DE INTERÉS
La tasa de interés de referencia es la tasa a la que presta el banco central. Cuando Agustín Carstens tomó el control de Banxico, ésta se encontraba en 4.5 por ciento. Entre 2010 y mediados de 2014, el banco central se ocupó de bajar gradualmente el costo del dinero para estimular la economía, permitiendo que se consumiera a un menor costo, dado que el crecimiento de económico estaba estancado (el PIB pasó de crecer un 5.5 por ciento en 2010 a un 1.4 por ciento en 2013). Durante ese periodo, Estados Unidos conservaba tasas de interés cercanas a cero, una política monetaria implementada tras la crisis financiera y con el mismo objetivo de estimular la economía. La diferencia entre la tasa estadounidense y la mexicana permitía que invertir y traer capitales al sur del Río Bravo aún fuera más atractivo que llevarlos al vecino país del norte.
Pero la Reserva Federal inició a finales de 2015 la normalización de su tasa de interés y comenzó a elevarla paulatinamente, con lo cual se incrementó el atractivo de Estados Unidos y Banxico se vio en la necesidad de pagar cada vez más por el ahorro en México.
El ritmo al que se ha elevado el costo del dinero en México se ha ido acelerando con la suma de la política monetaria de Estados Unidos, el factor Trump y una inflación por arriba de la meta y la incertidumbre sobre el resultado de la renegociación del TLCAN. Carstens dejará Banxico con las tasas de interés más altas desde 2009.
RESERVAS INTERNACIONALES
Las reservas internacionales son las divisas y el oro que está en propiedad del Banco de México y sirven para convertirse en medios de pago en caso de que sea necesario, por lo que se contabilizan en dólares.
El 2015 fue un buen año para las reservas internacionales, pues alcanzaron máximos históricos de más de 195 mil millones de dólares. Pero la incertidumbre en la elección presidencial de Estados Unidos convirtió al peso en un "termómetro" de los temores que había en el mercado de que Trump llegara a la presidencia. Progresivamente la moneda nacional fue perdiendo valor frente al dólar y el banco central se vio obligado a inyectar dólares al mercado para que la depreciación del peso no fuera mayor. En los días posteriores a la victoria de Trump el peso tocó los 21.05 por dólar al mayoreo y en las fechas cercanas a su toma de posesión escaló hasta los 22.
Proporcionalmente, las reservas internacionales han sufrido un deterioro que corresponde al uso de este capital por parte del Banco para normalizar el intercambio de divisas en nuestro país de cara a la volatilidad y a la especulación.
A ello se suma el hecho de que Petróleos Mexicanos, uno de los principales captadores de dólares que tiene el país por medio de la venta de crudo, ha disminuido drásticamente su producción, además de operar en un entorno de precios bajos.