Con un Estados Unidos muy desafiante y sin la participación de los ministros de Estados Unidos, México y Canadá, este viernes inicia formalmente la quinta ronda del TLCAN en la Ciudad de México.
Apenas esta semana, el Secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, advirtió que la ruptura del acuerdo comercial sería especialmente "devastador" para México.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón, reconoció que hay temas donde parece que "no hay margen de maniobra". Estos son en el plano automotriz, textil, agrícola y de solución de controversias, donde hay peticiones "intransitables".
La incertidumbre por la renegociación sigue afectando al peso, que lleva semanas en las 19 unidades por dólar y columpiándose al ritmo de declaraciones cruzadas.
Por Martí Quintana
México, 17 de noviembre (EFE).- Juega en casa, pero México no parece tenerlo fácil para lograr avances que le beneficien en esta quinta ronda de negociaciones del TLCAN que inicia hoy en la Ciudad de México con un Estados Unidos muy desafiante y en la que no participarán los ministros.
Sobre el papel, este encuentro del 17 al 21 de noviembre para modernizar el convenio comercial en vigor desde 1994 entre México, Estados Unidos y Canadá, no parece alejarse mucho de las reuniones anteriores.
Tal y como informó la Secretaría de Economía de México, se buscará avanzar en las propuestas ya presentadas por los tres socios.
Por primera vez, no participarán los ministros, un hecho que atribuyen a un acuerdo conjunto a fin de que sean los negociadores quienes "puedan continuar avanzando en los capítulos clave" abordados en la reunión anterior en Washington.
Serán 30 grupos técnicos que analizarán "propuestas presentadas" con anterioridad y avisarán a sus respectivos Gobiernos.
Sobre el papel no parece haber muchas alteraciones. Pero esta ronda viene antecedida por una cuarta en Washington donde el Gobierno de Donald Trump se mostró muy duro.
Ante la falta de progreso, se decidió extender el plazo entre rondas, alargando el previsible cierre de negociaciones a marzo de 2018.
Apenas esta semana, el Secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, advirtió que la ruptura del TLCAN sería especialmente "devastador" para México y pidió que el país latinoamericano y Canadá "entren en razón" y acepten un nuevo pacto.
El fin del TLCAN "sería mucho más dañino para ellos que para nosotros", dijo con dureza.
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El Secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, le respondió un día después recordando que muchas zonas de Estados Unidos, con fuertes relaciones comerciales con México, se verían afectadas por una eventual cancelación del tratado.
Como en otras ocasiones, apostó por un ganar-ganar-ganar que beneficie a las tres naciones, pero también fue claro: "Nadie en su sano juicio puede descartar la posibilidad de un desencuentro y, por tanto, tenemos que estar listos para todos los escenarios".
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, dijo a Efe que la patronal espera avances en "temas naturales" ya conversados con anterioridad y el cierre de capítulos importantes como el de servicios financieros, energía o comercio electrónico.
Pero el presidente de esta organización, que forma parte del llamado "cuarto de junto", que acompaña el equipo negociador mexicano, reconoció que hay temas donde parece que "no hay margen de maniobra".
Estos son en el plano automotriz, textil, agrícola y de solución de controversias, donde hay peticiones "intransitables", dijo el líder patronal.
Estados Unidos demanda aumentar la cuota de productos fabricados en el país, especialmente en el sector del automóvil, una pieza clave del pacto comercial.
También apuesta por implementar la cláusula "sunset", que obligaría a revisar este tratado en vigor desde 1994 cada cinco años y haría que quedara suspendido si alguno de sus tres miembros no estuviera de acuerdo en extenderlo.
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En principio, las negociaciones se extenderán hasta marzo del 2018, meses antes de las elecciones presidenciales en México del próximo julio.
Ello añade presión a las contrapartes, especialmente México, que puede cambiar el rumbo político en los próximos comicios.
"Yo creo que hay que seguir viendo la base de la negociación y ya veremos si se puede resolver antes de marzo, como se han propuesto los negociadores. Todavía es muy prematuro adelantar", apuntó Castañón.
Mientras, el sector empresarial y comercial mexicano, muy dependiente de las exportaciones a Estados Unidos, sigue en vilo.
Además, la incertidumbre sigue afectando al peso, que lleva semanas en las 19 unidades por dólar y columpiándose al ritmo de declaraciones cruzadas.
Si este miércoles se depreciaba un 0,94 por ciento hasta cerrar en los 19.33 pesos por dólar en el interbancario, el jueves repuntaba un 1.35 por ciento, hasta los 19.07.