Creeper: el primer virus informático capaz de expandirse sin límites por toda la ARPANET

08/10/2017 - 6:55 pm

Creeper era un código de apenas una líneas que no provocaba daño en los equipos, pero su creación demostraba que un programa podía expandirse por toda la ARPANET.

Ciudad de México, 8 de octubre (TICBeat/SinEmbargo).- Las recientes campañas de Wannacry’ y ‘NotPetya’ han situado las ciberamenazas en el punto de mira de la sociedad. Ya vemos cómo televisiones de todo el mundo y medios generalistas tratan, con más o menos acierto, esta clase de problemáticas, incluso elevando estos virus a la categoría de “ataques bélicos”, hasta el punto de crear falsos rivales (en esta misma página ya desmontamos la teoría de que Rusia fuera el principal vector de ciberamenazas) en una suerte de contienda digital todavía infravalorada.

Pero hubo un tiempo en que nada de esto era así. Un tiempo, en los anales de la informática, en que un virus tan solo se refería a enfermedades humanas y no a la computación. Un tiempo en que nadie podía ni imaginarse el revuelo que hoy causan todos los incidentes de ciberseguridad: malware, virus, gusanos, spyware, troyanos o ransomware. Y así hasta que se creó el primer virus de la historia.

Fue en 1972, cuando las computadoras ocupaban salas enteras de edificios muy selectos. Computadoras en el sentido estricto de la palabra, aunque su diseño y utilidades distan mucho de lo que hoy entendemos por PCs. En ese contexto tan inmaduro nació Creeper, un virus muy sencillo que se extendió como la pólvora por la red ARPANET (precursora de lo que hoy en día es Internet, aunque con usos exclusivamente científicos) entre las máquinas DEC PDP-10 con sistema operativo Tenex, aunque algunas fuentes señalan que el virus también afectó a los IBM Series 360.

Creeper se expandía sin límites por toda la ARPANET. Foto: Especial

Creeper apenas consistía de un sencillo código de apenas unas líneas que no provocaba daño alguno. no en vano, fue creado como un experimento para demostrar cómo un programa podía expandirse sin límites por toda la ARPANET. Entonces, ¿cuál era su ‘malicioso’ plan? Mostrar periódicamente en la pantalla del equipo el mensaje que ven en la fotografía superior de este artículo: “I’m a creeper… catch me if you can!” (“¡Soy una enredadera… alcanzame si puedes!“, en español).

Al igual que los virus que conocemos en la actualidad, Creeper era capaz de replicarse a sí mismo y expandirse a través de toda la red, de nodo en nodo. Aunque, a diferencia de las ciberamenazas de hoy en día, el virus se eliminaba de la computadora original en cuanto conseguía contagiar a su siguiente víctima, después de fingir que imprimía un archivo.

Un primer virus de la historia que trajo consigo, como una relación causa-efecto que hoy conocemos bien, el nacimiento del primer programa antivirus del mundo. Se trató, no podía ser de otro modo, de ‘Reaper’ (cortadora, en español), una solución que permitía la desinstalación del código en cualquiera de los equipos afectados.

EL DEBATE SOBRE CREEPER Y EL PRIMER VIRUS

Las computadoras DEC PDP-10 con sistema operativo Tenex fueron las afectadas por este virus. Foto: Especial

Aunque Creeper es, sin duda alguna, el primer código no deseable que se expandió por una red de computadoras, hay voces que se resisten a considerarlo propiamente como un virus. En contra de tal definición se encuentra el hecho de que Creeper no guardara ninguna intención oculta ni maliciosa. una combinación fatal que todavía se dilataría otra década.

En 1983, un estudiante de la Universidad de California del Sur (Fred Cohen) generó un programa capaz de modificar a otros softwares, incluyendo una copia de sí mismo en cualquiera de ellos. A su vez, estas copias podrían modificar otros programas nuevos y continuar de este modo con la expansión sin fin del código malicioso, accediendo incluso a los máximos niveles de privilegio de los sistemas VAX 11/750 en una media de 30 minutos.

Un año más tarde, cuatro expertos de Bell Computers crearon un juego denominado Core Wars. Esta suerte de plataforma permitía que distintos programas escritos en lenguajes similares al del ensamblador combatieran entre sí. El ganador era el primer programa que ocupara toda la memoria RAM del equipo contrario en el menor tiempo posible. O, lo que es lo mismo: colapsando el equipo por completo.

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