La tragedia en el Colegio Enrique Rébsamen cobró la vida de al menos 21 niños y 4 adultos. Hoy se confirmó que “Frida” o “Frida Sofía”, el personaje que alimentó la esperanza de millones, no existe. Autoridades federales alimentaron la mentira en reiteradas ocasiones y hoy ante las denuncias de que era falsa la menor sobreviviente al sismo, las autoridades recularon.
Pero en la zona, la tragedia no sólo está el centro educativo, Coyoacán y Tlalpan tampoco resistieron: edificios se vinieron abajo en San Francisco Culhuacán y en los Girasoles y gigantes de Emiliano Zapata, Churubusco, Nueva Oriental Tlalpan, Ejidos de Huipilco, Narciso Mendoza y Prados de Coapa.
Ciudad de México, 21 de septiembre (SinEmbargo).- Erick Castillo trabajó 48 horas en el rescate en el Colegio Enrique Rébsamen, en Tlalpan. Antes de que se diera a conocer que "Frida" no existía, abandonaba la zona furioso y advertía que todo era una farsa.
En un video compartido a SinEmbargo por el diario veracruzano 60 Minutos, el civil que se presenta como especialista en lugares derrumbados camina furioso con dirección a su automóvil, estacionado en la avenida Acoxpa, y lamenta la “mentirota del tamaño del mundo’’.
El rescatista alerta que ya no había personas atrapadas entre los escombros de la institución privada, donde 26 cuerpos (21 menores y 5 adultos) fueron rescatados tras el sismo que sacudió a la Ciudad de México el pasado martes.
“Los chicos ya están entregados físicamente a sus familiares. Los de secundaria están entregados a sus familiares, las personas de intendencia están entregadas a sus familiares, y la niña que tanto buscan, no existe’’, advierte Castillo.
“No sé si están esperando que se caiga y sea la noticia, porque definitivamente eso no se vale’’, afirma.
Después, el Almirante Ángel Enrique Sarmiento Beltrán confirmaba la denuncia: “Queremos puntualizar que con la versión que se sacó del nombre de una niña no tenemos conocimiento. Nunca tuvimos conocimiento de esa versión y creemos, no creemos, estamos seguros que no fue una realidad, puesto que, repito, se corroboró con (la Secretaría de) Educación Pública, con la delegación (Tlalpan) y con la escuela, la totalidad de los niños. Desgraciadamente algunos fallecieron, otros, repito, están en hospital, y otros están su casa”.
Pero en medio de ese huracán, también hay hallazgos, durante la madrugada los equipos de rescate hallaron el cadáver de una maestra de 58 años, quien permanecía entre los restos.
La última información es que un civil está entre las ruinas de lo que fue un centro de educación preescolar a media. Y la lluvia no deja la zona.
NO SÓLO ES RÉBSAMEN
Y como la falsa historia de "Frida", Coyoacán y Tlalpan tampoco resistieron.
En Coyoacán, edificios se vinieron abajo en San Francisco Culhuacán y en los Girasoles. Y en Tlalpan, gigantes de Emiliano Zapata, Churubusco, Nueva Oriental Tlalpan, Ejidos de Huipilco, Narciso Mendoza y Prados de Coapa, lo mismo.
El Colegio Enrique Rébsamen cayó y otras estructuras quedaron como castillos de naipes, recargadas unas de otras. Frágiles.
“¿Te cuento esos momentos? Fue el apocalipsis. No hubo manera de prevenirse. Se soltó con todas sus fuerzas. Cuando yo alcancé a correr 10 metros para llegar a la puerta, fue imposible salir. Era estar adentro de una licuadora. El ruido. Todas las cosas de adentro empezaron a volar, todo, todo [...]. Te aturdía’’, cuenta Julia, quien estaba en la torre vecina de la que se cayó en el Conjunto Urbano, a un costado de Calzada de Tlalpan.
“Cuando el edificio se desplomó, fue como si hubieras metido hielo a una licuadora. Fue, de verdad, impresionante’’, narró Julia. Al abandonar el edificio, ubicado a unos metros de la Calzada de Tlalpan, una cortina de polvo dejó ciega a la mujer. No pudo ver nada ni a nadie en los primeros instantes. “Parecía que me habían echado un costal de arena’’, dice.
Con la mujer viven su hija y su esposo, pero ellos estaban en la escuela y trabajo. Tuvo que salir por su propio pie y pasar a centímetros de personas atrapadas, sus vecinos. “En ese momento no piensas. Los vecinos estaban callados. Nadie daba crédito a lo que había pasado’’, lamenta.
Desde ese instante esperó en un banco ubicado al otro lado de la avenida. Aguardó a su esposo, quien venía caminando desde Barranca del Muerto, en la delegación Álvaro Obregón, y a su hija.
La entrevistada no aguanta las lágrimas cuando recuerda que mucha gente se quedó sin casa y ahora pasa las noches en los albergues, o bajo la lluvia.
– ¿Qué les dicen las autoridades?
– Hay versiones encontradas. Hay los que dicen que se tienen que demoler los edificios, hay los que dicen que sí tiene solución. No tenemos un peritaje serio hasta ahorita.
Habitantes de las zonas señaladas urgen a las autoridades a dar celeridad a los trabajos que les permitan retomar su vida diaria y que "dejen las fotos y los apapachos" paras después, pues la fila de edificios dañados aumenta.
Entre el desconcierto y la falta de respuestas, cientos en ambas demarcaciones pasarán la nota fuera de sus hogares, los cuales no cayeron, pero quedaron inhabitables. Desde Taxqueña hasta el Rébsamen, las edificaciones amenazan con caer.
Jóvenes, adultos y niños continúan llevando palas, picos y alimento a las zonas afectadas, pues el invento de las autoridades no elimina la tragedia ni el hambre.