México. 30 Ago. (Notimex).- El gobierno de la República reiteró su negativa a cualquier forma de legalización de las drogas, pues las condiciones sociales, de violencia y de diversificación criminal traería consecuencias negativas a la sociedad, además de que se requiere una decisión global, en la que México no puede actuar unilateralmente.
Durante el Foro “Regulación del Mercado de Drogas en México” que se realiza en el Senado de la República, el Secretario Técnico del Consejo de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré Romero, aseguró que el surgimiento de la violencia en México fue porque el “cártel del Golfo” creó a un grupo de sicarios a través de “los Zetas” que se dividieron y luchan por el control de los territorios.
Ante legisladores, intelectuales y periodistas, Alejandro Poiré sostuvo que la simple legalización de las drogas no frenaría la violencia que vive México, porque ésta tiene sus orígenes en otra clase de delitos que se vinculan con el comercio, producción y distribución de drogas, pero sobre todo por el control de la actividad criminal en los distintos territorios del crimen.
Además aseguró que el problema del comercio de las drogas y el consumo es un asunto de orden global, en donde el cambio del marco legal en un país, no resolvería el problema y coincidió con el senador panista Felipe González presidente de la Comisión de Seguridad Pública, quien sostuvo que si se legalizara el comercio de las drogas aparecería de cualquier manera un mercado negro que mantendría la operación de los grupos criminales.
En ese sentido, el legislador de Aguascalientes sostuvo que de legalizarse el mercado de las drogas podría aparecer un mercado similar a lo que ocurre con la piratería, que ataca y atenta contra la industria legalmente establecida y no acabaría la confrontación entre las bandas.
El legislador señaló que no hay condiciones para la legalización de las drogas, pues lo que rige es un política mundial prohibicionista y sería necesario promover un cambio, aunque no existe un consenso internacional para aplicar una política abolicionisa.
A su vez el empresario, Alberto Santos de Hoyos sugirió que el Estado Mexicano debe tomar el control del mercado de las drogas que hoy está en manos de la mafias, como lo hace con el tabaco y el alcohol.
Asimismo, señaló que a lo largo de cuatro décadas “el mundo ha protagonizado una guerra e contra de las drogas que ha demostrado que es un fracaso, las adicciones siguen creciendo y la violencia, especialmente en México ha llegado a niveles intolerables”.
Reconoció que la drogas legales e ilegales son sustancias negativas “pero también sabemos que el mercado ilegal no se va a acabar con la prohibición. La prohibición ha criminalizado hechos que no son delitos desde la lógica y el propio Estado es el que los ha criminalizado
Agregó que “cuando se encarcela a un capo aunque parezca un éxito, no se encarcela el negocio de las drogas, el negocio sigue vivo y se genera más violencia por el control de los territorios y las lealtades al jefe criminal”.
Adrián Lajous, en representación del escritor Héctor Aguilar Camín, sostuvo que la discusión sobre la legalización o prohibición, no es más que la discusión de los problemas que deben resolverse porque una y otra opción generan conflictos.
Por un lado sostuvo que la prohibición genera mercado negro, violencia, falta de información y muerte por el consumo de sustancias no reguladas, mientras que con la legalización tendría que atenderse asuntos como la educación, las políticas de salud pública y la regulación en sí.
Reconoció que de legalizarse las drogas se estaría generando una serie de intereses de los empresarios concesionarios, sin embargo, fue tajante al señalar que también los empresarios del tabaco y del alcohol tienen intereses.
Por ello, lanzó una pregunta: “si es preferible que el Estado lidie con los intereses de los empresarios del alcohol y el tabaco o si debe seguir lidiando con los intereses del crimen organizado”.
A su vez, el periodista Sergio Sarmiento reiteró que la lucha mundial contra las drogas no ha dado resultados, simplemente es un fracaso, y aclaró que la legalización no es la panacea, porque los carteles no dejarían la vida criminal de inmediato, pero sí les restarían gran parte de sus ingresos.