El PRD llega al Frente Ciudadano por México con el PAN en uno de sus peores momentos de su historia y totalmente debilitado, en manos de unos cuantos fundadores reducidos a la tribu de “Los Chuchos”: Jesús Zambrano y Jesús Ortega, y con los más importantes representantes de la izquierda fuera del barco perredista.
En ese contexto, el partido tiene pocas posibilidades de llevar a la mayoría de sus candidatos a los puestos de elección popular que se elegirán para 2018 e imponerlos sobre los del blanquiazul, por lo que queda a expensas de lo que los panistas quieran ceder. Por supuesto, no será la candidatura a la Presidencia de la República y, si acaso, algunas gubernaturas y puestos en el Congreso de la Unión, coincidieron analistas políticos consultados por SinEmbargo.
Se trata de una ecuación sencilla en la cual el que tiene más votos y más posiciones logrará acomodar más cuadros, pero en esa ecuación el Sol Azteca sale perdiendo.
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Ciudad de México, 10 de septiembre (SinEmbargo).– En las negociaciones de las candidaturas para los comicios de 2018 el Partido de la Revolución Democrática (PRD) llega tan debilitado al Frente Ciudadano por México, que a la hora de negociar con el Partido Acción Nacional (PAN) y hasta con Movimiento Ciudadano (MC), debe olvidarse de posicionar a un candidato que salga de sus filas para competir por la Presidencia de la República y conformarse con algunas gubernaturas y cargos locales, dijeron analistas políticos a SinEmbargo.
Aunque los analistas ven inviable una candidatura presidencial emanada del Frente, debido a la división que existe al interior del PAN, afirmaron que de darse, serán los panistas quienes decidan al abanderado de la coalición, mientras que el PRD tendrá oportunidad de apuntalar algunos candidatos al Congreso de la Unión, gobernadores y otros cargos locales, únicamente en los estados en donde es más fuerte que los panistas y que Movimiento Ciudadano (MC).
Sin embargo, después de las últimas elecciones, el PRD se ha visto mermado en su fuerza en todas las entidades en donde llegó a liderar los gobiernos estatales, y le queda prácticamente un liderazgo compartido con el partido que preside Andrés Manuel López Obrador Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en la Ciudad de México.
“En la candidatura presidencial la voz cantante la lleva el PAN, porque es el que más votos aporta. Las otras candidaturas serán para el partido que es más fuerte en los estados. Por ejemplo, en Jalisco es Movimiento Ciudadano y en la Ciudad de México el PRD”, explicó José Antonio Crespo Mendoza, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
El domingo 1 de julio de 2018 se votarán 3 mil 326 cargos de elección popular como Presidente de la República, diputados federales, senadores y habrá elecciones locales en 30 estados del país donde se elegirán distintos cargos, entre ellos nueve gobernadores, incluyendo al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México
El 23 de agosto la encuesta de El Universal/Buendía&Laredo dio a conocer que Morena encabeza las preferencias electorales con 23 por ciento de la intención de voto, seguido por el PAN con un 19 por ciento, y el PRI con un 16 por ciento, mientras que el PRD cuenta sólo con el 6 por ciento.
Es decir, el PRD está 10 puntos porcentuales por debajo del PAN y, aunque en varios estados el partido gobierna en alianza con el blanquiazul, no cuenta con un poder real en el Gobierno.
“El PRD tiene cada vez menos fuerza. Cuando tenía más posibilidad de negociar las candidaturas fueron en las elecciones pasadas, y fue con los candidatos del PAN. Ahora se sigue desfondando, ya con corrientes completas que se van con López Obrador. En estas elecciones llega más débil y desdibujado que nunca. Prácticamente se está quedando con el cascarón y le costará mucho trabajo negociar sus candidatos en un Frente con el PAN”, dijo Ivonne Acuña Murillo, académica del departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana (UIA).
La investigadora opinó que incluso competirá con MC, el partido de Dante Delgado Rannauro, el cual lleva una estrategia más inteligente que la del PRD, dijo.
“MC ha retomado candidatos fuertes que son rechazados por sus partidos. A mí me parece que el PAN, con toda y su crisis, lleva la voz cantante. Tiene 11 gubernaturas”, explicó.
Nicolás Loza Otero, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), consideró que la discusión por definir las candidaturas a través del Frente no será complicado: se basarán en los liderazgos territoriales y el candidato que más fortaleza electoral tenga a través de su partido será el elegido.
“Estas tres organizaciones políticas tienen claramente sus implantaciones territoriales en el país. A nivel nacional el PAN multiplica por tres la votación del PRD y por cinco la de MC. El PAN definiría la candidatura presidencial, acaso concediendo al PRD y a MC la posibilidad de vetar algunos candidatos”, dijo.
Gustavo López Montiel, experto en partidos políticos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), agregó que el PRD tendrá la posibilidad de “negociar algunas gubernaturas”, mientras que los puestos para el Congreso de la Unión estarían por definirse, debido a que muchos legisladores perredistas ya se fueron o trabajan ahora para Morena.
EL FRENTE ES DE ANAYA
Ivonne Murillo explicó que el PRD aún y cediendo sus candidaturas gana con la creación del Frente Ciudadano, porque se sostiene y se mantiene en el escenario político.
“Pero pierde porque se desdibuja cada vez más. El PRD no se reconoce como el gran partido de izquierda que fue alguna vez. Si el PAN es el más fuerte, la ideología que gana ahí es la de la derecha”, dijo.
José Antonio Crespo argumentó que en el Frente Ciudadano tanto el PAN como el PRD ganan, debido a que en una elección cerrada un candidato del blanquiazul por sí solo podría perder ante López Obrador, mientras que en una alianza con el Sol Azteca, cinco puntos porcentuales de los perredistas podrían hacer la diferencia.
El investigador planteó que en ese escenario el PAN gana la Presidencia de la República y el PRD se fortalece con algunos cargos en el Gabinete.
Sin embargo, aunque la ecuación es tentadora, el blanquiazul tiene un problema: el Frente es impulsado únicamente por Ricardo Anaya Cortés, su dirigente nacional, para fortalecer sus aspiraciones presidenciales, mientras que los calderonistas y otros grupos no están de acuerdo en ir con el PRD ni con llevar a Anaya a la candidatura.
“Está difícil porque el candidato tendría que ser alguien que tenga las posibilidades de ganar y que sea aceptable para todos los partidos del Frente, es ahí donde se complica el proceso interno, porque Margarita Zavala [Gómez del Campo] es inaceptable para el PRD. Si es el Frente ella no puede ser candidata, únicamente podría ser por el PAN solo. Veo difícil que esta alianza sea aceptada por los calderonistas y que prospere”, dijo.
Nicolás Loza y López Montiel coincidieron en la poca viabilidad del Frente a la hora de elegir al candidato presidencial.
“Un candidato del PAN liberal en todos lo sentidos, me parece que puede ser aceptable para el PRD y MC, pero no un candidato liberal en lo económico, pero muy conservador en el asunto de libertades individuales”, dijo Loza Otero.
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LOS QUE QUEDAN CON EL PRD
Los politólogos coinciden en que hoy no queda nada de lo que fue el PRD que se fundó en 1989. Los liderazgos con los que se sentará a negociar el PAN son básicamente Jesús Ortega Martínez, Jesús Zambrano Grijalva y Héctor Bautista López, pues aunque la corriente de René Bejarano Martínez Izquierda Democrática Nacional (IDN) aún permanece al interior del partido y cuenta con una centena de consejeros nacionales, de acuerdo con fuentes perredistas opera desde hace tiempo para Andrés Manuel López Obrador.
En el Consejo Nacional que se votó en 2014, que aún está vigente y que fue el que votó las presidencias de Carlos Navarrete Ruiz, Agustín Basave Benítez y Alejandra Barrales Magdaleno, la corriente de René Bejarano Martínez –quien renunció hace unos días junto con la Senadora María de los Dolores Padierna Luna para apoyar a López Obrador–posee el 16 por ciento de los consejeros, mientras que Nueva Izquierda o “Los Chuchos” lidera con el 36 por ciento y Alternativa Democrática Nacional (ADN) de Héctor Bautista López con el 21.9 por ciento.
En el intermedio hay corrientes nuevas como Vanguardia Progresista fundada por Héctor Serrano Cortés, Secretario de Movilidad de la Ciudad de México, para fortalecer a Miguel Ángel Mancera Espinosa, Jefe de Gobierno de la capital país.
La corriente de Serrano, aunque es relativamente nueva, posee poder en la Ciudad de México, y desbancó en las elecciones de 2015 el liderazgo de René Bejarano en algunas delegaciones.
La corriente afín a Mancera controla a través de la Delegada Dioné Anguiano Flores, en la demarcación Iztapalapa, la más poblada de la Ciudad de México.
Actualmente Vanguardia Progresista cuenta con ocho por ciento de los consejeros nacionales y Foro Nuevo Sol de Vladimir Aguilar tiene alrededor de 11 por ciento.
Aunque aún quedan fundadores importantes como Amalia García y Guadalupe Acosta Naranjo, los rostros visibles del partido que se fundó en 1989 son el de “Los Chuchos” y el de Graco Ramírez Garrido Abreu, Gobernador de Morelos, frente a los principales y más emblemáticos fundadores que ya se fueron, o que como el caso de la leyenda de la izquierda Ifigenia Martínez y Hernández, le fueron suspendidos sus derechos partidarios por iniciativa de Jesús Ortega, luego que la veterana apoyara a López Obrador en el Monumento a la Revolución el domingo pasado.
La lista de los fundadores que renunciaron a su militancia al PRD es larga y está encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo. A los viejos políticos que dieron origen al principal partido de izquierda del México de los 90 y de principio de siglo se le suman el Senador Alejandro Encinas Rodríguez, Alfonso Ramírez Cuellar, Dolores Padierna Luna, René Bejarano Martínez y Leonel Godoy Rangel.
Mientras que con suspensión de derechos están, además de la maestra Ifigenia, Pablo Gómez Álvarez y Carlos Sotelo García, también fundadores del partido.
Al margen de los que dieron origen a la fuerza política hay liderazgos más jóvenes, que aunque no fundaron al Sol Azteca, son importantes como Armando Río Piter, Marcelo Ebrard Casaubón, el Senador Zoe Robledo y Miguel Barbosa Huerta entre otros.
La renuncia de Senadores al Grupo Parlamentario del PRD en el Senado de la República colocó al partido al mismo nivel del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), pues de 20 legisladores, el grupo parlamentario se vio reducido a ocho.
Por supuesto, la primera sangría más importante que sufrió el partido ocurrió en 2012 con la renuncia del propio Andrés Manuel López Obrador, quien en dos elecciones [2006 y 2012] sumó más de 30 millones de votos para el Sol Azteca.