Alejandra Barrales Magdaleno concluye su periodo frente a la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) la primera semana de octubre. La presidenta de la fuerza política de izquiera se va y deja resultados poco alentadores: un partido reducido al tamaño del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) con 6 por ciento de las preferencias electorales y en manos de unos cuantos líderes como “Los Chuchos”, Héctor Bautista López y el mismo Miguel Ángel Mancera Espinosa, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Barrales también deja una estela de renuncias de liderazgos que controlan cuadros y bases numerosos, una fracción parlamentaria en el Senado de la República debilitada y una propuesta de alianza con el Partido Acción Nacional (PAN) para 2018 que puede ser la tumba del Sol Azteca.
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Ciudad de México, a 30 de julio (SinEmbargo).– “El PRD de Alejandra barrales es un PRD desarticulado. Es un PRD que no tiene propuesta política, que no atendió a las estructuras partidarias en ninguno de los 32 estados, que no tiene capacidad de elegir a sus candidatos por sus capacidades, sino por cuotas: ‘a ti te toca uno, a ti te tocan dos, tres’, sin interesarle los electores. El PRD de Barrales está totalmente corroído”, dice Rey Morales Sánchez, ex secretario del Consejo Ejecutivo Nacional (CEN) perredista un día después de renunciar al partido y llevarse con él a 45 mil militantes de Oaxaca.
Así la define el ex colaborador durante 11 años de Héctor Bautista López, líder de una de las tres corrientes que poseen el poder en el Sol Azteca, Alternativa Democrática Nacional (ADN), a la dirigente que está a punto de concluir en octubre su gestión después de casi 14 meses, luego de sustituir al ex presidente Agustín Basave Benítez tras su renuncia en 2016.
Barrales no debate ni atiende a sus detractores al interior del partido, afirma Rey Morales. Tampoco se le ve con frecuencia en las instalaciones de la fuerza política; ella está ahí sólo para cumplir las órdenes de Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, de Jesús Ortega Martínez, líder de “Los Chuchos” o Nueva Izquierda (NI), y de Héctor Bautista, dirigente de ADN, con la promesa de su candidatura, ya pactada, a la jefatura de gobierno de la ciudad para 2018, asegura Morales Sánchez.
“No hay relación. La señora nunca está, anda haciendo su precampaña porque quiere ser la próxima Gobernadora de la Ciudad de México. Yo nunca la pude ver en el partido, solamente llegaba a las sesiones, las instalaba y se iba; no debatía, no la conocimos. No interactúa con los demás integrantes del Comité Nacional. Ella trae su propio mundo, y por lo tanto no hay dirección, no hay nada. El PRD que dejó Basave [Agustín Basave Benítez] debatía por horas, discutía. Basave ponía las cosas sobre la mesa y se aceptaba la decisión de las mayorías. Acá ni siquiera hay debate, ni decisión, ni nada por el estilo”, expone Rey Morales.
Morales Sánchez revela que incluso, el PRD de Barrales, ni siquiera ha llamado al Consejo Nacional a sesionar para aprobar el presupuesto de egresos.
Pero más allá de las revelaciones del ahora ex perredista, el balance de la gestión de Barrales Magdaleno no indica una salida de la crisis electoral que aqueja a la fuerza política desde 2012, cuando su dirigente Jesús Zambrano Grijalva firmó el Pacto por México y se originó una desbandada de líderes y fundadores que no se detuvo, sino que se profundizó.
Una crisis que impactó en los resultados electorales de 2013, 2015, 2016 y 2017, en donde el partido fue en caída libre hasta quedar, de acuerdo con la última encuesta del diario Reforma, al nivel del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en preferencias electorales rumbo 2018.
Su última encuesta sobre las elecciones presidenciales del próximo año revela que 28 por ciento de los consultados votarían por el candidato de partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena); 23 por ciento por el Partido Acción Nacional (PAN); 17 por ciento por el Partido Revolucionario Institucional (PRI); 10 por ciento por los candidatos independientes, mientras que el resto se reparte entre el PRD (6 por ciento), PVEM (5 por ciento) y Movimiento Ciudadano (MC) con el 3 por ciento.
De acuerdo con analistas consultados por SinEmbargo, el PRD ha optado por buscar alianzas con el PAN durante los últimos años para conservar su registro. Los resultados de 2016, por ejemplo, mostraron que en donde el PRD contendió solo por una gubernatura o donde el candidato de la colación con el PAN fue propuesto por los perredistas, el partido perdió, y que sólo ganó donde fue aliado con el PAN, y con el candidato definido por los panistas.
Aunque esos resultados no corresponden a la dirigencia de Barrales Magdaleno, la presidenta no pudo revertir los resultados en las elecciones de este año. En 2017 se repitió la fórmula de ir en alianza con el PAN en Nayarit y Veracruz, en donde ganaron la gubernatura en el primer caso y 110 municipios de 212 en el segundo.
El PRD triunfó en Nayarit con Antonio Echaverría García, un empresario propuesto por la dirigencia panista.
Pero en el Estado de México, en donde a Barrales se le fue de las manos una alianza con el PAN, el candidato perredista Juan Zepeda Hernández quedó en un tercer lugar con 17.93 por ciento de los votos.
Aunque Zepeda Hernández logró colocarse en tercer sitio, a pesar de que los analistas apuntaban a una caída drástica del PRD en el electorado mexiquense, el resultado quedó tres puntos por debajo de la votación que logró Alejandro Encinas Rodríguez en la elección de 2011, cuando obtuvo el segundo lugar con 20.96 por ciento en alianza con Convergencia y el Partido del Trabajo (PT), y casi siete puntos de distancia del 24.25 por ciento que obtuvo en los comicios de 2005 en alianza con el PT.
“Esta dirigencia no está pensando en la Presidencia de la República; el PRD busca a través de una alianza con el PAN seguir gobernando la ciudad y aportar esos siete puntos que mantiene según la última encuesta de Reforma. Sin una alianza será imposible competir en la Ciudad de México, aunque es inevitable que pierda frente a Morena. Una alianza con el PAN es lo último que van a intentar”, considera Iván Iturbe Carbajal, académico del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana.
El académico argumenta que el escenario político para el PRD para 2018 es difícil. El PRD podría perder además de la Ciudad de México, el estado de Morelos.
“En el caso de Mancera y Graco [Ramírez Garrido Abreu] dejan a sus partidos ante la competencia electoral en una causa casi perdida. Los votantes migrarán hacia Morena, es un escenario bastante complicado, donde los líderes se quedarán con el cascarón, con el instituto político buscando los votos en 2018, con un resultado nada halagador para el PRD”, explica.
Miguel Ángel Mancera arribó a la jefatura de Gobierno de la CdMx con 64 por ciento de la votación. Hoy, casi al concluir su mandato, la cifra se revirtió de acuerdo con una encuesta dada a conocer este viernes por Reforma: 64 por ciento de los ciudadanos y 71 por ciento de los especialistas desaprueban su gestión.
Siete de cada 10 habitantes de la ciudad consideran, de acuerdo con la encuesta, que la inseguridad pública es el principal problema del Gobierno de Mancera, debido a que los cárteles del narcotráfico y el crimen organizado operan en la capital del país.
El caso de Graco Ramírez es similar, pues Morelos se ha convertido en una de las entidades más inseguras, con un repunte del crimen organizado, mientras su Gobernador se ha mostrado más cercano al Presidente Enrique Peña Nieto que a la izquierda al apoyar iniciativas a las que incluso su partido se opuso, como la Reforma Energética.
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LOS DOS ERRORES DE ALEJANDRA BARRALES
Sin embargo la debacle del partido no corresponde en su totalidad a la gestión de Alejandra Barrales.
María Eugenia Valdés Vega, investigadora experta en procesos electorales, padrón electoral y sistema político de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), lo reconoce y dice que el PRD está “sostenido con alfileres”. Barrales había jugado un papel importante para mantener al partido con vida, hasta que anunció el Frente Amplio Democrático (FAD).
“Si no hubiera salido esta cosa del frente, a lo mejor hubiera podido alargar más tiempo la situación tan desastrosa del partido. Me parece que de su gestión las cuestiones más negativas fueron dos: lo del departamento en Miami y lo de impulsar este frente. Lo primero fue muy grave porque afecta la imagen de ella como dirigente y, lo segundo, porque es una salida desesperada que puede costarle la vida al partido. En eso consiste el oportunismo, en tomar una vía imprevista y poco deseable”, dice.
En marzo de este año la cadena Univisión publicó que Barrales Magdaleno omitió en su declaración 3de3 realizada en 2016 un departamento valuado en 990 mil dólares –de dos recámaras, tres baños, con vista al mar y embarcadero propio– que posee en un lujoso complejo en Sunny Isles Boulevard, al norte de Miami.
La perredista se defendió y afirmó que la información fue manejada con un “tratamiento doloso y distorsionado”.
Barrales envió un comunicado de prensa en donde precisó que el departamento aparecía en la declaración presentada ante el Senado de la República, en la del Gobierno capitalino y en su declaración 3de3 del 28 de abril de 2016.Pero Alexandra Zapata Hojel, del Instituto Mexicano para la competitividad (IMCO), la desmintió.
“No hace referencia a ese departamento en la declaración '3de3' que ella presenta con nosotros. Esta es una declaración de manera voluntaria para transparentar sus bienes a los ciudadanos mexicanos. No nos parece que omitir la mención de ese departamento sea un acto de buena fe”, dijo Valdés Vega en entrevista con SinEmbargo.
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Este medio digital realizó en marzo, al día siguiente de su comunicado de prensa, una búsqueda de la declaración patrimonial de Barrales en el sitio de la Contraloría General del GDF, con la ayuda de personal de la misma instancia y no encontró la información sobre el departamento en Miami.
Barrales Magdaleno declaró, hasta ese momento, en el rubro del inventario de Bienes Muebles e Inmuebles un vehículo heredado el 25 de enero de 2015; un departamento pagado de contado el 17 de diciembre de 2012; un terreno heredado el 10 de abril de 1998; un departamento adquirido a crédito el 14 de diciembre de 2012; una casa adquirida a crédito el 14 de agosto de 2014; muebles al contado en 2007; muebles al contado en 2010, y un vehículo adquirido al contado el 30 de julio de 2013.
En cuanto al Frente Amplio Democrático fueron Alejandra Barrales y Ricardo Anaya Cortés, presidente nacional del PAN, quienes anunciaron la posibilidad de impulsar una alianza para las elecciones presidenciales de 2018.
“Si se hace ese frente opositor, el PRD puede que sobreviva, pero como un partido debilitado, sin identidad, con muy poco futuro. Me parece muy aventurado lo que está haciendo Alejandra al no ver otra salvación más que esa alianza que le va a restar más que sumarle. El PRD tiene futuro como una izquierda moderna, más centrista que Morena, pero manteniéndose en la izquierda. Si hacen alianza con el PAN, esto no tiene sentido”, dice María Eugenia Valdés.
Rey Morales afirma que lo único que mueve a Barrales es su aspiración a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, debido a que su candidatura “ya está pactada de manera interna”.
“No se a qué más aspire, además de seguir acumulando riquezas como su departamento”, dice.
Pero la investigadora María Eugenia Hernández considera que Barrales no tiene oportunidad de llegar a la jefatura de la Ciudad de México ni en alianza con el PAN.
“No tiene ninguna oportunidad, ella no ganaría, incluso si la apoyara el PAN. Ella personalmente no tiene fuerza, su liderazgo no le alcanza”, plantea.
Barrales, quien fue lideresa del Sindicato de Sobrecargos de México, tiene una carrera política que data del año 2000 cuando fue electa Diputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). Luego participó en el Gobierno de Michoacán en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) con Lázaro Cárdenas Batel y en 2003 fue electa de nuevo a una diputación de la ALDF.
En 2006 asumió la Secretaría de Turismo del Gobierno del Distrito Federal con el ex Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard Casaubón, y en 2008 fue electa presidenta del PRD de la capital del país.
En 2009 Barrales fue electa, por tercera ocasión, a una diputación de la ALDF. Para 2012 llegó al Senado de la República, cargo que dejó para ocupar la Secretaría de Educación del Gobierno de Miguel Ángel Mancera.
El 16 de julio de 2016 el Consejo Nacional del PRD la designó presidenta nacional para sustituir a Basave Benítez, quien renunció por no poder con la lucha de “tribus” o corrientes al interior del partido.
Durante la gestión de Barrales renunciaron al PRD líderes como Miguel Barbosa Huerta y Armando Ríos Piter, además de la salida de 12 de los 20 senadores que integraban la bancada de partido en el Senado de la República, lo que redujo a la fracción perredista al tamaño del PT y el Verde Ecologista.
Para Virgilio Bravo Peralta, director del Centro de Negociación, Mediación, Conciliación y Arbitraje (CENCA) del Instituto Internacional de Estudios de Derecho y Jurisprudencia, Barrales Magdaleno perdió, después de la desbandada de senadores y el escándalo del departamento, “toda credibilidad”.
“Esto es tan abrumador, el PRD lo único que hace es empujar a más de uno que tenía la inquietud política por la ganancia, con quién estar, con quién quedarse, con quién irse. Esta mujer [Alejandra Barrales] ha perdido toda credibilidad”, dice Bravo Peralta.
Ivonne Acuña Murillo, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, expone que el PRD se ha destruido desde adentro, y aliarse con el PAN es un desatino.
“Es un desatino en términos ideológicos, pero es la forma que el PRD ha encontrado para sobrevivir; de otra manera, se corre el riesgo de perder el registro en una posición de negociar sus puntos con el PAN para 2018”, opina.
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SU SITUACIÓN, PARECIDA A LA MÍA: BASAVE
Agustín Basave Benítez, Diputado federal y ex dirigente nacional del PRD, dice en entrevista que la situación al interior del partido es similar a la que enfrentó él cuando fue presidente.
“Barrales ha hecho un esfuerzo por sacar las cosas adelante en un entorno muy difícil, porque su situación es parecida a la mía: ella no pertenece de manera clara o directa a ninguna corriente, y menos a una corriente mayoritaria, ha enfrentado problemas de gobernabilidad al interior del CEN. Entiendo que es una posición complicada y hasta ahí la dejo”, dice Basave Benítez.
Pero Barrales Magdaleno no ha renunciado al partido, a pesar de que varios líderes exigieron su salida cuando regresó al Senado de la República para votar por el coordinador de la fracción parlamentaria, conservando su posición como presidenta y violando el estatuto.
Basave Benítez dice que su principal problema como dirigente del PRD fue la falta de gobernabilidad provocada por la lucha entre los líderes de las principales corrientes.
“El PRD es un partido de corrientes, así están hechas las reglas internas del partido. Hace tiempo dominó Nueva Izquierda, después ADN con su bloque y fueron hegemónicos durante un tiempo, ahora hay una recomposición de esos bloques internos”, explica.
A pesar de que Agustín se compara con Barrales, líderes y analistas consideran que son dos situaciones y perfiles distintos.
Barrales es la “cara de un grupo político”, con poco margen de maniobra y plegada a los acuerdos entre las “tribus” que lideran al Sol Azteca en la actualidad, indica Ivonne Acuña.
Para sus detractores y algunos analistas opera para las aspiraciones presidenciales de Miguel Ángel Mancera. Y para otros, sólo persigue una candidatura con un sueño muy claro: ser Jefa de Gobierno de la Ciudad de México…aunque sin ninguna posibilidad.
SinEmbargo ha solicitado en varias ocasiones una entrevista con Alejandra Barrales, y la falta de una respuesta ha sido la constante.