Desde hace 20 años dejó de ser el único eje del poder en México. Sus derrotas están marcadas: 1997, 2000, 2006 y 2016. Con una debacle paulatina, ahora pierde y gana como cualquier otro partido. El pasado domingo ganó perdiendo. El PRI no sólo entregó las principales áreas metropolitanas del Estado de México, las de la Zona Metropolitana del Valle de México, sino que se convirtió en tercera fuerza política. Hay otro tipo de voto que el tricolor no captó en la pasada elección: el del extranjero. Los mexiquenses que viven fuera del país lo posicionaron como la cuarta opción política.
QUINTA ENTREGA DE UNA SERIE
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Por: Daniela Barragán y Linaloe R. Flores
Ciudad de México, 12 de junio (SinEmbargo).– Hegemónico hasta 1997, cuando por primera vez perdió la mayoría en el Congreso de la Unión, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) es hoy un partido que pierde y gana elecciones como cualquier otro. En las elecciones del pasado domingo, no sólo entregó al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) las principales áreas metropolitanas del Estado de México (Edomex); sino que se posicionó como tercera fuerza política.
Si se observa la curva de su descenso, la debacle del PRI se inició hace veinte años cuando perdió el control en las cámaras alta y baja. En 2000 y 2006 dejó ir la Presidencia de la República que recuperó en 2012. Pero aun con el poder presidencial, en 2016 volvió a verle la cara al fracaso: no ganó en siete de las 12 gubernaturas disputadas y de ésas, dejó el poder a la oposición en cuatro estados. A pesar de esa debacle, siempre conservó al Estado de México como su asidero, como un laboratorio político que le servía para formar cuadros, como el gran territorio donde su leyenda no fallaba.
Ahora, los resultados preliminares de la elección del pasado domingo 4 de junio indican que su candidato, Alfredo del Mazo Maza, ganó perdiendo la gubernatura del estado. Si el tricolor hubiera ido solo, habría salido derrotado. El tricolor se alió en esta elección con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) que hasta ahora, tiene 1.2 por ciento, el Partido Nueva Alianza (Panal), el 0.9023 por ciento y Encuentro Social (PES) el 0.6847 por ciento. Los tres le sumaron al PRI 2.849 por ciento de la votación. Si se cuentan los votos dados tanto a los partidos aliados como a la coalición, Alfredo del Mazo logra ese 33.7 por ciento de los sufragios que lo ponen en la delantera después de Delfina Gómez Álvarez, la candidata de Morena.
El partido fundado por Plutarco Elías Calles ya no es el de los obreros ni el de los campesinos; pero lo mismo es el de los contingentes y las pancartas. Hay 10 millones de priistas, de acuerdo con la Subsecretaría de Afiliación y Registro Partidario del Comité Ejecutivo Nacional del partido. Y aquello que en los setenta se llamó voto corporativo aún subsiste en cuatro centrales obreras (CTM; CROC, CROM y FSTSE) con más de 1 millón 657 mil 891 trabajadores.
No hubo miembro de la oposición que no señalara que el PRI, en el Estado de México, echó a andar su maquinaria y convirtió los comicios en una "elección de Estado"; es decir, cuando uno o varios candidatos enfrentan al poder del Estado.
Como sea, el PRI se debilitó y durante la campaña lo envolvió la probabilidad de perder. Los resultados del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del IEEM, cerrado el 5 de junio a las 18:00 horas, arrojan que la ventaja que lleva la candidatura de Alfredo del Mazo Maza sobre la de Delfina Gómez Álvarez es, en términos relativos, una derrota para su partido.
EL VOTO DEL NO EN LA ZMVM
Justo en la Zona Metropolitana del Valle de México, el corredor más cercano a la capital del país, se convirtió en tercera fuerza política. En los seis distritos electorales conformados por cuatro municipios de los que integran la ZMVM gana el Partido de la Revolución Democrática (PRD) con 275 mil 386 votos, seguido de Morena con 212 mil 895 y en tercer sitio se coloca el tricolor con 151 mil 638.
No se trata de toda la ZMVM que está conformada por 60 municipios; pero sí de cuatro muy cercanos a la capital del país. Nezahualcóyotl, Valle de Chalco Solidaridad, Naucalpan de Juárez y Santa María Tulpetlac. Los electores que esta vez le dijeron que no al PRI y lo mandaron a la tercera posición viven en la urbe y atraviesan cada día esa línea casi invisible que divide a la Ciudad de México con el Estado de México.
En el Estado de México, el 85 por ciento del padrón está repartido en espacios metropolitanos. El 12 por ciento viven en la Zona Metropolitana de Toluca (ZMT) y 73 por ciento en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).
En otras palabras, habitan esa mancha urbana que creció sin medida ni planeación desde los 50 del siglo pasado. Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), 55 por ciento de la población metropolitana vive en el Estado de México en unos seis mil kilómetros cuadrados, mientras que en la Ciudad de México, 45 por ciento habita en un territorio cuatro veces menor.
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LOS QUE NO VOTARON POR EL PRI
Sobre ellos, planea el fantasma del peligro. En la zona donde el PRI se convierte en tercera fuerza, la incidencia de asaltos creció en el transporte público sin que el fenómeno haya sido medido. Datos del C5, un aparato de monitoreo instalado en 2015 que funciona a través de llamadas, indican que seis de cada diez personas son víctimas de delitos comunes y federales cuando salen a trabajar.
La Encuesta Intercensal (EIC) 2015 muestra que uno de cada dos mexiquenses de la zona metropolitana va a sus centros laborales en un camión o colectivo. Para cuatro de cada diez es el único medio en el que pueden transportarse. Sólo el 4 por ciento lo hace en metro y el 17 por ciento viaja en auto propio.
La misma encuesta indicó que dos de cada 10 personas tardan más de dos horas en trasladarse al trabajo. Es decir pasan más de cuatro horas diarias dentro de un camión, lo que equivale a un día.
De acuerdo con el estudio "El Estado de México, Movilidad 2025", elaborado por el Instituto de Política para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en Inglés), en 2015, unos 4.3 millones de mexiquenses se tardaron más de 40 minutos en viajes, en seguridad vial unas mil 759 personas fallecieron por accidentes durante el traslado y ocho de cada 10 gastaron hasta 80 pesos.
De no ser atendido por la próxima Administración estatal en coordinación con la Jefatura de la capital del país, en 2025, el Estado de México tendría unos 50 mil accidentes viales y dos mil 500 de tránsito. Ahora mismo el transporte en la ZMVM emite 44 por ciento de las emisiones de gases invernadero y los vehículos particulares emiten en promedio 32 por ciento de los contaminantes.
También, estos electores, deben vivir entre los desacuerdos de las autoridades. Por ejemplo, las administraciones de Miguel Ángel Mancera en la Ciudad de México y la de Eruviel Ávila Villegas en el Edomex no lograron acordar respecto al aire. En enero de 2016, la contingencia en el ambiente era innegable; de modo que Mancera, Jefe de Gobierno capitalino activó el programa Hoy no Circula, pero además señaló que su vecino, el Edomex, se desentendió del problema. La administración de Ávila Villegas respondió con el cierre de cuatro vertederos municipales que recibían basura de la Ciudad de México.
LA CIUDAD NO ELIGIÓ A DEL MAZO
Hasta el cierre de este texto, Alfredo del Mazo Maza lleva la mayor parte de la preferencia de acuerdo con el conteo rápido, el PREP y lo que va del cómputo distrital. Ha ganado, muy probablemente. Al final sus tres aliados -PVEM, Panal y PES- marcaron la diferencia con Delfina Gómez Álvarez de Morena con quien en el último mes tuvo un empate técnico; es decir, una diferencia de menos de un punto porcentual. Del Mazo, el primo del Presidente, gana; pero su partido perdió muchos votos. Hace seis años, cuando postuló a Eruviel Ávila Villegas obtuvo 61.97 por ciento de las preferencias electorales y ahora sólo le alcanzó para tener un 33 por ciento, una disminución de casi la mitad.
Ello da cuenta que el electorado del Estado de México, el más numeroso del país, votó de manera diferente en la elección de modo que el PRI, el partido que ha gobernado ahí durante casi nueve décadas, ya no es el favorito.
La ventaja de la candidatura de Del Mazo provino de las zonas rurales y las más pobres de la entidad lo que se conjugó con un abstencionismo de 47 por ciento. En varios de los seis distritos el PRD y Morena contendieron por la cabeza de la carrera. EL PRI y el PAN quedaron siempre lejos.
En la sección 648 en la que Morena ganó con 134 votos le siguió el PRD con 118 y el PRI obtuvo 15, sólo una más que el PAN. En una casilla de Chalco sección 0996, el tricolor se quedó con cuatro votos, le siguió el PRD con 118 y el PRI tuvo 15.
CUARTA FUERZA PARA MEXIQUENSES EN EL EXTERIOR
De un universo de 378 mil mexicanos en el extranjero del Estado de México y Coahuila, sólo 521 obtuvieron la credencial de elector para votar desde el extranjero. Hasta el 31 de marzo hubo cuatro mil 925 solicitudes de ciudadanos coahuilenses y 13 mil 949 mexiquenses. El siguiente paso era activar la mica, pero no todos lo hicieron. Sólo para el Estado de México la demanda potencial era de 277 mil 200, se hicieron 13 mil 499 trámites y de éstos sólo se solicitaron 4 mil 759 activaciones. Al final, el documento sólo lo obtuvieron 367 ciudadanos; es decir, 3 por ciento del universo potencial.
Los mexiquenses que viven en otros países dejaron al PRI como cuarta fuerza política al darle sólo 21 votos de 298 que se recibieron. Morena tuvo 135; el PAN, 71 y el PRD, 24.
Con las cifras reportadas por el Instituto Electoral del Estado de México no es posible conocer el perfil de los electores mexiquenses que viven en otros países. Por ejemplo, no hay manera de conocer la distribución del voto en cada país, ni la preferencia electoral, ni el grado de escolaridad del votante.
No se sabe si los mexicanos en Europa votaron por la izquierda, los de América Latina por la derecha o los de Estados Unidos por el PRI. ¿Quiénes son? ¿Son estudiantes o jornaleros? ¿Son jóvenes o ancianos?
Fue este perfil opaco el que menos votó por el PRI y lo situó en el último lugar posible.