Los resultados de una encuesta cuya hechura es atribuida a la Presidencia de la República arrojan un panorama sin precedentes en la escena política antes de las elecciones: en 2018, sobre cualquier candidato y con una diferencia marcada, ganaría Andrés Manuel López Obrador, postulado por Morena.
El ejercicio demoscópico aplicado a más de cinco mil ciudadanos dio la posibilidad de 11 escenarios en los que varían los nombres de los suspirantes por partido. En todos gana el hombre que en 2018 contendería por tercera ocasión para alcanzar la Primera Magistratura.
ENCUESTA ÍNTEGRA:
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Ciudad de México, 2 de mayo (SinEmbargo).– Si las elecciones presidenciales se realizaran en la primavera de 2017, Andrés Manuel López Obrador, quien contendería por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ganaría con el 30.2 por ciento de la votación sobre cualquier candidato de los partidos Acción Nacional (PAN) que quedaría en la segunda posición, o del Revolucionario Institucional (PRI) que ocuparía el tercer sitio... o hasta el cuarto, si un candidato independiente se aventaja en la carrera.
Ya sea Margarita Zavala Gómez del Campo, Rafael Moreno Valle o Ricardo Anaya Cortés quien lo represente, el PAN no obtendría más de 23.7 por ciento de la votación. Y si por el PRI contiende Miguel Ángel Osorio Chong, Eruviel Ávila Villegas, Manlio Fabio Beltrones Rivera, José Narro Robles o José Antonio Meade Kuribeña, su resultado no superaría el 16.6 por ciento del electorado.
Ese escenario cambia por la probabilidad que tome fuerza una candidatura independiente, como la de Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón “El Bronco”, Emilio Álvarez Icaza o Jorge Castañeda Gutman. En ese caso, el partido tricolor, que gobernó durante 71 años sin interrupción hasta 2000, caería a un cuarto sitio como fuerza política en elecciones presidenciales.
Es un panorama antes de las elecciones sin precedentes en México. Andrés Manuel López Obrador, aspirante de la izquierda por tercera ocasión, llegaría con amplio margen a la Primera Magistratura. En cambio, el PRI –que recuperó Los Pinos en la persona de Enrique Peña Nieto en 2012- viviría una derrota histórica, incluso más dramática que las de 2000 y 2006.
Lo anterior resulta de una encuesta atribuida a la Presidencia de la República que, divulgada desde el 23 de marzo pasado por los periódicos El Universal, La Jornada y The Huffington Post, no ha sido desmentida. SinEmbargo hizo varios intentos para confirmar oficialmente la autenticidad del ejercicio en el área de Comunicación Social y Vocería de Los Pinos, que coordina Eduardo Sánchez. No tuvo respuesta.
Con fecha del 3 de marzo, el documento que circula en la red presenta una ficha técnica que refiere que el ejercicio se realizó del 23 al 27 de febrero de 2017 en todo el país mediante cinco mil 275 entrevistas a personas mayores de edad. Como margen de error reconoce 4 por ciento y como nivel de confianza, 95 por ciento.
La encuesta brinda un acumulado que se origina en julio de 2015 y cierra en febrero de 2017. Sus entrevistas dieron la posibilidad de elaborar 11 escenarios en los que las variables son los candidatos postulados por cada partido. AMLO resultó ganador en todos y cada uno.
Víctor Manuel Alarcón Olguín es Doctor en Estudios Sociales con especialidad en Procesos Políticos por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)-Iztapalapa. Del resultado de la encuesta atribuida a Presidencia, dice: “No se dispara en mucho de lo que las encuestadoras convencionales han mostrado en los últimos días. No sorprende. Lo que sí muestra es la contención en el proceso interno del PRI. El Presidente Peña Nieto ha tratado de controlar las variables y a su potencial candidato, a diferencia de lo que ocurre en el PAN y Morena, cuyos procesos internos se iniciaron desde hace meses. Estos partidos tienen, evidentemente, un campo más definido, lo que facilita la observación de su tendencia de voto”.
Parte del estudio examina las preferencias por partido. En ese análisis, a febrero de este año, gana el PAN con 19.82 por ciento, seguido por Morena con 17.35 por ciento, mientras que el PRI tiene 15.24 por ciento.
“¿Por cuál partido definitivamente no votaría usted?” –preguntó supuestamente la Presidencia.
El resultado fue paradójico pues el PRI, el partido del que emanó el equipo que ahora ocupa Los Pinos, fue el menos aceptado con 37.51 por ciento de la votación, seguido por el PRD que tuvo 18.14 por ciento y el PAN con 16.9 por ciento.
El ejercicio demoscópico muestra otra caída, la del Partido Verde Ecologista de México. Multado con montos millonarios por violar las reglas de las elecciones, se precipitó en la preferencia. En julio de 2015, tenía 5.12 por ciento de tendencia de voto y en febrero de 2017 esa cifra fue de 2.2 por ciento.
Los votantes, según el ejercicio, preferían en marzo de 2017 como contendientes a Miguel Ángel Osorio Chong en el PRI con 19.04 por ciento y en el PAN a Margarita Zavala Gómez del Campo con 26.11 por ciento.
2018: LAS DEFINICIONES
En 2018, AMLO se igualará con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en el número de veces en disputar la Presidencia de la República. Será un año definitivo. Tendrá 64 años de edad y una de las biografías políticas más controvertidas entre los personajes políticos de México. Y como al principio, será ganar para ocupar Los Pinos o perder, pero esta vez es probable que ya no haya vuelta atrás para recomenzar.
Por ahora, es el enemigo a vencer. Así lo ve el politólogo Eduardo Huchim, especialista en procesos electorales, cuando vincula el resultado de esta encuesta atribuida a Los Pinos con la difusión en días pasados de una serie de videos de la diputada por Morena (su proceso de renuncia aún no ha concluido), Eva Cadena, mientras recibe cantidades de dinero cuyo destinatario sería Andrés Manuel López Obrador.
“Estos resultados vuelven más central a López Obrador para sus francotiradores. Tírenle al blanco, parece ser la consigna de sus adversarios de derecha o de izquierda”, expresa.
El politólogo Alarcón Olguín hace hincapié que para las elecciones falta un periodo en el que la preferencia del electorado puede cambiar y en las eventualidades no se observa que Andrés Manuel López Obrador haya captado simpatizantes diferentes a los tradicionales.
“No ha habido grandes cambios en el voto regional mexicano. AMLO no ha ganado grandes mercados. Morena está tratando de captar el nivel de voto que en otro momento tuvo el PRD. Y hay una gran pregunta en este panorama: ¿Puede sobrevivir Morena como partido político o seguir como estructura de apoyo a AMLO?”, plantea.
¿QUÉ LE PASA AL PRI?
En la era de Enrique Peña Nieto, el PRI es un partido diferente. Una de las primeras acciones del habitante de Los Pinos, incluso antes de la promulgación de las reformas estructurales, fue cambiar los estatutos del partido. Si en marzo de 1995, en el aniversario del partido, el Presidente Ernesto Zedillo implantó lo que se llamó “la sana distancia”, 17 años después la Asamblea Nacional modificó los estatutos para que el Presidente de la República emanado del partido estuviera en posibilidades de votar como miembro del Consejo Político Nacional.
En 1999, el PRI impuso un proceso interno de elección del candidato a la Presidencia de la República y de los Gobernadores de los estados. Un año después fue la derrota histórica con el que concluyó una historia de 71 años de hegemonía. Y en 2006, la historia se repitió.
Alarcón Olguín dice que “la derrota la experimentaron de manera más drástica en 2006 con el empecinamiento que tuvo Roberto Madrazo en tratar de controlar la candidatura”. El politólogo de la UAM-Iztapalapa, hace una comparación: “Peña Nieto, también está tratando de controlar la candidatura. No se quieren arriesgar con experimentos como el de Zedillo en 1999 con elecciones internas, muy controladas. Entonces, hay un encapsulamiento. Se han colocado piezas que no implican riesgos como Enrique Ochoa Reza en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, que es poco probable que aspire a una candidatura, a diferencia de Manlio Fabio Beltrones. El amordazamiento del Gabinete juega en contra del propio PRI”, expresa.
“Porque –abunda- en el PAN y el PRD ya empezaron los procesos de consulta. El PAN ya lanzó su plan para 2018 que los militantes pueden consultar en línea. Esto ya tendría que estar pasando en el PRI. (Pero, por ejemplo) del discurso del Presidente Peña Nieto, el 4 de marzo, por el aniversario del partido, no se desprendió ninguna señal para arrancar el procedimiento. Y Peña Nieto está en un declive del ciclo sexenal, lo que debiera ser el elemento para desatar el proceso. Peña Nieto está tratando de mantener la correa. Está muy preocupado por si se desatan los caballos y él ya no pueda controlarlos. Eso rezaga al PRI en la imagen pública. Incluso sacrifica a candidatos naturales, como Luis Videgaray”.