LEGO City Undercover, ese maravilloso juego que llegó en 2013 en exclusiva para Wii U y el Nintendo 3DS, regresó este año y no en forma de fichas, sino en una remasterización para la actual generación de consolas, incluido el Nintendo Switch. En esta ocasión, Oswi Rodríguez jugó la versión para Xbox One y aquí cuenta de qué se están perdiendo si aún no le han entrado a este increíble y ambicioso título.
Por Oswaldo Rodríguez
Ciudad de México, 23 de abril (SinEmbargo).– LEGO se ha caracterizado por excelentes adaptaciones cinematográficas convertidas en videojuegos divertidos, originales y con un toque muy interesante logrado por el uso de personajes carismáticos y adaptados a las piezas del clásico juego de ladrillos para construcción. Así hemos podido revivir las aventuras de Indiana Jones, Harry Potter, Batman, Piratas del Caribe y Star Wars, entre otros, pero ahora volvemos a tener un videojuego original llamado LEGO City Undercover, que ya había salido hace poco más de tres años para el Wii U y regresó para satisfacer a chicos y grandes; un título que toma elementos de sagas de sandbox como Grand Theft Auto y Saints Row para llevarnos a una lucha entre policías y ladrones que puede tener un final a la medida de nuestros actos. Aunque quita por supuesto todos los elementos violentos que caracterizan a estas sagas y deja el humor y carisma de los juegos de LEGO que conocemos.
Durante el juego se recorren 15 "misiones especiales", o sea los niveles de los juegos de LEGO de toda la vida. Chase, nuestro protagonista, no lleva compañeros, al contrario que en las demás entregas, así que se ha sustituido el intercambio de personajes para avanzar por un sistema de disfraces. Cada disfraz tiene sus propias características y como es costumbre habrá que ir desbloqueándolos según avancemos en la aventura: policía, ladrón, minero, astronauta, jardinero, bombero y obrero. A la hora de ir desbloqueando los miles –sí, miles– de secretos que esconde LEGO City Undercover, será imprescindible combinar varias habilidades para conseguir llegar a ese sitio que te llama tanto la atención y no te rendirás hasta lograrlo de una u otra forma.
La división por capítulos facilita el acercamiento a este juego donde tendremos que cumplir diferentes misiones que van desde robar un banco hasta guiar a un contacto a una zona segura. Todo ello en un escenario colorido y muy al estilo LEGO, pero sin perder el realismo y la acción. Ideal para acercar a los más pequeños al género de acción sandbox pero con un estilo desenfadado y divertido.
Pero el mayor mérito del juego es ser increíblemente divertido, pues logra que tu obsesión por conseguir todo en un juego se multiplique por cuatro simplemente por el hecho de que te lo pasas muy bien desbloqueándolo.
Es cierto que el juego no es ni mucho menos perfecto, el combate es simple, pero además técnicamente es demasiado limitado. No porque no luzca bien, porque el juego es muy bonito, LEGO City es bonita, no es tan grande como otras ciudades del género, pero está muy bien pensada y con muchas cosas que hacer en un espacio compacto.
Es un juego enorme. Posiblemente termines la historia principal, que dura aproximadamente 20 horas y sólo habrás completado un 20 por ciento del juego total. Su cantidad de extras, de zonas explorables, de plataforma y de secretos escondidos en la ciudad es incluso enfermiza y hará que explores cada rincón hasta que hayas obtenido todo.
En cuanto a su dificultad, hay que decir que es sencillo, demasiado a veces. Los combates apenas suponen un esfuerzo y los puzzles son fáciles y apenas se complican. Su máxima dificultad viene de los extras secundarios, a veces realmente bien escondidos.
En resumen, LEGO City Undercover es un excelente sandbox, distinto a lo que se suele ofrecer en este género y con ideas con carisma propios. Su humor es constante, su doblaje fantástico y la cantidad de cosas que hacer en LEGO City nos mantendrá pegados a la pantalla horas y lo más encomiable, es que será siempre con una sonrisa. Sin ser perfecto o excesivamente fácil, cumple en lo más básico y principal, que es divertir de una forma sobresaliente. A esto se le suma una jugabilidad variadísima pero bien mezclada, sin nada que sobre o no encaje. Da pena pensar que muchos se perderán este juegazo por estar hecho de bloques, pero si lo pruebas, juegas 10 minutos conduciendo como un psicópata y ves que te premian por ello, te lo querrás llevar a casa cuanto antes.