Hace 15 días en Juárez sonó la alarma por el descontrol de la violencia, aunque sólo teníamos datos estadísticos de lo que había sucedido y de lo que podría suceder más adelante.
Ahora es evidente. Un enfrentamiento armado, un verdadero duelo a muerte, entre dos grupos delincuentes en la cercanía de la cuarta ciudad más grande del estado; el proditorio asesinato de la periodista Miroslava Breach, y dos fines de semana con casi 20 homicidios y 19 osamentas descubiertas en el desierto.
Ya mataron a mi primer amigo y mejor lo lloramos en silencio e incineramos rápido, porque en un funeral cercano sicarios entraron y mataron al hermano del allí venerado. Estamos otra vez bajo fuego.
El miedo regresa y el pronóstico es malo. Decimos que la coordinación es urgente pero no llega, más bien sucede lo inverso: el caso se politiza, para Osorio Chong “Chihuahua se nos descompuso y cada estado debe hacer su trabajo”.
Todos los niveles de Gobierno deben reunirse no para asumir sus culpas, que todos las tienen, sino para responsabilizrse en el rescate de Chihuahua, pero el PAN prefiere declarar la guerra a la federación, con un posicionamiento del Consejo Estatal, el cual entre otras cosas acusa que “el persistente problema de inseguridad pública que padece Chihuahua es una herencia de los gobiernos corruptos del PRI, y este lastre de violencia y criminalidad se ha agravado por la ausencia del Gobierno federal y su apuesta a la desestabilización del gobierno de Javier Corral...”
“... Es absolutamente inadmisible el oportunismo del secretario de Gobernación para sumarse al golpeteo político en un momento crítico”.
¿Cómo decirle al Estado que se las arregle solo? ¿Cómo acusar al Gobierno federal de pretender desestabilizar al Gobernador Corral?
Perdón señores, pero si en las cámaras los parlamentarios se dicen de todo y después se van a cenar y tomarse una cerveza juntos, aquí en Juárez y Chihuahua abres la boca y te dan un balazo.
Ojalá y alguno de mis amigos comparta este artículo a Corral y a Gobernación, porque es una súplica, este problema no es para sacar raja política, es real y debe abordarse con la unidad operativa de todos y con participantes ciudadanos que puedan y sepan exigir cuentas.
Cada día que se tarden mueren personas, y cuando se va la vida ya no queda nada.