El dinero que muchos jóvenes destinan a ciertos gastos innecesarios sería suficiente en la mayoría de los casos para tener un ahorro considerable para el retiro.
Por Gabriela Jiménez
Ciudad de México, 22 de marzo (EconomíaHoy).- Hay una razón detrás de la poca importancia que dan las y los jóvenes mexicanos al ahorro para el retiro: la presión que se ejerce sobre ellos para priorizar el consumo inmediato y endeudarse.
Se antoja difícil imaginar que un millennial -alguien nacido entre 1981 y 1995- decida destinar la cuarta parte de su sueldo para un objetivo que se cumplirá dentro de varias décadas.
Los jóvenes en este rango de edad representan la cuarta parte de la población en México y un tercio de la población mundial (cerca de 2 mil millones de personas). Por el poder de consumo que representan en su conjunto, los mercadólogos e investigadores de casi cualquier disciplina dedican enormes cantidades de recursos para estudiar sus hábitos y adaptar los modelos de negocio a sus necesidades. Allí donde haya un millennial, habrá una marca detrás de su dinero.
"El principal problema con los millennials y el ahorro es el grado tan alto de consumo que tienen", dijo a EconomíaHoy.mx Guillermo Seañez, director comercial de Old Mutual México. Para el experto en finanzas personales, esta generación carga con la inercia de la gratificación inmediata, por lo que su planeación no excede por lo general los tres o cuatro años.
"La sociedad pone a su disposición un enorme esquema de posibilidades para endeudarse, y cuando recortan gastos lo hacen para consumir de inmediato".
Una encuesta del gobierno federal indica que sólo 1 de cada 5 millennials ubica al ahorro como un mecanismo para mejorar su retiro, el resto lo ve como una herramienta para enfrentar una emergencia o adquirir un bien inmueble.
La exigencia que el presente hace de sus bolsillos es abrumadora, y cubre al futuro en un velo de incertidumbre. La mitad de los millennials, según Nielsen, no está segura de su futuro financiero pese a lograr ahorrar "algo" de dinero cada mes, y 2 de cada 10 no ahorra.
En cambio, las alternativas que existen en México para contraer deudas se expanden año con año. De acuerdo con Banxico, los créditos personales crecieron un 18 por ciento entre 2014 y 2016; los de nómina un 16 por ciento; los automotrices un 11 por ciento y las tarjetas de crédito un 4 por ciento.
El impacto que tendrá el nivel de ahorro de los jóvenes sobre su calidad de vida en el futuro es claro. De acuerdo con la OCDE, una persona que hoy gane 20,000 pesos mensuales y que viva 76 años debe ahorrar 1.9 millones de pesos para sobrevivir durante los 11 años posteriores a su retiro con un nivel de vida más o menos similar al actual.
Las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) terminan aportando aproximadamente el 26 por ciento de esta cantidad, por lo que para poder tener un ingreso equivalente al que tenía cuando trabajaba le faltarían casi 15 mil pesos.
Si esta persona comienza a ahorrar a los 20 años debe ahorrar unos 3 mil 600 pesos al mes. Si comienza a los 30 debe ahorrar 4,600 pesos mensuales y si espera hasta los 40 deberá ahorrar 6 mil 500 pesos cada mes.
Seañez asegura que el dinero que muchos jóvenes destinan a ciertos gastos innecesarios sería suficiente en la mayoría de los casos para tener un ahorro considerable para el retiro, si este capital se invierte en un fondo que de otorgue buenos intereses.
"Un café del Starbucks a la semana, por ejemplo, cubre y supera los 50 pesos de ahorro voluntario que recomienda la CONSAR". No obstante, el 45 por ciento de los mexicanos que no hacen aportaciones voluntarias a su Afore asegura que no lo hace porque "no le queda dinero para ahorrar".
La manera en la que los jóvenes se relacionan con el mundo hace que su consumo de tecnología sea más elevado y por tanto, que destinen una buena parte de su ingreso en ello. Según The Competitive Intelligence Unit, el 57 por ciento de los millennials en México tiene un teléfono inteligente con un costo promedio de 2 mil 700 pesos. El 95 por ciento de ellos cuenta con internet móvil, y el 20 por ciento navega mediante Banda Ancha.
De acuerdo con la agencia Nielsen, el 58 por ciento de los millennials come fuera de casa por lo menos una vez a la semana, y el 30 por ciento come fuera tres o más veces por semana.
Además, los jóvenes están más dispuestos a pagar cantidades elevadas por consumir opciones de comida "más sana" o con atributos como "bajo en sodio", "bajo en azúcar", "libre de gluten" u "orgánico". Es el caso del 81 por ciento de los millennials, mientras que sólo el 54 por ciento de sus padres y abuelos tienen esta disposición.
Pero Seañez afirma que hay razones para el optimismo. Los jóvenes comienzan a tomar conciencia de la necesidad de tomar decisiones financieras a largo plazo cerca de los 29 o 30 años. "Van cambiando sus prioridades, y se van haciendo de responsabilidades más grandes. La historia también ayuda. Muchos se están dando cuenta de cómo sus abuelos están teniendo que depender de sus padres, y el ahorro para el retiro comienza a estar en su radar".
Gracias a que viven en un mundo digital y tienen gran cantidad de información disponible "entienden muy bien de finanzas y están preparados para tomar decisiones". La clave, dice Seañez, es "cultivar" esos conocimientos y trabajar con ellos en sus prioridades.
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