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Familias desesperadas utilizan Facebook para visibilizar la crisis de los desaparecidos en México

14/02/2017 - 11:19 am

Facebook es una de las redes sociales más populares, por lo que se ha convertido en uno de los espacios más concurridos para crear perfiles, páginas y grupos que colaboran en amplificar la búsqueda de personas desaparecidas, ya que cuenta con la capacidad de llegar a personas en otras ciudades, en otros estados, y en otros países de ser necesario. Sin embargo, cada caso es titánico, difícil, doloroso, e incluso, complicado, debido a que, en ocasiones, existe la complicidad de algunas autoridades con el crimen organizado.

Ciudad de México, 14 de febrero (SinEmbargo/GlobalVoices).– En México los desaparecidos se buscan por cielo, mar, y tierra, pero también a través de anuncios en Internet. La desesperación que sienten las familias las obliga a agotar hasta los últimos recursos, y considerando que las redes sociales y otras plataformas digitales están al alcance de muchos, no han dudado en usarlas para apoyar su búsqueda.

Numerosas familias han abierto perfiles, páginas y grupos en redes sociales dedicados especialmente a encontrar a un ser querido desaparecido o secuestrado. Facebook es una de las redes que se ha convertido en uno de los espacios más recurrentes para amplificar el rastreo, con la esperanza de llegar a personas en otras ciudades, en otros estados, y en otros países de ser necesario.

Los nombres de estos grupos son a veces crudos, como Desaparecidos y levantados en el estado de Puebla, que fue creado para ayudar en la difusión masiva y localización de personas en ese estado.

Cada búsqueda es titánica, difícil y dolorosa, y por si fuera poco, complicada y obstaculizada por la omisión, incapacidad y a veces complicidad de algunas autoridades con el crimen organizado. A continuación mostramos ejemplos de algunas búsquedas que actualmente se difunden desde Facebook.

PADRE E HIJO

El 14 de abril de 2014, Horacio Castillo Reyes y Horacio Castillo Herrera – de 47 y 24 años respectivamente – fueron vistos por última vez en Nuevo Laredo, Tamaulipas, al norte del país. Al día siguiente la familia se mudaría a la Ciudad de México, pero los planes no se concretaron después de que sus familiares intentaron contactarlos vía telefónica y por Internet sin éxito. Durante una de las llamadas telefónicas, un hombre contestó el celular del padre. Según sus familiares: “Dijo que había encontrado el aparato. Volvimos a llamar y dijo que dejáramos de estar chingando o que también nos iban a matar”.

Mientras los archivos se empolvan en los cajones y escritorios de las instituciones encargadas de dar con su paradero, sus seres queridos se aseguran de mantener vigente el caso con publicaciones periódicas en la página Buscando a Horacio Castillo e Hijo. En cada mensaje instan a los lectores a ser parte de la búsqueda y compartir la publicación.

«Ayúdalos a regresar a casa, no seas indiferente al dolor. Ellos no son solo un número más de los miles de desaparecidos… son un padre, un hijo, un hermano, un esposo, un tío y un abuelito. No vamos a descansar hasta encontrarlos.”

BUSCAN A MAFER

Familiares de Fernanda Azpeitia Amador, desaparecida el 27 de agosto de 2016, abrieron la fanpage Encuentra a María Fernanda para usarla como buzón para recibir información que ayude a dar con el paradero de la joven. A través de este espacio también se comparte información sobre los avances en las investigaciones, y noticias relacionadas al caso. Recientemente se dio a conocer la existencia de amenazas provenientes del crimen organizado contra la institución que sigue el caso. Su madre comenta:

«Mi vida era tranquila, controlada, todo en orden, hasta que comenzó esta pesadilla, esta angustia que no permite que mi vida continúe, necesito encontrar a mi hija».

María Fernanda fue vista por última vez mientras abordaba un taxi con dirección a su hogar, luego de dejar el departamento de su ex cuñada – quien es considerada como sospechosa de su desaparición, al igual que su hermano, ex pareja de la víctima. A la joven de 22 años le esperan en casa su pequeña hija y familiares. Ellos denuncian la ineficacia de las autoridades por no mostrar avances en la investigación. A los 5 meses de su desaparición, su madre escribió:

«Hoy, hace cinco meses desde que te escuche por última vez. (…) Hoy, hace 5 meses que la indiferencia ha logrado que yo no te encuentre».

“NO ME LLEVEN, SOY MAESTRO”

A Daniel Ramos Alfaro se le vio por última vez el 2 de octubre de 2013. Ramos es instructor y maestro rural, colaborador del CONAFE (Consejo Nacional de Fomento Educativo) en Uruapan, Michoacán. Su desaparición forzada a manos de militares se dio meses antes de la tragedia de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Su historia se cuenta a través de un video compartido desde la página dedicada a su caso. El día de la tragedia, Daniel fue a la comunidad rural de Betania y al poblado de Nuevo San Martín, Michoacán, con el fin de impartir clases de educación básica, como hacía desde hace 4 años. El 2 de octubre no llegó a su destino, pero sus pertenencias fueron halladas en el camino que recorrió ese día. La fecha y el lugar de su desaparición coincidieron con un operativo que realizó el ejército mexicano para erradicar marihuana en la zona.

“MI NIÑA, NO CREZCAS MÁS”

Los mensajes en las múltiples páginas de Facebook tratan de mostrar con total sinceridad el sentir de los deudos, entre ellos madres que a pesar del paso de los años se mantienen constantes en las publicaciones de las páginas que han abierto.

Tal es el caso de Buscando a María José Monroy Enciso, quien fue robada en 2010, a los 11 meses de edad en el Estado de México. El responsable trató de asesinar a su mamá, pero ella sobrevivió. Aunque fue detenido, ha mantenido en secreto el paradero de la menor. La sobreviviente cuenta su historia a detalle a través de Facebook con el fin de llegar a alguna persona que tenga información sobre la ubicación de su bebé, que ahora es una niña de 7 años.

«Una bebé de 11 meses, que tomaba medicamento por convulsiones; una bebé inocente e incapaz de valerse por sí misma; una niña inocente, incapaz de comprender el peligro que la rodea. Ahora tiene 7 años y vive con una familia que no es la de ella, bajo una identidad falsa, un nombre comprado con dinero manchado de dolor e injusticia. Llegó a finales de septiembre o principios de octubre de 2010 a casa de sus raptores, debieron bautizarla, debieron cambiarle la edad un mes más o un mes menos posiblemente. Ella nació el 14 de octubre, hoy, su cumpleaños debe ser otro…”

Las cifras oficiales señalan que en México habían 27 mil 659 desaparecidos desde 2007 hasta el 31 de diciembre de 2015, pero la organización FUNDEM (Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en México) asegura que al 2016 el número ascendía a 300 mil personas.

Por su parte, la Fundación Nacional de Investigaciones de Niños Robados y Desaparecidos señaló que tan solo entre 2013 y mediados de 2014, eran 45 mil los menores desaparecidos víctimas de sustracción o rapto con fines de explotación sexual, laboral y para tráfico de órganos.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE GlobalVoices. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

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