La Diócesis de Saltillo emitió un comunicado en el que confirma que el cuerpo del sacerdote desaparecido hace una semana, Joaquín Hernández, fue encontrado en un paraje de Coahuila.
Ciudad de México, 12 de enero (SinEmbargo).- En conferencia de prensa, el obispo de Saltillo, Raúl Vera López informó que ya hay dos personas que se encuentran en calidad de detenidos por el presunto homicidio del sacerdote Joaquín Hernández Sifuentes.
«Vivimos en un ambiente descompuesto», dijo Vera López quien aseguró que desde su administración, es la primera vez que se atenta contra la vida de un sacerdote. Asimismo, exhortó a los ciudadanos a quitarse la idea de que los miembros de este clero no están expuestos a ser víctimas de cualquier crimen al igual que el resto de la sociedad.
Por la tarde, un comunicado de la Diócesis de Saltillo confirmó que uno de los tres cuerpos encontados en un paraje de Coahuila pertenece al sacerdote Joaquín Hernández Sifuentes, desparecido hace una semana.
«Confirmamos con profunda tristeza que nuestro hermano Joaquín Hernández Sifuentes, sacerdote diocesao a quien no nos cansábamos de buscar con la esperanza de que siguiera con vida, ha pasado a la casa del Padre eterno. Esta tarde las autoridades informaron que fue encontrado sin vida su cuerpo», refiere el comunicado emitido por la Diócesis.
Asimismo, agradeció la colaboración de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en la investigación del caso pues, «no sólo fueron respetuosos con el ministerio del padre, sino que fueron profesionales en el desempeño de sus funciones».
Hasta el momento, la dependencia no ha confirmado la información proporcinada por la Diócesis del estado, sin embargo, al medio día, fuentes internas de la PGJE revelaron al medio Vanguardia que había indicios de que uno de los cuerpos encontrados correspondía al sacerdote desaparecido en Saltillo hace ocho días.
El párroco residía en el estado del norte que ha sido azotado por la violencia de los cárteles del narcotráfico. Aunque no queda claro si su desaparición se trata de un delito, la Conferencia del Episcopado Mexicano dijo que “el crimen y la violencia destruyen lo más sagrado que tenemos: la vida”.
Se suponía que Hernández iba a tomar unas vacaciones cortas a partir del 3 de enero, según la Diócesis. Pero un amigo cercano no logró ponerse en contacto con él telefónicamente ese día. Horas antes esa misma mañana, un vecino vio a dos hombres jóvenes llevarse el automóvil del sacerdote, pero a él no lo vio con ellos.
El amigo fue a la residencia de Hernández en la iglesia y encontró su habitación desordenada, con el armario y los cajones abiertos y ropa en el piso, lo cual es inusual en el clérigo, quien es muy limpio y ordenado, señaló la diócesis.
Dos días después, el amigo regresó a la vivienda del sacerdote y notó que su maleta con ropa y otras pertenencias aún estaban ahí, junto con sus lentes que necesita para manejar. Entre sus posesiones desaparecidas se encuentra el automóvil, su teléfono celular, su tableta y su computadora.
-Con información de Armando Ríos/Vanguardia