En la reaparición de Enrique Peña Nieto ante los mexicanos, luego de sus vacaciones decembrinas, el tema del gasolinazo fue secundario. El medio día de este miércoles convocó a medios de comunicación para hacer públicos dos nuevos nombramientos en su Gabinete: sobresalió el regreso de uno de los cerebros de la Reforma Energética, Luis Videgaray, ahora titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Peña Nieto abordó al final de su discurso el tema que hoy tiene en las calles a miles en casi todo el país. El Presidente dijo que comprendía la molestia por el "mega gasolinazo", pero también pidió comprensión hacia él y la decisión que tomó, ya que de no hacerlo, dijo, hubieran sido “aún más dolorosos los efectos y las consecuencias”. Habló de la necesitad de cuidar “la estabilidad económica” justo el día en que la inestabilidad económica llevó al dólar a un nuevo máximo histórico.
La liberalización del precio de las gasolinas no correspondía a 2017. De acuerdo con la Reforma Energética, se realizaría en 2018. "No hay una explicación económica para eso", dijo a SinEmbargo Miguel López López, integrante del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana. El especialista consideró incluso que el aumento va en contracorriente con las necesidades a corto plazo que tiene el país frente a la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos.
Ciudad de México, 4 de enero (SinEmbargo).- “Comprendo la molestia y el enojo que hay; comparto el enojo. Pero déjenme decirles que es una medida que nadie hubiera querido que se tomara. No es una decisión fácil. No es el deseo del Presidente de la República dañar a nadie. De no hacerlo, serían aún más dolorosos los efectos y las consecuencias. Como lo ha explicado el titular de la Secretaría de Hacienda, no es resultado de la Reforma Energética o de la Reforma Hacendaria; refleja los precios internacionales”, dijo el día de hoy el Presidente de la República Enrique Peña Nieto.
El 28 de diciembre pasado, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció que los tres tipos de gasolina aumentarían 20 por ciento. Desde ese día, hasta hoy, las protestas no han parado. A diario, diversos sectores de la sociedad toman casetas, autopistas y gasolineras.
El aumento, dijeron las autoridades, se debe al proceso de liberalización de gasolina que el Gobierno federal adelantó para este año. Se trata de una de las acciones de la Reforma Energética que busca acabar con el monopolio de Petróleos Mexicanos (Pemex) y ofrecer a los ciudadanos un mercado de gasolinas, en el que hasta el momento participan, además de Pemex, Oxxo e Hidrosina. De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Economía, a finales de 2017, la cantidad de franquicias podría ser del doble de las 11 mil 431 que hay actualmente.
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Pero más allá de la oferta que se gozará para entonces, la afectación en la economía de los consumidores es el tema que hoy preocupa. El alza se da cuando apenas inició la recuperación gradual del salario mínimo.
Para el maestro Miguel López López, integrante del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana, el aumento va en contracorriente con las necesidades a corto plazo que tiene el país frente a la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos.
“Decían que con Trump nos pasaría de todo y sí, pero eso no se compara con un Gobierno que dice defender los intereses nacionales y de los propios mexicanos. De Trump te lo esperas, pero un gobierno que defiende supuestamente los intereses de los mexicanos, de los más desfavorecidos, lo único que hace es perjudicar con esas medidas a esa población. Con el aumento de las gasolinas y con el discurso erróneo que tienen es un caos el que generan. Están llevando al país a una crisis por la irresponsabilidad de haber adelantado la liberalización, porque no hay una explicación económica para eso”, comentó en entrevista con SinEmbargo.
López explicó que cuando se hizo el incremento al salario mínimo, las cámaras empresariales y las autoridades de Hacienda y del Trabajo, se olvidaron del argumento central de que los salarios provocaban inflación, pretexto que utilizaron por años para no subirlo.
El aumento de 7 pesos al salario en 2017 fue ante la incertidumbre por el mandato de Donald Trump. Los empresarios defendieron en foros y medios de comunicación, la necesidad de aumentar los salarios, justamente, para fomentar el mercado interno.
El Gobierno federal por su parte, sabía que la liberalización del precio de la gasolina iba a generar aumentos de precios. Adelantó la liberalización un año y de esa manera anuló el posible impacto positivo que traería el aumento de 7 pesos al salario mínimo.
La incertidumbre por Trump es importante, ya que el día de ayer Ford Motors anunció la cancelación de sus planes para construir una planta de mil 600 millones de dólares en San Luis Potosí; y en su lugar invertirá 700 millones de dólares en otra planta en Michigan, lo que generará la creación de 700 nuevos puestos de trabajo en Estados Unidos, dijo hoy Mark Fields, CEO de la compañía, en entrevista para CNN Noticias.
Ayer por la mañana, el Presidente electo de Estados Unidos Donald Trump amenazó con cobrar un gran impuesto a General Motors si no muda a su país la construcción del Chevy Cruze que se ensambla en México.
A través de su cuenta de Twitter, el magnate dijo que la empresa ingresa a Estados Unidos el automóvil sin pagar impuestos: “General Motors está mandando su modelo hecho en México, Chevy Cruze, a los concesionarios de Estados Unidos libre de impuestos en la frontera. Lo hacen en Estados Unidos o pagarán un gran impuesto”.
“Hay ya una sensación de incertidumbre. La misma cúpula empresarial está protestando, está preocupada porque el incremento salarial ya no les generará beneficios y por una inflación que posiblemente estará por encima de los previsto, puede ir de 3.9 a 4.9 por ciento anual, ya que el efecto de la gasolina es multiplicador y así también es el impacto […]. Eso lo pueden absorber los grandes y obligarán a los pequeños, pero estos tarde o temprano van a quebrar porque simplemente no los van a aguantar. Toda la parafernalia de la Reforma Energética no ha sido más que para beneficiar los intereses extranjeros, grandes corporativos de gas y gasolineras o de petróleo crudo”, agregó López López.
El incremento inicial es de 14 por ciento para enero, pero se estima que los precios pueden aumentar por región entre el 19 y el 22 por ciento en promedio.
Como lo explica el economista, ese incremento tendrá un efecto multiplicador, dado que todos los sectores de actividad económica requieren de transporte para mover esas mercancías y ese incremento será trasladado a los productores que tienen poco margen de costos y de ganancia. Entonces se trasladará ese aumento al precio de los productos, principalmente los perecederos, los de canasta básica dirigidos a la población de ingresos bajos y medios.
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De acuerdo con datos del Observatorio, los afectados serán aquellos cuyos gastos en transporte y perecederos sea mayor en términos de su ingreso: el 10 por ciento más pobre gasta en transporte, gasolina y alimentos, más del 50 por ciento de su ingreso; mientras que el 10 por ciento más rico, sólo el 15 por ciento de su ingreso en ello.
Además, si se ve sólo en términos de la gasolina, en México se gasta casi el 4 por ciento del ingreso en eso y convierte al país donde, en proporción a su ingreso, de una muestra de 60 países, el costo es el más alto.
Las autoridades han defendido que el precio de la gasolina es aún el más bajo en comparación con el de otros países, “se basan en dólares y así el precio de la gasolina en México es de 0.65 dólares y por ejemplo, la de Hong Kong, vale 1.80 dólares. Pero ellos tienen salarios altos y el porcentaje que gastan de sus salarios es de 0.65 por ciento y en México el 4 por ciento. México es el país que más gasta respecto a su ingreso en gasolina”, agregó.
Para los analistas de CI Banco, las políticas de recaudación de impuestos, lejos de apoyar a la población de menos ingresos generan “efectos nocivos e incentivos perversos, sin poder cumplir con sus objetivos finales”.
En un reporte publicado el día de hoy, precisó que antes del gasolinazo de inicio del año el precio de la gasolina en Estados Unidos era 11 por ciento más barato en pesos, de lo que costaba hasta el sábado pasado en México. Además de que el precio allá aún está 45 por ciento por debajo de lo que le costaba a un ciudadano estadounidense durante la crisis económica de 2008-2009.
Para López López, con esta decisión se garantizan dos cosas, la primera, la de dar rentabilidad a quien entre al negocio de la gasolineras y luego, la recaudación de impuestos en un momento en el que los ingresos petroleros cayeron drásticamente, del 36 por ciento al 8.
“[El Gobierno] ya no quiere depender de los ingresos petroleros y lo están obteniendo del ISR a personas físicas y a la gasolina. Cuando llegó Peña Nieto, los impuestos a las gasolinas representaba 30 mil millones de pesos, ahora, casi 300 mil millones de pesos. Cada litro de gasolina tiene un impuesto de 4.20 pesos. El precio de la gasolina, que está en 16 y podría estar en 11 pesos. Eso sucedería si el gobierno tuviera voluntad podría bajar el precio de la gasolina, pero no lo hará por que si quita eso, bajará su gasto corriente y ahí están los privilegios de los altos funcionarios, los seguros, los aguinaldos”, añadió.
CI Banco prevé que la inflación en México cerrará 2016 cerca del 3.5 por ciento, pero con la probabilidad de que continúe la tendencia alcista y quizá llegue hasta el 5 por ciento en algún momento del año, para cerrar 2017 en niveles cercanos al 4.5 por ciento anual. El incremento en el precio de la gasolina provocará que la inflación mensual en enero sea cercana al 1 por ciento.
“La gente del gobierno ha establecido una política de ejercer su estrategia de saqueo y esto se logra gracias a que la Reforma Energética vincula los negocios de trasnacionales con el Gobierno federal. Muchos de ellos aparecen en los consejos de administración de grandes empresas. Ellos lo adelantaron porque piensan que 2018 no sería una no propicio para ello por las elecciones. Lo adelantaron pensando en que el 2018 no se les complique. Suponen que el malestar de la población será pasajero, como muchas cosas en el país”, agregó el académico de la Ibero.