Sanjuana Martínez
02/01/2017 - 12:04 am
Gasolinazo y resistencia civil
¿Las protestas tumban presidentes? Por supuesto.
Creo en el poder de la sociedad civil. Estoy segura que el cambio para México no va a salir de Los Pinos. Tampoco saldrá de nuestros diputados o senadores. Mucho menos de la clase política que nos gobierna. El cambio será generado por nosotros, los ciudadanos.
¿Qué más necesitamos para decir basta al gobierno corrupto e impune que dirige el destino de todos? El poder ciudadano está por encima del poder gubernamental. Nosotros los pusimos, nosotros los quitamos.
¿Llegó el momento de la Revolución? Creo que sí. Necesitamos una revolución de las conciencias, una revolución pacífica que genere verdaderos cambios y que detenga el saqueo a manos llenas de los recursos del país, una revolución que meta a la cárcel a tanto político y funcionario corrupto, una revolución que detenga los gasolinazos, que modifique las decisiones que afecten a la sociedad; una revolución que obligue al presidente a dimitir, una revolución que provoque la renovación de la clase política, una revolución que impida reformas que solo benefician a unos cuantos, una revolución que frene a los gobernadores corruptos, una revolución que limite los excesos de los diputados, una revolución que contenga el poder de los senadores, una revolución económica que aumente los salarios de los trabajadores, una revolución que sostenga y aumente la clase media, una revolución que quite privilegios a los que más tienen, una revolución que reduzca la pobreza, una revolución que proporcione comida a los 28 millones de pobres alimenticios, una revolución que genere precios justos, que acabe con la falsa inflación, una revolución que produzca millones de empleos bien pagados, una revolución que genere un verdadero estado de derecho, una revolución que contenga al crimen organizado, las desapariciones, los asesinatos, el robo y el secuestro; una revolución para que el país no viva del narcotráfico, para que los Señores de la droga no decidan a quien poner o quitar en el poder; una revolución para eliminar el fuero militar y someter al Ejército al imperio de la ley, una revolución que reduzca el número de millonarios, una revolución para tener auténtica distribución de la riqueza, una revolución para crear un país más justo, una revolución para cambiar a México.
Depende de nosotros. ¿Somos un país de agachones? ¿Somos un país de conformistas? ¿Somos un país de miedosos? ¿Somos un país de flojos? ¿Somos un país de resignados? ¿Somos un país de permanentes amolados? ¿Somos un país de sometidos?…. ¡No! … La clave está en la organización social.
Es necesario dejar el sillón de confort para ver realmente lo que está pasando. Si seguimos indiferentes a lo que nos hace nuestra clase política, el país se ira al traste, políticos y funcionarios se van a acabar el país en un dos por tres. No nos dejarán nada, ni a nuestros hijos o nietos. Urge levantarse y protestar.
La lista de países que han logrado cambios gracias a las protestas es larga. Empecemos a recordar la llamada Primavera Árabe surgida en Tunez el17 de diciembre de 2010, un efecto domino que generó cambios en Egipto, Argelia, Libia, Jordania, Sahara Occidental y otros países hasta el año 2014 a base de protestas.
¿Las protestas tumban presidentes? Por supuesto. El caso reciente de Guatemala en donde millones de personas hartos de la corrupción y al grito de “Guatemala es tu patrón y Guatemala te despide, Otto Pérez Molina!, es emblemático. Ese grito unió a todo el país en un movimiento de protestas en todas las ciudades y pueblos para exigir la renuncia del presidente. Bloqueos y huelgas provocaron finalmente su dimisión y encarcelamiento.
¿Cuál será la gota que derrame el vaso para los mexicanos?… Para Mahatma Gandhi la gota fue el impuesto sobre la producción y la venta de sal en la India. El 12 de marzo de 1930 Gandhi inició la llamada “Marcha de la Sal”, una caminata de 390 kilómetros para protestar contra el Imperio Británico y durante 23 días pronunció históricos discursos contra la injusticia colonial. Eso desencadenó una ola de resistencia civil pacífica contra el Imperio y fue el inició de su independencia.
Revoluciones pacíficas han generado cambios importantes como en Ucrania el 22 de noviembre de 2004, cuando la gente empezó a salir a las calles a protestar por un fraude electoral. La llamada “Revolución Naranja” logró que se repitiese el proceso y se reconociera el triunfo de Víctor Yanukóvich. La Revolución de Terciopelo en Checoslovaquia en 1989 provocó la caída del gobierno comunista. Protestas generalizadas y una huelga que paralizó al país durante dos horas, fueron suficientes para demostrar el poderío social y generar el cambio. El movimiento de las Mujeres de Liberia Por la Paz es otro ejemplo. Fue Leyman Gbowee, una madre que reunió a otras decenas de mujeres para orar por la paz y se inició un movimiento de mujeres amas de casa, profesionistas, obreras que organizó campañas para poner fin a la guerra civil en Liberia y la elección de la primera Jefa de Estado en África, Ellen Johnson.
Ejemplos sobran. Solo faltan las ganas de decir basta. De hacer boicots económicos, de salir a la calle a protestar, de organizarnos para demostrar nuestro hartazgo y generar cambios.
El gasolinazo de Enrique Peña Nieto y el PRI forma parte de la nefasta reforma energética, un engaño a todas luces. Peña Nieto mintió diciendo que después de esta reforma no subirían los precisos de la luz y que acabaría con los gasolinazos. Esas mentiras son suficientes para exigir su renuncia. Pero hay otros elementos.
¿Quiénes son los beneficiarios de los gasolinazos? Los ganones son dos grupos amigos de Peña Nieto: Oxxo y Seven-Eleven. El primero es del grupo regiomontano Femsa dirigido por José Antonio Fernández Carbajal, alias “El Diablo”, un hombre enfermizamente ambicioso que dio el golpe de su vida, casándose con Eva María Garza Lagüera, hija del heredero millonario del imperio cervecero Garza Sada. Durante años, en Monterrey los herederos multimillonarios, no han permitido por machismo, que sus hijas sean capitanas de empresa, solo hay capitanes. Y fue así como “El Diablo” heredó un imperio y se convirtió en un hombre sin escrúpulos, capaz de destruir un bosque para levantar su estadio a base de corrupción y de un comodato inaceptable. Por algo le dicen El Diablo, tal vez porque solo piensa en acumular riqueza a costa de lo que sea, un empresario típico hambreador que ha traicionado el legado de Don Eugenio Garza Sada y que contribuye a generar más pobres. El Diablo, es uno de los dueños de México que quitan y ponen presidentes y que está destruyendo al país.
Pues bien “El Diablo” que obviamente apoyó Peña Nieto a llegar al poder, ahora recibe sus beneficios. A través de su filial Oxxo-Gas tiene actualmente 348 estaciones de gasolina en 14 estados coptando el 3 por ciento del mercado de la venta de gasolina, pero quiere más, (ellos siempre quieren más) y este año pretende llegar a tener 500 estaciones.
El otro ganon es Petro-7 propiedad de la multinacional japonesa Seven & Holings que actualmente tiene estaciones de gasolina en nueve estados de la república pero quiere abrir 35 estaciones más para seguir acumulando riqueza a costa de los mexicanos.
Los siguientes ganones de los gasolinazos son Full Gas propiedad de Chevron que actualmente tiene 50 gasolineras en el país y 10 más en construcción y que quiere construir 200 más en tres años. También tenemos al ganón Gulf que pretende tener el 25 por ciento del mercado de venta de gasolina y construir más de dos mil gasolineras en los próximos tres años.
Punto y aparte, el mayor ganón de todos es el amigo cansado de Peña Nieto, Jesús Murillo Karam, quien tiene siete gasolineras bajo la marca Hidrosina y quiere construir 13 más en este 2017. El ex procurador ha sido favorecido con contratos ilegales de Pemex, casos ampliamente difundidos y también fue investigado por presuntamente lavar dinero del priísta Hank Rohn.
Como pueden ver, el botín energético es amplio y serán estas y otras empresas mexicanas y extranjeras las que saldrán ganando a costa de nosotros. De hecho el objetivo de la reforma energética de Peña Nieto era precisamente beneficiar a estas empresas con los altos precios de gasolina. Actualmente en México hay 11 mil 431 gasolineras y tan solo en 2017 se construirán otras 12 mil para seguir sangrando nuestros bolsillos con gasolina más cara.
¿Qué más necesitamos para movernos y protestar? ¿Cuántos gasolinazos más vamos a soportar? ¿Hasta cuándo vamos a reaccionar? Peña Nieto y todo el gobierno, son nuestros empleados y merecen ser despedidos porque han demostrado su mezquindad, corrupción e incapacidad para proporcionar bienestar a los ciudadanos.
¿Será posible tumbar este gobierno? Claro, solo hay una forma de hacerlo. ¿Le entras? Utiliza las redes sociales para organizarnos, sal a las calles a protestar, exhibe a los políticos y funcionarios corruptos, muestra las caras de los traidores, convoca boicots económicos, organiza huelgas laborales por encima de los sindicatos vendidos que tenemos, haz grupos de resistencia, empieza con tus amigos, tu familia, tus compañeros. Por algo se empieza. Ningún esfuerzo colectivo es poco… ¡Juntos podemos lograr el cambio!
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