El avión que transportaba los satélites despegó poco después del amanecer de la Estación Cabo Cañaveral de la Fuerza Aérea.
Por Marcia Dunn
Cabo Cañaveral, Florida, EU. 15 de diciembre (AP).- La NASA lanzó el jueves ocho mini satélites para medir el viento en lo profundo del ojo de los huracanes.
El avión que transportaba los satélites despegó poco después del amanecer de la Estación Cabo Cañaveral de la Fuerza Aérea. Una hora después el copiloto presionó un botón que liberó el cohete Pegasus y los satélites adosados a este desde la parte inferior del avión, a 39 mil pies (11 mil 890 metros) sobre el Atlántico y 160 kilómetros (100 millas) al este de Daytona Beach.
El Pegasus se encendió cinco segundos después, propulsando los satélites a una órbita de más de 480 kilómetros (300 millas) de altitud. Los satélites se desprendieron exitosamente de la etapa superior del cohete, dos a la vez, a intervalos de medio minuto, lo que generó aplausos en la sala de control de lanzamiento.
Con el Sistema Satelital de Navegación Global de Ciclones, con costo de 157 millones de dólares, se tiene el propósito de mejorar el pronóstico de huracanes. Los satélites tienen receptores de navegación GPS para medir frecuentemente la superficie de los océanos, lo que permitirá a los científicos calcular la velocidad de viento e intensidad de la tormenta. A diferencia de los satélites de monitoreo de clima que ya están en órbita, estas naves espaciales pueden observar a través de la lluvia que se arremolina en un huracán hasta el ojo, o núcleo.
«Se vio hermoso», dijo el director de lanzamiento de la NASA, Tim Dunn. «Estamos muy emocionados».
Cada nave espacial pesa sólo 29 kilogramos (64 libras) y tiene una envergadura de 1.5 metros (cinco pies).
Christopher Ruf, de la Universidad de Michigan y principal investigador, dijo que los satélites pasarán por algunos meses de pruebas y que deberán producir en abundancia datos científicos para la NASA y el Servicio Nacional de Meteorología. Los científicos quieren los satélites arriba y operando antes de que inicie la temporada de huracanes el 1 de junio.
La NASA optó por un lanzamiento aéreo de la compañía aeroespacial Orbital ATK, en lugar de un lanzamiento tradicional por cohete desde tierra, para reducir costos. El primer intento de lanzamiento, el lunes, fue frustrado por una falla en un interruptor de carga del avión que evitó que funcionara el sistema de liberación de satélite. Luego, el miércoles, un problema de software de la nave provocó otra demora.