Eran las 19 horas del domingo 30 de octubre. Alicia, acompañada de sus dos hijos, atendían el puesto familiar; unos preparaban hot dogs, otros freían alitas a la diabla. Fue cuando la viuda recibido una llamada telefónica en la que la amenazaban de muerte: “Hija de tu puta madre, te voy a quemar tu casa”. Minutos después la casa ubicada en Tierra Blanca ardía.
Por Laura Rojas
Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo/BlogExpediente).– Alicia Blanco dice que sabe quiénes le quemaron la casa la noche del domingo pasado, en la colonia Lomas de Tierra Blanca. Por fortuna, en el inmueble ubicado sobre la calle Pioquinto Becerra, no había nadie.
Pero en general, se perdieron artículos materiales, ropa y pertenencias que eran guardadas en esa casa, misma que Pedro Tamayo y ella habían conseguido, desde el terreno, con sacrificios.
La familia del periodista asesinado el pasado 21 de julio se encontraba en la otra casa, la familiar, en donde atienden un puesto de comida, y en donde pasan los días custodiados por policías.
Pero aún con eso, la noche del domingo, horas antes del incidente, al teléfono de Alicia Blanco llegó una llamada de número desconocido.
“Ya sabes quienes somos, te tenemos ubicada y te vamos a quemar la casa hija de tu madre”, gritaron ciertas voces al otro lado del auricular.
Alicia Blanco dice que las voces son reconocidas, “me avisaron que me quemarían la casa, pues que me la quemen, les dije, nunca pensé que se iban a ir contra la casita que tenemos en un terreno en otra colonia, es una casa chiquita, pero guardamos ahí algunas cosas”.
El motivo por el cual recibió esta agresión y amenazas –dice- el seguir insistiendo ante las autoridades con las denuncias para que se aclare el homicidio de su esposo.
Pues elementos de la Policía del ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, participaron en los hechos entorpeciendo la labor de la Cruz Roja esa noche de la tragedia, y ni uno sólo ha sido mandado llamar a cuentas.
El Fiscal General de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, como en el resto de los casos de periodistas, mantiene el caso empatando, como perro juguetón, persiguiéndose la cola a la espera de cazarla.
Después de la desaparición de los jóvenes de Playa Vicente, en enero pasado, Tierra Blanca vivió varios meses de turbulencia y después calma, pues la presencia de la Gendarmería y la detención de numerosos delincuentes en la región, trajo calma.
Sin embargo, de unos meses para acá, después de que los padres de los cinco desmontaron el campamento que mantenían en una agencia del MP, los demonios se volvieron a desatar y las ejecuciones y privaciones ilegales de la libertar, están a la orden del día.
Alicia Blanco denunció los hechos ante la Fiscalía de Tierra Blanca, en la carpeta 490/2016.
En esa denuncia enumera los detalles sobre una serie de hostilidades que ha padecido desde el entierro de Pedro Tamayo a la fecha, y que desembocaron en el incidente en su casita de la colonia Lomas de Tierra Blanca.
Las personas que le quemaron la morada, insiste, cuentan con señalamientos, y el Fiscal, no los detiene, ni les investiga.
“En el gobierno de acá me ofrecen reubicación, irme a otro estado, hasta me compran un casa y me buscan trabajo, pero ¿por qué me voy a ir yo de mi casa, a escapar, si no he hecho nada, solamente pedir justicia por mi marido?”.
Al igual que Moisés Sánchez y Rubén Figueroa, que con antelación advirtieron sobre temores, los pasos de la muerte cerca, y no fueron escuchados, terminando en tragedia, lo de Alicia Blanco es un grito a tiempo que espera no se convierta en un grito en el desierto.
El primer desaire de la Fiscalía contra la familia de Pedro Tamayo, se dio el mismo día de que René Álvarez Vázquez, uno de los chamacos consentidos del Fiscal, acudió a la casa enlutada en Tierra Blanca para ponerse a las órdenes de los deudos en su papel de Fiscal para atender a periodistas y delitos electorales; eso fue a las tres de la tarde, horas después, ya estaba tomando protesta en su nueva chamba, recomendado por el Bravo Contreras, como Fiscal Regional en Tuxpan.
Posteriormente, Flavino Ríos Alvarado, primero como secretario de Gobierno, ahora como gobernador, ha ofrecido la luna y las estrellas a la familia de Tamayo, hasta ahora, todo ha sido mentiras y promesas.