En pie de guerra refresqueras contra la salud pública

18/10/2016 - 12:03 am
“No hay alimentos buenos o malos”: el mantra de las refresqueras, repetido por la AND, citado por la ANPRAC y repetidos por las asociaciones y académicos financiados por esta industria. Foto: Cuartoscuro.
“No hay alimentos buenos o malos”: el mantra de las refresqueras, repetido por la AND, citado por la ANPRAC y repetidos por las asociaciones y académicos financiados por esta industria. Foto: Cuartoscuro.

Ante la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de subir el impuesto a las bebidas azucaradas a un 20 por ciento, monto que se proponía desde un principio, las refresqueras responden de que esa no es una recomendación de la OMS. No basta que la OMS difunda el documento con la recomendación, no basta que su representante en México lo diga, no basta que la recomendación del impuesto a estas bebidas esté en muy diversos documentos de éste el mayor organismo internacional de salud, no basta para que las refresqueras acepten que el impuesto funciona y que debe incrementarse para que funciones más, así de simple.

Las prácticas de la industria refresquera se están revelando en su semejanza con las de la industria del tabaco. De manera casi paralela a la recomendación de la OMS se publicó en el American Journal of Preventive Medicine un estudio en el que se exhibe que Coca Cola y Pepsico financiaron 96 organizaciones nacionales de salud en los Estados Unidos entre 2011 y 2015 al tiempo que cabildearon en contra de 29 iniciativas de salud pública que afectarían las ventas de bebidas azucaradas. Diversas instituciones médicas y de salud que incluyen en su misión combatir la epidemia de obesidad recibieron financiamiento de estas compañías. Como señalan los autores, a través de estos financiamientos las refresqueras lograron neutralizar a estas organizaciones e, incluso, impulsaron a algunas de ellas a participar como voceros para negar el daño de las bebidas y oponerse a las políticas que pueden afectar las ventas de estos productos.”

Como si esto fuera poco, con diferencia de días solamente, una de las revistas de mayor influencia entre los tomadores de decisión de los Estados Unidos, “Político”, publicó un artículo extenso, “Leaked: Coca-Cola’s Strategy to Kill Soda Taxes”, que da cuenta del contenido de una serie de correos internos de Coca Cola que muestran las estrategias desarrolladas por esta empresa a escala internacional, nacional y local, para oponerse a cualquier política regulatoria, especialmente a los impuestos. En esos correos se puede leer la estrategia dictada por la refresquera para enfrentarse a la medida que más les puede afectar, el impuesto: argumentar que no sirve para enfrentar la obesidad, significa una reducción insignificante de calorías, afecta a los más pobres, provoca pérdidas de empleos, sumar a la estrategia a los pequeños comerciantes, etc. Nos suena muy familiar, los mismos argumentos desplegados en California, Reino Unido, Sudáfrica, Israel, Colombia, México, etc.

Las prácticas de las refresqueras están quedando expuestas: pagan investigaciones a modo para presentar estudios a los políticos y la opinión pública que niegan el daño de las bebidas azucaradas y que señalan que los impuestos no son efectivos; financian a asociaciones de diabetes, de nutriólogos, de médicos y a instituciones académicas e investigadores, para neutralizarlos y, si es posible, para que opinen públicamente como “voces independientes” en contra de la política pública que afecta los intereses de esta industria; trabajan con agencias de relaciones públicas para establecer relaciones con columnistas y reporteros; establecen vínculos con legisladores y funcionarios públicos a través de diversas estrategias.

En el caso de México puede constatarse como algunos columnistas de la sección de finanzas repiten argumentos idénticos en sus entregas, es decir, el mismo día puede leerse no solamente el mismo argumento sino también casi la misma redacción sobre el mismo. Algunos de ellos han pasado, incluso, hasta al ataque a las asociaciones y personas que promovemos esta medida, entre otras más.

En este contexto, los legisladores en México discuten en estos días la posibilidad de incrementar el impuesto a las bebidas azucaradas como lo recomienda la OMS, un impuesto que, sin duda, por su magnitud, bajaría más significativamente el consumo de bebidas y aportaría recursos que deberían ir, al menos, a cubrir parte del hueco que han dejado los recortes al presupuesto en salud. La oportunidad de actuar es única para los legisladores, los tiempos políticos lo volverán más difícil después. La medida es efectiva, lo señalan los estudios independientes y sería más efectiva si se fortalece.

Como respuesta a la recomendación de la OMS, la ANPRAC, la asociación de los refresqueros dirigida por Coca Cola, saca un boletín de prensa negando que la OMS recomiende aumentar el impuesto a las bebidas azucaradas. En el boletín señalan lo siguiente: “comulgamos con la Academy of Nutrition and Dietetics (AND), que argumenta que no existen alimentos buenos ni malos”. Una referencia a una institución o experto se realiza con el fin de dar crédito a lo que se afirma por la autoridad que representa esa institución o experto.

Veamos el caso de la Academy of Nutrition and Dietetics (AND). Es caso es ejemplar en la manera en que las refresqueras manejan lo que ellos llaman “ciencia”. Resulta que la AND está entre las organizaciones que han recibido financiamiento de Coca Cola. Esta es una organización nacional estadounidense que reúne a 100 mil nutriólogos. La lógica de las refresqueras es clara: te financió para que digas lo que me conviene que digas y después te cito como si fueras una autoridad independiente y con crédito, para respaldarme y proteger mis intereses. Qué mejor que los propios nutriólogos declaren que “no hay alimentos buenos o malos” para después citarlos.

En 2008 la AND anunció que Coca Cola se convirtió en “AND Partner”, es decir, un socio de esta asociación. El conflicto de interés en esta asociación generó una fuerte reacción a su interior que llevó a la creación de la organización: “Dietitians for Professional Integrity” que se planteó como objetivo establecer principios éticos y responsables para los patrocinios de la AND, declarando que: “La AND debería priorizar la salud pública en lugar de empoderar a las compañías multinacionales de alimentos”.

Un ejemplo claro de cómo la refresquera cooptó a esta asociación está en los cursos de educación continua. Los nutriólogos requieren completar 75 horas de educación continua cada 5 años para mantener sus credenciales. La Academia aprobó que estos cursos de educación continua fueran ofrecidos por Coca Cola, General Mills y Mc Donald´s. Es el sueño de estas empresas, cooptar la formación de los propios nutriólogos.

Coca Cola dejó de ser “AND Partner” en 2015, no por decisión de la asociación de nutriólogos, sino a consecuencia del escándalo en que se vio envuelta Coca Cola cuando se dio a conocer que financiaba a un grupo de académicos que habían formado la organización Global Energy Balance enfocada en difundir que el problema de la obesidad no radicaba en los alimentos y bebidas consumidos, que todo era un asunto de balance energético, de cuánta energía se consume y cuánta se gasta.

En fin, “no hay alimentos buenos o malos”, el mantra de las refresqueras, repetido por la AND, citado por la ANPRAC y repetidos por las asociaciones y académicos financiados por esta industria. De hecho este mantra lo escuchamos de la propia administración anterior de la Secretaría de Salud en varias ocasiones.

Kyle Pfister, en su artículo sobre los correos internos de Coca Cola señala: “la industria de bebidas es una fuerza unida en contra de la salud pública”. Muestra como esta industria desarrolla una estrategia global para “influir en la OMS y atacar los impuestos a las bebidas azucaradas en todo el mundo, en el Reino Unido, Francia, Israel y Bosnia Herzegovina”. Pfister señala que estas empresas “coordinan una guerra en contra de la salud pública, coordinando mensajes, influyendo a reporteros, desacreditando la ciencia, cooptando líderes en los medios sociales, creando coaliciones de fachada y cabildeando fuerte a cada nivel de gobierno.”
Pfister cita a Kate Rumbaugh de Coca Cola. “El equipo completo de Relaciones Gubernamentales está comprometido para manejar de manera efectiva a escala nacional, estatal y local los temas de política pública y fortalecer nuestra licencia social para operar de tal manera que nuestro negocio pueda crecer” (12/18/15).

Los documentos muestran una estrategia clara, bien orquestada, que incluye: acciones a muy diverso nivel para bloquear la evidencia científica sembrando la duda con estudios financiados, la influencia sobre reporteros y columnistas y el fuerte cabildeo sobre los tomadores de decisión en el poder legislativo y ejecutivo. La industria de bebidas repite la estrategia de la industria del tabaco. Lo vemos aquí y ahora en México, a la industria refresquera negando los daños en salud de sus productos y sembrando la duda sobre la única medida efectiva que ha reducido el consumo de estas bebidas que representan el 70 por ciento de la ingesta diaria de azúcares añadidos en la dieta de los mexicanos. México está ante la posibilidad de llevar este impuesto a su nivel recomendado, de 20 por ciento, con el que se alcanzarían reducciones significativas en el consumo. Los legisladores estarían también ante la posibilidad de etiquetar una parte significativa de estos recursos para subsanar el hueco que se ha creado en el sistema de salud del país.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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