David Martínez era miembro del Regnum Christi, un grupo evangélico relacionado con los Legionarios de Cristo, la orden católica fundada por el cura pederasta Marcial Maciel. Estudió ingeniería en el Tecnológico de Monterrey y se mudó a Roma para estudiar filosofía en la Pontificia Universidad Gregoriana e incluso consideró hacerse sacerdote.
Ciudad de México, 31 de octubre (SinEmbargo).– “Misterio” es una palabra que podría definir a David Martínez Guzmán, quien esta semana se convirtió en el tercer accionista de Televisa, el gigante mexicano de medios en español. Lo cierto es que a lo largo de la última década circula la misma información en torno a este financiero nacido en Monterrey, Nuevo León, en 1957, que ha sabido crear una fortuna comprando y vendiendo deuda de países y empresas en problemas. Así lo ha hecho desde Argentina hasta Pakistán. Por lo mismo es visto por muchos como un Carlos Slim, quien precisamente inició en el mundo de los negocios adquiriendo pequeñas empresas o con problemas financieros a cantidades mínimas para después venderlas y obtener una ganancia.
David Martínez Guzmán tiene una fortuna calculada en 4 mil 700 millones de dólares, de acuerdo con una estimación de 2017 de Forbes. Sus inicios se dieron cuando fundó Fintech Advisory, que se dedica a comprar deuda de países en apuros y a rescatar empresas, con un préstamo de 300 mil dólares que le facilitó su abuela en 1987, aunque algunos medios aseguran que se trató de una herencia.
En octubre de 2012, The New York Times dio a conocer algunos detalles sobre los orígenes de este mexicano. El periodista Azam Ahmed publicó en ese entonces que de joven, Martínez era miembro del Regnum Christi, un grupo evangélico relacionado con los Legionarios de Cristo, la orden católica fundada por el cura pederasta Marcial Maciel.
El Times señaló en ese entonces que después de obtener un título de ingeniería en el Tecnológico de Monterrey, Martínez se mudó a Roma para estudiar filosofía en la Pontificia Universidad Gregoriana e incluso consideró hacerse sacerdote.
“Pero se sintió atraído por Wall Street y obtuvo un tercer título en la Escuela de Negocios de Harvard antes de aceptar un trabajo en Citigroup en la mesa de mercados emergentes en Nueva York. Allí, comenzó su larga relación con la deuda en dificultades en lugares lejanos. En 1985, dejó el banco y finalmente fundó Fintech”.
EL MÁS RICO DE ARGENTINA
Uno de los principales lugares donde ha forjado su fortuna ha sido Argentina. Esto le valió que en 2017 la revista Forbes, en su edición argentina, lo considerara el hombre más rico de este país, en el cual aterrizó en lo económico en 1994 cuando adquirió bonos de deuda con vencimientos a 8 y 37 años por un valor de 834 millones de dólares. En 2005, según la misma publicación fue uno de los impulsores más fuertes del canje de deuda, y en 2010 se deshizo de sus últimas tenencias.
“He participado en casi todas las reestructuraciones de deuda soberana de los últimos 25 años. A menudo me senté en la mesa de negociaciones frente a ministros de finanzas en conflicto. Desde América Latina a mediados de los años 1980 hasta Asia y Rusia en 1997-98 y Grecia en 2012, una amplia gama de países se han enfrentado a la amenaza de la insolvencia”, escribió el mismo Martínez Guzmán el 7 de marzo de 2013 en un artículo en The Financial Times, en el que cuestionó la decisión de EU de sentenciar al Gobierno argentino que encabezaba Nestor Kirchner de pagar mil 330 millones de dólares a tres fondos buitre.
En Argentina también es propietario del 25 por ciento de las acciones de Genneia, una proveedora y generadora de energía eléctrica que rescató durante la administración de Néstor Kirchner, de quien se presume llegó a ser un amigo cercano, y también es propietario del 40 por ciento de Cablevisión, el holding de televisión, datos y voz por cable de Grupo Clarín, reporta Forbes. En 2017 se quedó con el 100 por ciento del paquete accionario de Telecom Argentina.
Ese mismo 2017 a través de su firma Fintech Advisory otorgó al Gobierno de Nicolás Maduro un préstamo por 300 millones de dólares respaldados en bonos con un valor nominal de mil 300 millones de dólares, lo cual le valió ser investigado dos años después por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos que amagó con sancionarlo por su relación con políticos de ese país.
EL FANTASMA DE WALL STREET
David Martínez es conocido también como el mexicano más influyente en Wall Street, aunque la prensa también lo ha apodado como “El fantasma de Wall Street”, precisamente por su discreción. El diario El Mundo reseñaba en 2020 cómo en Internet solo circulan dos fotografías suyas y, para evitar que sus datos aparezcan en la red, contrató a una empresa estadounidense para que comprara todos los dominios vinculados a su nombre.
No obstante, su discreción no está peleada con el lujo. Desde 2012, The New York Times dio a conocer cómo en 2003 compró un apartamento de dos plantas en las Torres Time Warner de Manhattan por 42 millones de dólares. De hecho, la prensa financiera asegura que dirige Fintech Advisory desde su estancia en la Gran Manzana, que tiene una vista hacia Central Park, y también desde Londres, en Inglaterra.
“El apartamento tiene una colección de arte privada que se dice que incluye una obra de Jackson Pollock de 140 millones de dólares. Pero a pesar de todos sus gastos extravagantes, Martínez es, incluso para sus asociados, algo misterioso”, escribía Azam Ahmed en el Times.
El Times relataba en el texto cómo el departamento de Martínez es “un lujoso reducto con vista a la ciudad y Central Park”. Asegura que desde el ático de la Torre Sur del Time Warner Center, Martínez ha creado una galería para su arte. “El apartamento tiene una sala de estar de dos pisos y un estanque reflectante, según registros públicos y entrevistas con personas familiarizadas con la unidad. Se ha instalado un sistema especial para sostener una obra de arte excepcionalmente pesada. Incluso antes de las costosas renovaciones del arquitecto Peter Marino, la casa era una de las residencias más caras de la ciudad”.
Se trata de un extenso artículo en el que el New York Times consignaba la disputa entre Martínez y Paul E. Singer, un importante donante republicano, quien acusó una trama fraudulenta en de Vitro, una empresa de 103 años dirigida por la familia Sada, una de las más ricas de Monterrey, de la cual Singer era acreedor.
De hecho Martínez salvó a la empresa de la quiebra y litigios en cortes estadounidenses, mediante la compra de bonos de deuda vencidos y por vencer en 2017. Eso le permitió tener participación accionaria del 12 por ciento en la vidriera. De igual forma figura en Alfa desde marzo de 2010 y en Cydsa, uno de los principales jugadores del país en la industria química, textil y en desarrollos inmobiliarios, según reportó La Jornada en 2014.
Con respecto a la manera en la que lleva a cabo sus negocios, es un importante inversor relató al diario estadounidense: “Si no sabes quién es el tonto en un acuerdo en particular, probablemente seas tú (pero) cuando David está involucrado, sabes que él no es el tonto”.