El escritor italiano Paolo Giordano presentó en un encuentro con medios su novela Tasmania, una historia que reflexiona sobre la debacle ecológica y social hacia la que se asoma la especie humana.
Ciudad de México, 31 de octubre (SinEmbargo).– En caso de una gran catástrofe mundial, Tasmania es uno de los mejores lugares donde refugiarse. Con esa premisa chocará el periodista P. G., el narrador de la más reciente novela del escritor italiano Paolo Giordano, en la cual ahondará en las implicaciones de este refugio simbólico que al tiempo que representa la esperanza muestra cómo la salvación no es una cuestión de unos pocos, sino la de todos nosotros, los humanos, la de nuestra vida tal como la conocemos y la del planeta.
De esta manera, Tasmania (Tusquets) representa el regreso de Giordano tras el buen recibimiento que tuvo su otro libro La soledad de los números primos. La historia de esta novela inicia en noviembre de 2015, cuando este periodista de formación científica acude a París para cubrir una cumbre sobre el clima pocos días después de los atentados yihadistas en el club Bataclan en medio de un panorama de incertidumbre que persiste a las fechas y en cual el narrador suma sus propios pesares.
“Tasmania es un libro que habla de una época muy específica que va desde final de 2015 hasta principio de 2020 es decir justo antes de la llegada de la pandemia. Y el tiempo que he elegido no es casual, desde luego me interesaba reflexionar. Bueno más que reflexionar me interesaba investigar sobre cómo habíamos llegado a esa gran crisis que habíamos atravesado hace unos años antes y como éramos antes y cuando tuve que elegir un punto de comienzo había muchos pero el punto de partida que me pareció más natural fue noviembre 2015 que fue el mes en el que en París, es decir en el corazón de Europa, hubo un par de eventos que en cierto sentido cambiaron totalmente nuestra manera de estar en el presente”, expresó el autor en un encuentro con medios de Latinoamérica.
Paolo Giordano expuso cómo hoy parece casi raro recordar lo mucho que hubo de todo eso. “Sabemos que hoy en día muchas de estas crisis siguen presentes, pensamos en un momento dado que la terrorista fuera terminada, pero realmente los eventos más recientes nos han demostrado, que no es así, estamos totalmente dentro de aquellas épocas”.
En ese sentido, comentó que a él le interesaba que desde el principio de la novela existiera la sensación que todos tenemos de amenaza, de crisis, una crisis tras otra. De hecho, refirió, “la crisis climática como mucho da origen a narraciones distópicas, de ciencia ficción, muy alejadas”. En cambio consideró que hace falta sentir la verdad de esta crisis en el tiempo presente, en las relaciones humanas y las maneras en las que llegará a cambiar el tejido de nuestras relaciones más íntimas. “Para mí Tasmania ha sido un desafío, un intento de acercar esto también para llevarlo a la idea de que va a ser algo que cambiará el tejido humano y la única herramienta que tenía a disposición era la herramienta de las analogías”.
“La primera parte del libro se titula en caso de Apocalipsis que es una manera irónica de plantear la cuestión porque si miramos los últimos años efectivamente cada mes ha tenido su posibilidad de fin del mundo su Apocalipsis y si no la hay por un momento seguramente encontramos una manera de pensar que si va a haber una amenaza enorme que nos va a llevar a la ruina de toda la especie humana, entonces se ha hecho como una especie de música de fondo este razonamiento pesimista”.
Giordano compartió que es curioso cómo funciona la esperanza en su libro: “yo lo digo con la máxima sinceridad Tasmania entre todos los libros que he escrito quizás es el libro que tiene más esperanza, es el que tiene más crisis, pero también que tiene más esperanza porque hay como un esfuerzo explícito en la búsqueda de intentar construir algo de esperanza”.
“Con los pesimistas y optimistas la esperanza es para ellos algo religioso, que te han dado o no te han dado. A mí no me la han dado de esto estoy muy seguro, pero lo que me interesa más es si hay posibilidad de construcción de la esperanza y es un poco esto que me ha llevado a pensar mucho en la época de Hiroshima y Nagasaki de las pruebas atómicas”.
El escritor italiano ahondó cómo después de la Segunda Guerra Mundial “hubo unos años en los que realmente la humanidad estuvo a unos minutos de su colapso máximo en el ápice de la guerra atómica, de la guerra fría, de la amenaza nuclear”.
“El fin del mundo parecía realmente que estaba a unos pocos minutos y paradójicamente en algunos países incluso Italia, fue una de las épocas en las que se hicieron más hijos, se tuvieron más hijos, como que se daba este lanzamiento hacia el futuro en términos de esperanza global”.
Giordano señaló que ”esperanza” fue la palabra en la que más pensó durante la escritura del libro y también cuestionó sobre quiénes son los supervivientes de esta época. “Todos nosotros de alguna manera lo somos. Justo después de la pandemia todos éramos supervivientes de esa situación y esto me ha llevado a pensar que durante unos años todavía existían unos pocos supervivientes de las explosiones atómicas”.
“Quizás si hay alguien con quien empezar a reflexionar sobre la esperanza son precisamente estos supervivientes que han visto realmente, concretamente la han visto, esta posibilidad de Fin del Mundo de colapso del mundo y están todavía aquí para poder contárnoslo es una posibilidad activa de la esperanza, que está muy vinculada a la idea misma de escribir escribir una novela”.