El cempasúchil, cuyo nombre deriva de la palabra del náhuatl cempohualxóchitl, que significa “veinte flores”, es endémica de América y comprende 58 especies, de las cuales 35 se localizan en México, donde se produce en 20 municipios de los estados de Puebla, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Morelos y San Luis Potosí.
Por Denisse Torres
México, 31 oct (EFE).- La semilla del cempasúchil, flor de brillante color naranja que se desborda de altares, ofrendas y tumbas en las festividades del Día de Muertos en México, es totalmente importada para estas fechas desde China, Estados Unidos e India, dijo a Efe Óscar Gómez Montiel, de la Red de Cempoalxóchitl.
Aunque forma parte de la riqueza cultural de México, China lo ha superado como productor de la planta con fines industriales pues “en México la producción es solo para uso ornamental esta temporada”, explicó Gómez.
En México, la flor “no se produce para extraer carotenos por los altos costos que implica, además de que el país no produce semillas de la especie, que también deben traerse de China, India o Estados Unidos; algunas las colectan productores locales”, detalló.
El investigador contó además que la llamada flor de muertos “se cultiva manualmente en marzo para su cosecha en octubre”, aunque hay especies del mismo género que florecen todo el año.
La Red de Cempoalxóchitl, perteneciente a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y coordinada por el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (Snics), propone usar otras especies con alto contenido de carotenoides para pigmentación y como alimento procesado.
Recalcó que muchas de las especies utilizadas antes de la conquista española siguen usándose de forma tradicional pese al aprovechamiento que puede dárseles a estos recursos naturales.
“Si no conservamos estos recursos se van a perder y cuando queramos hacer mejoramientos genéticos tendremos que buscar otros materiales resistentes. Ahí radica la mayor importancia de conservar estos recursos en bancos de semillas”, advirtió Gómez.
Su uso y potenciación como fuente alimenticia implica “generar nuevas variedades para preservar y colectar especies” con ayuda de un “pool genético”, un acervo con materiales resistentes a enfermedades, plagas y sequía, añadió.
El experto comentó que “se buscan materiales que sean ricos en el contenido de carotenoides (pigmentos orgánicos) por flor para generar un registro que permitirá crear nuevos materiales para la industria alimenticia” para la harina deshidratada o asegurar la pigmentación de aves, pescados y huevos.
En cuanto a su propiedad repelente, señaló que en comunidades de los estados de Chiapas, Oaxaca, Sonora, Hidalgo y México se usan “de manera incipiente” ciertas especies de la flor como biopesticidas para el control general de plagas.
La importancia cultural de la flor de cempasúchil en México proviene de su uso ornamental y ceremonial en diferentes comunidades del país por su pigmentación amarilla que evoca la imagen del Sol guiando a las almas en su día, comentó.
El cempasúchil, cuyo nombre deriva de la palabra del náhuatl cempohualxóchitl, que significa “veinte flores”, es endémica de América y comprende 58 especies, de las cuales 35 se localizan en México, donde se produce en 20 municipios de los estados de Puebla, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Morelos y San Luis Potosí.
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Anualmente se siembran alrededor de mil 500 hectáreas de esta flor, con una producción aproximada de 14 mil toneladas que garantizan el abasto de la flor para el Día de Muertos en el país, informó Sagarpa.
Puebla produjo 10 mil 836,5 toneladas en 2016, que representaron el 80.4 por ciento de la producción nacional, Guerrero 869,6 toneladas (6.5 por ciento), Hidalgo 704.4 toneladas (5.4 por ciento), San Luis Potosí 422,7 (3.2 por ciento), Oaxaca 317.9 toneladas (2.5 por ciento) y Morelos 253.4 toneladas (2.0 por ciento).
En algunos estados también se utilizan la flor morada conocida como “terciopelo” por su textura y el “lirio de Todos Santos”, una especie de orquídea mexicana, para uso ceremonial.
México ha estado promoviendo la creación de redes de investigación sobre plantas mexicanas como la Red Cempoalxóchitl, formada en 2008.