El nuevo reporte del Departamento de Justicia apunta a que los representantes legales del expresidente engañaron “deliberadamente” a los agentes sobre el paradero de documentos clasificados y que el propio Trump aseguró que no lo estaban.
Por Eric Tucker, Jill Colvin y Michael Balsamo
WASHINGTON, 31 de agosto (AP).— El Departamento de Justicia de Estados Unidos dijo haber descubierto esfuerzos por obstruir su investigación sobre el hallazgo de documentos clasificados en la finca en Florida del expresidente Donald Trump, y que “probablemente se ocultaron y retiraron registros del Gobierno” de un almacén en la propiedad incluso después de que representantes de Trump aseguraran a las autoridades que habían revisado a fondo el lugar.
El FBI confiscó 33 cajas con más 100 documentos clasificados durante su redada del 8 de agosto en Mar-a-Lago y encontró tres documentos clasificados en cajones de oficina, según un documento que ofrecía la cronología más detallada hasta ahora de las interacciones entre miembros del Departamento de Justicia y representantes de Trump en torno al hallazgo de secretos oficiales.
El reporte presentado el martes por la noche incluía una foto que mostraba las portadas de varias carpetas, algunas identificadas como “TOP SECRET//SCI” con bordes amarillos y una identificada como “TOP SECRET//SCI” con el borde rojizo, junto a páginas cuyo contenido fue ocultado en la imagen, sobre una alfombra de Mar-a-Lago. Al lado se veía una caja de cartón con cuadros con marcos dorados, incluida una portada de la revista Time.
Si bien Trump volvió a insistir el miércoles que él desclasificó los documentos, sus abogados no dijeron eso durante la visita de los inspectores y en lugar de ello “los manejaron de una manera que sugiere que los abogados creían que los documentos estaban clasificados”, dijo el Departamento de Justicia.
El reporte daba más indicios sobre la gran cantidad de documentos clasificados que se recuperaron en la operación. Mostraba cómo los investigadores de la pesquisa penal se centraron no sólo en por qué se habían guardado los archivos allí de forma inadecuada, sino también en si el equipo de Trump los engañó deliberadamente sobre la presencia continuada e ilegal de secretos oficiales.
También había nuevos detalles sobre los sucesos de mayo y junio, cuando funcionarios del FBI y el Departamento de Justicia reclamaron por escrito los documentos que faltaban y visitaron un almacén de Mar-a-Lago que contenía documentos secretos y otra información.
Durante esa visita en junio, según el reporte, los abogados de Trump dijeron a los agentes que todos los archivos que se habían llevado desde la Casa Blanca se guardaban en un único lugar, un almacén en Mar-a-Lago, y “no había otros archivos almacenados en ningún espacio privado de oficina ni otro lugar en el recinto y que todas las cajas disponibles se habían revisado”.
Después de eso, sin embargo, el Departamento de Justicia “encontró pruebas de que probablemente se ocultaron y retiraron registros del Gobierno del almacén y probablemente se hicieron esfuerzos por obstruir la investigación del Gobierno”.
En su allanamiento de este mes, los agentes encontraron documentos clasificados tanto en esa sala de almacenaje como en la oficina del expresidente, incluidos tres documentos clasificados que no estaban en cajas, sino en escritorios de oficina.
El reporte respondía a una petición del equipo legal de Trump de que se hiciera una revisión especial de los documentos confiscados durante el cateo del 8 de agosto en Mar-a-Lago. La Juez federal de distrito Aileen Cannon tenía previsto escuchar alegaciones sobre la cuestión.
Los abogados del exmandatario pidieron la semana pasada que se nombrara a un experto especial encargado de revisar los archivos incautados y apartar los documentos protegidos por privilegios legales. Cannon dijo el sábado que su “intención preliminar” era nombrar a una persona con esa tarea, pero también dio la oportunidad de responder al Departamento de Justicia.
El Departamento dijo el lunes que ya había completado su análisis de los documentos que podrían estar sujetos a privilegios legales e identificó un “lote limitado de materiales que podrían contener información amparada por la confidencialidad entre abogado y cliente”.
Por otro lado, el equipo legal de Trump se amplió con la incorporación de otro abogado. El exsecretario de Justicia de Florida Chris Kise se sumó al equipo que representa al expresidente, según dos personas familiarizadas con la información, que no estaban autorizadas a dar su nombre y que hablaron bajo condición de no ser identificadas. Kise no respondió a mensajes en los que se solicitaron sus comentarios.