La Fiscalía General de la República informó que obtuvo el tercer auto de formal prisión a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada.
Ciudad de México, 31 de agosto (SinEmbargo).– Santiago “N”, alias “El Carrete“, presunto líder del Los Rojos, grupo criminal que opera en Guerrero sumó su tercer auto de formal prisión por su probable responsabilidad en el delito de delincuencia organizada con el fin de cometer secuestro.
La Fiscalía General de la República (FGR) informó que obtuvo el tercer auto de formal prisión a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido).
“Se resolvió en el término constitucional a través del dictado del auto de formal prisión en apego a la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos de Secuestro, Reglamentaria de la fracción XXI del artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y sancionado en el artículo 4° fracción II, inciso a) de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada”, precisó la FGR en un comunicado.
“El Carrete”, ligado al caso de la desaparición de 43 estudientes, cumple prisión preventiva en el Centro Federal de Readaptación Social No. 2 “Occidente” en Puente Grande, Jalisco, luego de que el pasado 1 de agosto fue detenido por elementos federales.
#FGR, a través de la #SEIDO, obtuvo en #Morelos un tercer auto de formal prisión contra Santiago “M”, probable líder de un grupo criminal, por su probable responsabilidad en la comisión del delito de delincuencia organizada y secuestro. https://t.co/4H4o5n3gZn pic.twitter.com/sAzlA2TQtl
— FGR México (@FGRMexico) August 31, 2019
LOS 43 Y “EL CARRETE”
Durante años, Los Rojos estuvieron involucrados en luchas territoriales con una pandilla rival, Guerreros Unidos, para tener el control del narcotráfico en las montañas de Guerrero. El área es una de las principales regiones para cultivo de opio en México. En 2014, la policía se alió con Guerreros Unidos y secuestró a 43 estudiantes normalistas porque creían que los jóvenes trabajaban para Los Rojos. Los fiscales afirmaron que hombres armados de Guerreros Unidos mataron a los estudiantes e incineraron sus cuerpos, pero todavía se cuestiona esa hipótesis, ya que los fragmentos de huesos encontrados sólo coincidían con uno o dos de los estudiantes.
“Algunos sospechosos en aquella masacre afirmaron que Mazari pagó a los estudiantes para alterar las actividades normales en la ciudad de Iguala, un baluarte de Guerreros Unidos. Por ese y otros motivos, algunos creen que Mazari podría tener información sobre cómo y en dónde fueron asesinados los estudiantes, o a dónde se llevaron sus cuerpos”, dice Associated Press.
El 26 de septiembre de 2014 desaparecieron 43 estudiantes de la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, a manos de fuerzas del Estado que los habrían entregado a un grupo criminal, luego de haber tomado de la terminal de Iguala cinco autobuses para trasladarse a un mitin.
El caso, que cimbró al país, no se ha resuelto a pesar de que están por cumplirse cinco años del hecho. Ni siquiera hay una versión creíble de lo que sucedió en aquellas horas. La versión oficial fue desmentida por videos hechos públicos sobre el uso de torturas por parte de las autoridades para obtener declaraciones de los supuestos involucrados.
Uno de las docenas de detenidos es Felipe Rodríguez Salgado, “El Cepillo”, que pertenecía al grupo de Guerreros Unidos, rival de Los Rojos, y uno de los presuntos responsables de ordenar el homicidio de los normalistas. Según la entonces Procuraduría General de la República (PGR, ahora FGR), el hombre de 28 años fue quien señaló a “El Carrete” como el que ordenó a los normalistas “reventar” un acto político que desató los hechos posteriores e incluso habría pagado al director de la Normal.
De acuerdo con la declaración de Rodríguez Salgado, su grupo delincuencial creía que Los Rojos querían tomar la plaza de Iguala, a donde se dirigían los normalistas, a quienes “confundieron” con una operación rival. “Guerreros Unidos” es la organización supuestamente responsable de su desaparición.
El Gobierno mexicano concluyó después de las primeras investigaciones que los jóvenes habían sido asesinados en incinerados en el basurero de Cocula, en Guerrero. La llamada “verdad histórica” fue rechazada a nivel nacional e internacional y hasta ahora no se ha podido localizar a los normalistas ni sus restos.
–Con información de AP.