El Plan Frontera Sur del gobierno de Enrique Peña Nieto para desincentivar el viaje de los centroamericanos a Estados Unidos a través del tren conocido como “La Bestia” sólo ha conseguido aumentar el peligro para los migrantes quienes ahora cruzan por rutas en las que están más expuestos al crimen organizado. Un reportaje de The Washington Post asegura que el programa mexicano además de exponer a los hombres y mujeres a mayores peligros, le deja a los “coyote” mejores ganancias pues de cobrar una cuota de 5 mil dólares por persona, ahora cobran 7 mil.
El director de la Casa del Migrante, Rubén Pérez Ortiz, dijo a principios de este mes que los delincuentes se dedican a estudiar a los migrantes. En varios casos, dijo, los obligan y canalizan con alguna banda de narcotraficantes, los utilizan para transportar droga. Además ejercen la trata de personas, extorsionan y secuestran. Denunció que nueve de diez mujeres migrantes provenientes de Centroamérica que viajan rumbo a EU sufren violación sexual “para seguir avanzando”.
En esta tercera entrega de SinEmbargo y VICE News se documentan las peripecias que viven los migrantes centroamericanos para cruzar hacia Estados Unidos. Desde los secuestros y extorsiones de los que son víctimas, hasta las violaciones de las mujeres, quienes conscientes de estos atropellos optan por utilizar anticonceptivos que compran en la última parada antes de la frontera...
T E R C E R A P A R T E
Por VICE NEWS, especial para SinEmbargo
Ciudad de México, 31 de agosto (SinEmbargo/VICE News).– El municipio de Altar, en Sonora, es la última parada para miles de migrantes que pretenden cruzar ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos. Aquí la economía gira alrededor de la migración. En sus calles se pueden encontrar desde pantuflas especiales para no ser detectados por la Patrulla Fronteriza, ropa camuflada para cruzar el desierto, mochilas, guantes y hasta anticonceptivos para las mujeres, pues se estima que el 80 por ciento de ellas será violadas en el trayecto.
Quisimos saber qué tan difícil era para los migrantes este cruce que incluye días enteros de caminata por el desierto, el acoso de los traficantes de personas y la vigilancia de la patrulla fronteriza. Fuimos al Sásabe, la frontera entre Sonora y Arizona, donde se registran temperaturas de hasta 50 grados centígrados en el día y durante la noche el termómetro baja a menos de cero grados.
En ese infierno, los migrantes pueden encontrarse con el sacerdote Prisciliano Peraza, un vaquero que además de oficiar misa, recorre el desierto en su pickup para llevar víveres a quienes buscan cruzar la frontera y evitar así que mueran durante el cruce.