Todos tenemos algo en nuestra vida que deseamos cambiar para mejorar, un hábito, nuestras circunstancias de vida, un trabajo, una situación de pareja… Si te tomaras un momento para sincerarte contigo mismo ahora, ¿qué situación o aspecto de tu vida quisieras realmente cambiar? Quizás necesites un poco de tiempo para identificar aquello que realmente quisieras transformar en tu existencia. Quizás la respuesta llegue a tu mente y a tu corazón automáticamente, en una fracción de segundo, porque estás muy claro en lo que deseas mejorar. Quizás has evaluado hacer este cambio por mucho tiempo y por diferentes razones no te has lanzado a dar el paso. También puede ser que ya lo hayas intentado, que hayas comenzado a practicar este nuevo comportamiento o simplemente hayas empezado a caminar en esta nueva dirección, pero luego has retomado en el camino, has regresado a tus patrones habituales; aquellos que aunque ya no te sirven y no te hacen feliz, conoces muy bien, te son familiares y te proveen una cierta comodidad.
Si estás decidido a emprender un cambio en cualquier aspecto de tu vida, el primer paso es identificarlo y nombrarlo. Saca tu libreta de trabajo y escribe aquellos cambios que deseas realizar. Lee tu lista minuciosamente y examina si puedes organizar lo que has enumerado en orden de importancia para ti. ¿Cuál es tu primera prioridad en este momento? Si fueras a escoger lo que más quisieras trabajar en este momento, ¿en qué punto te enfocarías primero?
Ahora que has identificado tu prioridad, quizás sería bueno examinar tu relación con ese aspecto de tu vida que quieras cambiar. ¿Lo has intentado en el pasado? ¿Cuáles son los obstáculos que te has encontrado en el camino y no te han permitido transformar ese aspecto de tu vida? Anota todo lo que observas en ti y las circunstancias que llevaron a que este cambio no se pudiera dar en el pasado.
Según los Drs. James Prochaska y Carlo Di Clemente, profesores de psicología e investigadores del comportamiento, los seres humanos pasamos por cinco etapas cuando nos encontramos de cara a un cambio.
Durante la etapa de la pre-contemplación aún no estamos listos para tomar acción. En muchos casos ni siquiera estamos totalmente conscientes de que nuestro comportamiento o situación quizás no sea la más beneficiosa para nosotros.
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En la segunda etapa, la contemplación, ya comenzamos a reconocer que hay un área de nuestra vida que deseamos o necesitamos transformar, estamos más conscientes de las ventajas y desventajas de continuar de la manera que lo hemos hecho hasta ahora y comenzamos a prepararnos para efectuar el cambio (en los próximos 6 meses aproximadamente).
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Luego entramos a la etapa de la preparación, aquí ya comenzamos a tener la intención de tomar acción en un futuro cercano (dentro de los próximos 30 días) y puede que ya hayamos comenzado a tomar pequeños pasos en la dirección que queremos ir.
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La etapa de la acción se caracteriza por el trabajo activo en la modificación de la conducta, aquí ya estamos haciendo cambios específicos y visibles en nuestro esfuerzo por adquirir un nuevo hábito o comportamiento.
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Por último está la etapa del mantenimiento, aquí ya hemos logrado el cambio, hemos logrado sostenerlo por 6 meses o más y nuestra energía está centrada en lograr sostener el cambio logrado de manera consistente y a largo plazo. ¿En qué etapa del proceso te encuentras tu cuando examinas tu meta?
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Ahora bien, para generar el momentum que necesitamos para romper la resistencia a dejar ir los hábitos que nos han acompañado por tanto tiempo y que nos son tan familiares es útil examinar tanto lo que ganaremos con este nuevo cambio como lo que perderemos al dejar ir ese hábito del pasado. Haz una lista de lo que ganarás una vez que hayas logrado establecer el cambio que deseas. Haz también una lista de lo que vas a renunciar para poder logar tu meta. Este ejercicio te permitirá comenzar a hacerte consciente de cuáles son algunos de los motivos por los que en el pasado tus esfuerzos se han visto obstaculizados. Si deseas explorar más acerca de diferentes maneras de sobreponerte a la resistencia al cambio, el trabajo de los Drs. Robert Kegan y Lisa Lahey y su libro “Inmunidad al cambio” te pueden ser de gran utilidad. También puedes visitar esta página para escuchar al Dr. Kegan presentar su trabajo acerca de este tema.
Cuando logramos hacer un cambio que deseamos en nuestra vida experimentamos una sensación de bienestar, nuestra autoestima crece y la confianza en nosotros mismos se fortalece. Por esta razón, te digo en las palabras de la escritora C. JoyBell C.: “No podemos tenerle miedo al cambio. Puede que te sientas muy seguro en el pequeño lago donde te encuentras, pero si nunca te aventuras a salir afuera, nunca sabrás que existe tal cosa como el océano o el mar. Agarrarte a algo que es bueno para ti ahora, puede ser precisamente la razón por la que no tengas algo mejor.”
¡Lánzate al cambio que deseas, hay poco que perder y mucho para ganar!
