Ciudad de México, 31 de julio (SinEmbargo).– En junio de 2013, Sandra Camacho –de 17 años– se citó con un joven genio en matemáticas, quien le ofreció un trabajo de edecán. Días después, la joven fue encontrada descuartizada en la Unidad Habitacional de Tlatelolco, en el Distrito Federal.
Javier Méndez Ovalle permaneció prófugo por 13 meses, pero el pasado miércoles 30 de julio fue detenido en San Juan del Río, Querétaro, y ahora permanece en la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF), en espera de que un juez confirme su responsabilidad por el homicidio culposo agravado.
De acuerdo con el expediente CUH-1/T3/1033/13-06, durante varios meses el presunto responsable estuvo en la casa de una amiga y para evitar ser ubicado utilizaba una identidad falsa, ya que se hacía llamar Carlos Medina Martínez.
En agosto del año pasado, el Procurador Rodolfo Ríos Garza detalló que Méndez Ovalle estaba prófugo y que la dependencia a su cargo continuaba las indagaciones para dar con el paradero del probable responsable del homicidio de la joven de entonces 17 años.
De acuerdo con las versiones oficiales, el joven había conocido a Sandra por medio de Facebook y la citó en el Metro Tlatelolco con la promesa de conseguirle un trabajo de edecán. Ella viajó de Ixtapaluca en el Estado de México al encuentro. No desconfiaba de él, pues era una promesa de la ciencia.
Dos años antes había ganado la medalla de oro en la XXII Olimpiada Nacional de Física, y en 2012 un concurso de Física en Europa. Incluso, fue recibido por el entonces Secretario de Educación Pública, José Ángel Córdova, para felicitarlo por su participación en la 43 edición de la Olimpiada Internacional de Física que se llevó a cabo en Tallin, Estonia.
El Secretario Córdova expresó que “es motivo de gran satisfacción que México haya tenido representantes tan importantes en la Olimpiada Internacional de Física, para mostrar ante el mundo que la República Mexicana está bien preparada y sigue progresando”.
Para participar en la competencia, era necesario ser menor de 20 años y no estar cursando una carrera universitaria. Méndez Ovalle, del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) 9 “Juan de Dios Bátiz”, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), cumplía los requisitos y hasta recibió la Medalla de Bronce.
Nadie se explica cómo un genio matemático pudo convertirse en asesino. Sus padres no daban crédito a lo ocurrido. Dijeron que nunca mostró ningún comportamiento extraño mucho menos violento.
Según declaraciones anónimas de algunos de sus conocidos, “arrancarle un saludo era más que complicado”.
EL ENCUENTRO
La última vez que se le vio a Sandra fue en el Metro Tlatelolco con Javier. Las cámaras de vigilancia grabaron el encuentro. No se volvió a ver con vida, días después fueron halladas en diversas partes de Tlatelolco, bolsas de plástico con restos mutilados de la joven.
De acuerdo con autoridades, una vez que Javier cometió el crimen, abandonó su departamento, el cual fue cateado por autoridades capitalinas que reunieron indicios para confirmar que la joven de 17 años había sido asesinada en ese lugar.
El cuerpo de la joven fue seccionado con precisión de cirujano; su tronco y cabeza fueron dejados en una bolsa de plástico en una jardinera de Tlatelolco. En otro punto de la unidad habitacional fue encontrada una pierna; sus brazos y la otra pierna aún no han sido localizados.
Las investigaciones señalaban que Javier había conocido a Sandra por Facebook y ella le dijo que no había logrado ingresar a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), por lo que él ofreció un trabajo.
Días después, la PGJE emitió una orden de aprehensión contra Javier Méndez Ovalle por ser el único sospechoso del crimen tras determinarse que abandonó el departamento donde vivía, los rastros de sangre encontrados en el lugar y el testimonio de una persona que asegura que lo vio con el rostro arañado.
Ayer, la PGJDF confirmó que la detención del ex estudiante de física se logró tras seguir diversas líneas de investigación que apuntaron a que no había salido del país, como inicialmente se pensó, sino que se encontraba en provincia.
El notable estudiante se había refugiado en Querétaro. Tenía una identidad falsa y trabajaba en una cafetería.