María De Vecchi Gerli
06/12/2024 - 12:01 am
Lucio Cabañas, a 50 años de su caída en combate
Los 50 años de la caída en combate de Lucio Cabañas suenan fuerte por las voces que lo siguen recordando y demandando verdad, justicia, reparación y no repetición, al mismo tiempo que evidencian las ausencias estatales en brindar a la población guerrerense seguridad y tranquilidad en el presente.
Del 27 de noviembre al 2 de diciembre se conmemoraron en Guerrero los 50 años el asesinato del profesor y líder guerrillero Lucio Cabañas Barrientos. Con presentaciones de libros, torneos de básquetbol, exposiciones fotográficas, un homenaje a las mujeres guerrilleras, un concurso de pintura y muchas actividades más, se recordó a Lucio Cabañas, su movimiento y los impactos que éste ha tenido en las comunidades de Guerrero.
El profesor Lucio Cabañas Barrientos, formado en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, fue un maestro rural, líder guerrillero y fundador del Partido de los Pobres en los años setenta del siglo pasado. El 2 de diciembre fue asesinado por el Ejército mexicano en El Otatal, Atoyac de Álvarez, Guerrero.
Desde Artículo 19 tuvimos la oportunidad de acompañar algunos de estos eventos que llamaron nuestra atención por la memoria rebelde que subsiste en Guerrero, por cómo la violencia y la resistencia de aquellos años y la más reciente se tocan, y por cómo Lucio Cabañas sigue siendo un estandarte de la lucha que acerca a diferentes movimientos y organizaciones.
En la exposición fotográfica llevada a cabo en una antigua fábrica de hilos en el poblado de El Ticui, Atoyac de Álvarez, las fotos podían leerse como una línea del tiempo de los agravios y las resistencias que han surgido en Guerrero. La guerrilla de Lucio Cabañas, su asesinato, el movimiento de familiares y las “doñas” de Eureka clamando justicia por las y los desaparecidos y los presos políticos. Rocío Mesinos, su trabajo como defensora de derechos humanos y la lucha que a su vez ha surgido después de su asesinato. Y por supuesto, la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y las marchas y eventos por su presentación con vida y por el esclarecimiento de los hechos. Todo compartiendo el espacio de la memoria.
Por primera vez, nos decía el director de la escuela Secundaria Técnica 107 de Atoyac de Álvarez, en una escuela pública se hizo un evento en conmemoración de Lucio Cabañas. A 50 años de su asesinato, el 2 de diciembre, en las efemérides de los lunes se contó la historia de Lucio, de la guerrilla y la represión. Pero también de la resistencia de quienes han luchado por la verdad y la justicia durante cinco décadas.
La marcha de ese mismo día convocó a movimientos sociales de Guerrero y del país, a sobrevivientes y familiares de víctimas de la represión, a estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, quienes confluyeron con madres de personas desaparecidas en los últimos años en Guerrero. Todas, marchando para alzar sus voces en Atoyac, en donde Lucio Cabañas fue maestro, que el pueblo le sigue extrañando. Las madres de personas desaparecidas en años recientes, entonando la consigna “Si Lucio viviera con nosotras estuviera”.
La memoria presente en la premiación del concurso infantil de dibujo “Los rostros de Lucio Cabañas” y del torneo de básquetbol organizado en el marco de estas actividades y en el cual las medallas muestran una imagen del profesor Cabañas rodeado de flores.
Mientras tanto, la verdad y la justicia estatales, ausentes. A pesar de iniciativas del Estado como la Comisión de la Verdad-COVEHJ, el pueblo de Guerrero sigue denunciando la deuda permanente por las cientos de personas desaparecidas durante la represión por parte del Estado en los años sesenta, setenta y ochenta del siglo pasado. Pero también por las masacres, las violaciones a las mujeres de las comunidades, la destrucción de pueblos enteros. La resistencia y la memoria siguen, ante un Estado que no asoma siquiera la posibilidad de la justicia, del juicio a los perpetradores, de las reparaciones a las comunidades y a las personas, de la verdad a las familias, a sobrevivientes y al pueblo de México.
Los 50 años de la caída en combate de Lucio Cabañas suenan fuerte por las voces que lo siguen recordando y demandando verdad, justicia, reparación y no repetición, al mismo tiempo que evidencian las ausencias estatales en brindar a la población guerrerense seguridad y tranquilidad en el presente. Como siempre, son las dignas luchas las que ponen al centro la memoria y la rebeldía, a quienes debemos escuchar, hacer resonar y acompañar.
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