Pablo Simonetti habló sobre su más reciente novela, sobre un hombre que se enfrenta a su memoria, a sus decisiones y a las derivas que ha tomado su vida.
Ciudad de México, 31 de mayo (SinEmbargo).– El escritor chileno Pablo Simonetti señala en entrevista cómo la conectividad que existen entre identidad y pertenencia ha sido una marca de su escritura desde sus primeros libros. La temática vuelve ahora con Los hombres que no fui (Alfaguara), una novela en la que le interesaba mostrar caleidoscópicamente ese problema de manera episódica y con la perspectiva del tiempo.
En este texto, Simonetti enfrenta a su protagonista Guillermo Siboldi con su pasado a través de una serie de encuentros que tiene con distintos conocidos de sus diferentes vidas marcadas por el reconocimiento de su homosexualidad y el rechazo de su entorno. De esta manera, como señala la editorial, “se enfrenta a su memoria, a sus decisiones y a las derivas que ha tomado su vida”.
“Todo eso va a desembocar en los capítulos del libro. Yo creo que cualquier grupo social crea una cierta forma en la que las personas que están dentro, estén bien recibidas, bien acogidas, sean aceptadas y puedan recibir los beneficios de la pertenencia, el amor, la seguridad, incluso las posibilidades de trabajo, si tu identidad en cierto modo desafía esta regla sencillamente todo ese sistema de protección se va abajo, y eso yo creo que es una pena”, expresó el autor en entrevista.
Y puntualizó al respecto: “No creo que a nadie le deberían hacer elegir entre su familia y su identidad, uno debería dentro de su familia tener todas las oportunidades para que su identidad florezca y cuente con esa protección y al mismo tiempo tenga toda la oportunidad que la familia le pueda brindar”.
La historia transcurre con el trasfondo de un Santiago en llamas y con el recuerdo de la dictadura pinocheista, sobre la cual Simonetti indica: “fue un sistema social que en cuanto a género tuvo una relación patriarcal machista en todos los sentidos cardenales y se había influido a través del aparato del Estado, tanto por la intervención en la universidad, en los colegios, en la prensa incluso algún tipo de censura a la literatura hubo o mucha gente se auto censuraba, otras personas publicaban fuera, porque la cosa era muy dura, te podían matar”.
Con respecto al recorrido que el protagonista hace a su pasado sobre las vidas posibles que vamos abandonando con cada una de nuestras decisiones, Simonetti señaló que muchas veces la idea del libro se plantea como “yo podría haber sido ese pero fui este”, cuando en realidad Guillermo Siboldi nunca tiene la opción de elegir.
“No fue tan libre la elección que él tuvo, sino que él venía con un mundo trazado lleno de oportunidades que era por la pertenencia a su grupo social, a su familia y a su entorno y él tuvo que ir quebrando con eso y fue perdiendo mucha oportunidad, se abrieron otras que él quiere él trabajosamente buscó, abrió y se creó un camino pero no fue una simple elección entre A y B sino que fue una elección entre un camino que está trazado y que recorría desde su orientación sexual, por supuesto, pero recorría su orientación sexual, su trabajo, su forma de vida en familia, todo un camino, y él para poder llegar a ser quien era tuvo que quebrar con aquello y ahí está la injusticia, está el problema”, compartió.