Con más de 2 millones y medio de casos de COVID-19, la Organización Mundial de la Salud declaró esta semana a América como nuevo “epicentro” de la pandemia. Uruguay, con aproximadamente 235 casos y 6 muertes por millón de habitantes, mantiene un “relativo control” de la situación. ¿Cómo le hizo? Sus gobiernos dejaron un sistema de salud robusto y los ciudadanos hicieron caso a todos los llamados de las autoridades de salud.
Ciudad de México, 31 de mayo (SinEmbargo/EFE/AP).– Uruguay es el ejemplo de América Latina. Tiene vecinos con niveles escandalosos de muertes y contagios. No es una nación con rica, como Estados Unidos o Canadá o cualquiera otra en Europa. Pero el brote de COVID-19 en sus ciudades y pueblos fue contenido casi desde el principio.
¿Cómo le hizo? La pregunta se la hacen gobiernos de todo el mundo. La respuesta es la responsabilidad: Gobiernos que dejaron un sistema de salud más robusto, y ciudadanos que hicieron caso a todos los llamados que les hicieron las autoridades de salud.
Estos son algunos de los factores que permiten al país respirar relativamente tranquilo con 816 casos y 22 fallecidos -datos actualizados hasta este viernes-, aunque sin quitar el ojo a Brasil, con quien comparte mil kilómetros de frontera seca y varias ciudades binacionales en las que cruzar una calle o una plaza determina si pisas territorio uruguayo o brasileño.
La situación del coronavirus en la frontera alcanzó incluso al Presidente Luis Lacalle Pou, quien permaneció en cuarentena y este domingo se confirmó su resultado negativo a COVID-19.
UNA RESPUESTA RÁPIDA
El 13 de marzo Uruguay dejó de ser una de las excepciones en Suramérica. La COVID-19, que tampoco había pisado Guyana Francesa y Surinam, llegó al país y, con él, la emergencia sanitaria decretada por el Gobierno de Lacalle Pou.
Con apenas cuatro casos, Uruguay cerró parcialmente las fronteras, suspendió las clases presenciales y los espectáculos públicos y llamó a la población a quedarse en casa.
Esta fue una actuación “clave”, declaró a la agencia española Efe el director del Instituto Pasteur (IP) de Montevideo, Carlos Batthyány, quien destacó que se contara con un “entramado científico-académico” al servicio del país.
“Uruguay normalmente no es un país que se caracterice por apoyarse en su sistema científico para tomar decisiones (…), el hecho de contar con un entramado de jóvenes científicos formados a nivel internacional (…) que tuvieron una gran capacidad de respuesta en tiempo real es un hecho superdestacado”, remarcó.
Como si de un incendio se tratase, Uruguay identificó el foco del primer brote -un evento social- y trató de apagarlo diagnosticando casos y aislando a los contactos, lo que “impidió una propagación comunitaria mayor”, explicó a la agencoa el coordinador general del comité asesor del Gobierno en materia de COVID-19, el doctor Rafael Radi.
A su vez, el iniciativa privada trabajó en una triple vía, indicó Batthyány: crear una red de laboratorios de diagnóstico propio por PCR, trabajar en un grupo interinstitucional para investigar la dinámica evolutiva del SARS-CoV-2 y prepararse para fabricar tests serológicos. Todo con ayuda de información ofrecida por los IP de Shangai y París, anteriores epicentros de la pandemia.
Mientras, y sin decretar la cuarentena obligatoria, el “mantra” del “Quédate en casa” fue adoptado por la población de manera obediente; así el sistema sanitario no llegó a saturarse y aumentó sus camas de CTI (cuidados intensivos) de 19 a 26 por millón de habitantes, apuntó Batthyány a Efe.
Para estas fechas, el Ejecutivo de Lacalle Pou apenas llevaba dos semanas en el cargo pero su Ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, venía preparándose desde diciembre, como explicó el jueves a Efe en una entrevista.
FUERTE SISTEMA DE SALUD
En entrevista con BBC Brasil, el Ministro de Salud Pública de Uruguay, Daniel Salinas, aseguró que una de una serie de factores y medidas que han contribuido a los resultados positivos en el país fue la conciencia de los uruguayos de la “virulencia” del coronavirus, además de su sistema de salud.
Según el Ministro, el 100 por ciento de la población uruguaya tiene acceso al agua potable, un recurso natural indispensable para la higiene y evitar contagios.
Las pruebas de coronavirus para casos sospechosos se realizan en los propios hogares, refirió el Ministro a la BBC.
Hasta este jueves, se habían procesado más de 41 mil pruebas en todo el país. “Distanciamiento físico sostenido” y “tiempo de exposición breve” es el nuevo lema de las autoridades sanitarias uruguayas para evitar contagios.
La vuelta a la normalidad debe basarse en la progresividad, regulación, monitoreo y evidencia para, en caso de que la enfermedad rebrote pueda volverse atrás.