Las cifras sobre homicidios y saqueos de las últimas semanas muestran que si bien las calles en México han quedado más silenciosas por la COVID-19 no se han vuelto más seguras.
Por Martí Quintana
México, 31 mar (EFE).– La violencia continúa desbordada en México pese al coronavirus y en la última semana, cuando arrancó el periodo oficial de distanciamiento social para combatir la pandemia, se reportaron 646 asesinatos y un aumento de los saqueos.
El pasado 23 de marzo comenzó en México la llamada Jornada Nacional de Sana Distancia, que se alargará ahora hasta el 30 de abril, y que implica la permanencia en casa de la gente, el cese de actividades no esenciales y la prohibición de aglomeraciones.
Mientras aumentan progresivamente los casos de infectados, la violencia que azota el país continúa imparable, según datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), el Ejército, la Marina y la Fiscalía General.
Las cifras hablan por sí solas.
En la semana del 23 al 29 de febrero, justo cuando se registró el primer caso de coronavirus en el país, se contabilizaron 543 asesinatos. Unos 77 homicidios por día.
Un mes después, del 23 al 29 de marzo, el número se elevó a 646 casos. El pasado sábado 28 de marzo se superaron incluso los 100 homicidios.
Esto refleja que si bien las calles han quedado más silenciosas por la COVID-19 no se han vuelto más seguras y la violencia sigue superando cifras récords.
EL NARCOTRÁFICO NO DESCANSA
La respuesta a esta alza de la violencia en un país acostumbrado a altas cotas de criminalidad es clara para los expertos: el crimen organizado no entiende lo de ‘quedarse en casa’.
“El crimen organizado no se va a detener por la ‘sana distancia’ y, de hecho, podemos esperar un incremento de algunos delitos”, explicó este martes a Efe el profesor e investigador en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, Juan Carlos Montero.
Para este experto en seguridad, factores como el cierre parcial de la frontera entre México y Estados Unidos aumenta la tensión entre cárteles que pelearán con más fuerza por el control de los diferentes territorios nacionales.
En ello coincidió Javier Oliva, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien subrayó además que se va a agudizar la pelea por el tráfico a pequeña escala, ante la caída de la demanda interna.
“Es probable que delitos como la extorsión o el cobro de piso, en la medida que estén cerrados los negocios, lleven a los cárteles a buscar otras formas de financiamiento ilícito”, apuntó a Efe.
Según el Índice de Paz México 2019, el impacto económico de la violencia en México ascendió a 5.16 billones de pesos (unos 215 mil millones de dólares) en 2018.
“Esta cifra equivale al 24 por ciento del PIB del país”, indica el informe del Instituto para la Economía y la Paz.
INSEGURIDAD GENERAL
Otros delitos como el robo a comercios o a transeúntes pueden aumentar ante la falta de gente en las calles y el impacto en el cierre de múltiples negocios.
De hecho, desde finales de marzo ya se han registrado varios saqueos en centros comerciales de la Ciudad de México y el vecino Estado de México.
Muchos de los saqueos se han convocado a través de redes sociales y han contado con decenas de participantes, lo que ha llevado a las fuerzas de seguridad a potenciar su investigación cibernética.
La titular de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, Maribel Cervantes, explicó a Efe que se habían detectado 29 perfiles en Facebook que organizaban saqueos, de los cuales se logró parar la mayoría.
“Solo fueron robos. No hay una vocación ideológica, política o de necesidad de ir a saquear porque esté haciendo falta comida”, apuntó la funcionaria, quien estimó un alza de entre 8 por ciento y 10 por ciento en este tipo de delitos.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la percepción de inseguridad en México aumentó en diciembre de 2019 hasta situarse en el 72.9 por ciento de la población de las ciudades.
Esta sensación estaría acrecentándose en polos económicos como la capital o en el Caribe mexicano, donde ya se ha reforzado la vigilancia con grupos policiales de los tres órdenes de Gobierno.
“La afluencia de gente en el supermercado puede ser ocasionada también por la inseguridad. De hecho ya ha habido intentos de saqueos”, señaló Gabriel Mora, cliente de un supermercado en Ojo de Agua, un municipio del Estado de México y pegado a la capital.
Para Fernando, comprador en otro comercio que fue recientemente asaltado, la gente camina estos días con “preocupación”. Aunque él valora positivamente que se hayan intensificado los patrullajes policiales.
“La policía está pendiente de la tienda para que no haya robos, y también la Guardia Nacional”, agregó Víctor Cordero, aparcacoches del establecimiento.
En este contexto de inseguridad preocupa cómo reaccionarán a la paralización económica del país hasta el 30 de abril los mexicanos que viven al día y que pueden verse empujados a delinquir simplemente para comer y sobrevivir, concluyó Oliva.
Por ello, el empresario Ricardo Salinas Pliego, unas de las grandes fortunas del país, se mostró la semana pasada contrario a la paralización económica de México.
“Este virus existe sin duda, pero no es de alta letalidad. Como van las cosas parece que no moriremos por coronavirus, pero sí vamos a morir de hambre”, aseguró.