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Martín Rocha

31/03/2019 - 6:53 am

AMLO y la Conquista / Ponchado / Pasado olvidado

El tema de la disculpa que el Presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a la Corona española y al Vaticano por los agravios cometidos durante la conquista ha estado en boca de todos durante la última semana; a pesar de que gran parte de los mexicanos se han dedicado a burlarse y otros más a criticar dicha petición, algunos consideran que la idea tal vez no fue tan descabellada.

AMLO y la Conquista
El tema de la disculpa que el Presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a la Corona española y al Vaticano por los agravios cometidos durante la conquista ha estado en boca de todos durante la última semana; a pesar de que gran parte de los mexicanos se han dedicado a burlarse y otros más a criticar dicha petición, algunos consideran que la idea tal vez no fue tan descabellada. Al respecto. en Milenio, el periodista Álvaro Cueva, escribe que: mMe duele todo esto que está pasando alrededor de la supuesta solicitud de perdón a España. Me duele que se haya filtrado, que se haya malinterpretado, que se haya utilizado para fines oscuros. Me duele ver a tantos mexicanos hablando mal de los españoles y a tantos españoles hablando mal de los mexicanos. Me duele la reacción de los políticos de los dos países. Me duele que haya tantas personas tomando esto a broma, colgándose de aquí para hacer daño, para lucirse, para hacer negocio […] Mentira que las cosas ya no son iguales. Mentira que el perdón sea absurdo, necio e innecesario. Aquí pudo haber pasado algo hermoso, aquí se le pudo haber enviado un gran mensaje a la humanidad entera, pero se arruinó por la filtración, por la manipulación, por el odio. Si usted lee la carta que nuestro Presidente le mandó al rey de España, Andrés Manuel López Obrador en ningún momento está siendo grosero, le está exigiendo nada a nadie ni, mucho menos, le está pidiendo a Felipe VI que se disculpe. ¿De dónde salieron todas las afirmaciones que se han estado comentando? […] A lo mejor usted ya no se acuerda o no había nacido, pero en 1992 se conmemoraron los 500 años del Descubrimiento de América. El gobierno español hizo entonces muchas cosas importantes en términos diplomáticos, artísticos, deportivos, políticos y económicos. Muchas. ¡¿Y qué cree?! Las hizo con la cooperación de políticos y empresarios de diferentes lugares, entre ellos México. ¿O qué, a usted ya se le olvidó, por ejemplo, que Emilio Azcárraga Milmo tiró fortunas haciéndole hasta canales panregionales a los españoles? […] México quería hacer algo parecido en 2021 para los 500 años de la Conquista y el bicentenario de la consumación de nuestra Independencia. Evidentemente necesitaba el respaldo de España y el Vaticano. Y lo estaba haciendo bien, con tiempo, con respeto, en privado. Lo estaba haciendo para conseguir algo tan grande y tan importante como lo que España consiguió en 1992. Ahora esto ya es imposible. El rey y el papa quedaron imposibilitados para hacer equipo con nosotros. Cualquier cosa que hagan o que digan los va a perjudicar. Lo echamos a perder. Y no fueron ni AMLO ni Felipe VI. Fuimos nosotros, los más grandes expertos en meternos el pie. Si tantos problemas tenemos con el perdón, ¿por qué no comenzamos por perdonarnos a nosotros mismos? ¿Por qué no comenzamos por perdonarnos a nosotros mismos por ser tan arrogantes, tan entremetidos y tan irresponsables? ¿Ahora entiende por qué le digo que esto me duele? No puede haber perdón donde no hay humildad, introspección ni voluntad. Acabamos de cerrarnos las puertas rumbo a las conmemoraciones de 2021″.

Ponchado
En el Excélsior, la columnista Vianey Esquinca, escribe que: “esta semana, el líder de la temporada con una alta efectividad y una docena de blanqueos en su récord personal, el presidente Andrés Manuel López Obrador le regaló el juego al equipo contrario. La racha ganadora se cortó el 23 de marzo. El partido abrió abanicando al Presidente cuando la porra lo recibió con abucheos en el estadio de beisbol de Los Diablos Rojos. Aunque el tabasqueño intentó batear la bola varias veces, llamando a la afición parte de la porra fifí, su pejemoña no sirvió y fue retirado por la vía del ponche […] Cuando los medios vieron que el Presidente de México les estaba mandando puras bolas bajas, lo increparon y hasta una reportera llegó a sus pies, y no necesariamente como algunos lo hacen en la conferencia mañanera, sino que realmente se cayó. Entrada la semana con el conquista-gate, el Presidente de México trató de conectar un jonrón con casa llena e informó a través de un video que había enviado cartas al rey de España, Felipe VI, y al papa Francisco pidiéndoles una disculpa para los pueblos indígenas víctimas de la invasión española. Más allá del debate profundo-filosófico-justiciero al que su afición trató de llevar el debate, la verdad es que eso dio pie a que sus críticos le metieran dobles, triples y varios cuadrangulares. ¿Es mucho pedir que se disculpen?, preguntó el presidente López Obrador. ¿Es mucho pedir que le exija a Holanda que se disculpe porque no era penal, a España por mandarnos a Locomía? ¿En lugar de juzgar a Hernán Cortés no sería mejor que empezará por el expresidente Enrique Peña Nieto? Fueron algunas de las respuestas con las que respondió el equipo de enfrente. Todavía sin recuperarse, la Reforma Educativa también llevó a la banca al gobierno federal y al Poder Legislativo, también.
os maestros disidentes que en otros momentos han jugado en su equipo demostraron que ‘el perico donde quiera es verde y la CNTE donde quiera muerde’ […] El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también entró al juego y ponchó al gobierno federal mandándole tres bolas rápidas con sus declaraciones contra el país, sin que el gobierno federal pudiera responder. Hasta el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, tuvo que hacer un batazo de sacrifico mandando un tibio tuit en el que pedía respeto. Definitivamente, ésta no fue una buena semana para el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero la buena noticia para él y sus seguidores es que ya se acabó y la serie tiene muchos juegos por delante”.

Pasado olvidado
En El Universal, su Editorial, asegura que: “en momentos en que nos encontramos defendiendo a capa y espada nuestros orígenes prehispánicos y exigiendo como país una disculpa a España por haber emprendido hace casi medio milenio la conquista de lo que hoy llamamos México, contrasta saber que existen zonas arqueológicas en las que durante todo el año pasado no se paró ni una sola persona a visitarlas, además de que se reportó un descenso de visitantes en algunos de los principales sitios prehispánicos como Teotihuacán o Tulum . Entre las causas de esta baja se señala lo mismo la inseguridad que el incremento de costos de transporte y hospedaje, así como algunos aspectos circunstanciales (por ejemplo, la plaga de sargazo en la Riviera Maya) o el propio descuido o falta de mantenimiento en dichos centros históricos. El caso más preocupante es el de las ruinas de Cuauhtochco, en Veracruz, que lleva cuatro años sin ser visitado por nadie, en mucho debido al desconocimiento de su existencia y la falta de promoción. Si bien mucho del turismo internacional visita nuestro país atraído por nuestras playas, el segundo foco de interés lo constituye el pasado prehispánico y la abundante oferta arqueológica (189 sitios) distribuida a lo largo y ancho de la nación. En este sentido, no es de extrañar que el museo que más visitantes recibe en todo el país sea precisamente el Nacional de Antropología, donde se resguarda lo más preciado del arte que nos legaron los antiguos habitantes de México. El personal que está a cargo del cuidado de los restos de las civilizaciones que nos antecedieron es poco y está mal equipado. Por lo anterior, no debería extrañar que muchos de esos centros en los que los pobladores precolombinos habitaban o practicaban sus ceremonias, sean hoy objeto de vandalismo o saqueo, lo que desalienta el turismo hacia los mismos. Aún los grandes espacios arqueológicos como Teotihuacán, Chichen Itzá, Tulum, Palenque o Tajín, sufren el embate del turismo, que daña con su paso los vestigios de las grandes sociedades que los edificaron. Es así que el visitante encuentra paredes grafiteadas, escalinatas dañadas o edificios afectados por la humedad o la vegetación. Entre las acciones que se requieren con urgencia, además de intensificar el cuidado, protección y mantenimiento de las zonas arqueológicas, es el de aumentar su promoción dado que no resulta lógico que tengamos sitios prehispánicos que no interesen a nadie, paradójico en un país en el que sus habitantes se enorgullecen de su pasado indígena. La promoción debe ir aparejada además con un énfasis de los programas educativos para que se despierte en las nuevas generaciones el interés y amor por los orígenes del mexicano”.

Puro Cuento
En el Reforma, el columnista Eduardo Caccia, escribe que: “había una vez una empresa internacional, fabricante de muebles para oficina, que en sus afanes por acentuar su liderazgo y reputación decidió innovar el concepto de una silla ejecutiva, en los noventa. Como la historia es más que pública, los enterados sabrán que Herman Miller encargó la encomienda a un prestigiado diseñador industrial. El prototipo logrado lucía tan diferente a lo convencional que la empresa decidió hacer varios grupos de enfoque para consultar a los consumidores si el modelo sería de su agrado. Por decisión unánime todos los grupos de enfoque rechazaron aquella novedosa silla. ¿Quién querría sentarse en un mueble que no estaba aún forrado? ¿Quién aceptaría el mal gusto de permitir que se viera el mecanismo debajo del asiento? El diseñador había incorporado, como eje de su innovación, una malla plástica en el respaldo y en el asiento de la silla, que los consumidores tachaban de “rara”, “fea”, “incompleta”. Un buen ojo observador, suspicaz de la semiótica, se preguntó: “¿qué tal si los consumidores dicen ‘feo’ cuando en realidad quieren decir ‘diferente’?”. Sabiendo que habían encargado la fabricación de una silla disruptiva, entendieron que la gente rechazaba aquello que no conocía porque además la relacionaban con aquello que sí conocían: una silla ejecutiva forrada con piel o tela. La empresa decidió no tomar literalmente la respuesta del consumidor y lanzó la silla al mercado. Al día de hoy ha roto todos los pronósticos de ventas de la compañía, es la silla ejecutiva más premiada en la historia de la industria por su diseño y funcionalidad, y tiene muchos imitadores que han emulado su textura “respirable”. Moraleja: aunque parezca, la gente no siempre sabe lo que quiere y no siempre puede recomendar lo que conviene. De haber usado Henry Ford grupos de enfoque para el lanzamiento de su Modelo T, la gente (sustitúyase por pueblo sabio) le hubiera pedido “caballos más rápidos”. Es ya un lugar común decir que para los grandes innovadores la gente no sabe lo que quiere, por ello es delicado tomar sus palabras literalmente. El riesgo de los grupos de enfoque es que tienen vulnerabilidades difíciles de evitar, por ejemplo, el papel del moderador que puede, con una inflexión de voz, influir en las respuestas.Había una vez un primer mandatario, el nuestro, que decidió consultar al pueblo para tomar decisiones estratégicas. Sobre si debía o no responder a los mensajes de Trump (recuérdese que en campaña dijo que cada tuit del norteamericano tendría respuesta) consultó a la concurrencia durante un acto público en Veracruz, haciendo uso de lo que se vale un moderador de grupos de enfoque cuando quiere influir en la gente: con la entonación indicó cuál era la respuesta que esperaba (“…que levanten la mano los que piensen que debemos de actuar con ¡prudeeeenciaaaaaaa!…). Al tener la respuesta que quería, aplaudió y dijo: “¡Eso es, mi pueblo!”. Luego, ufano, escribió en Twitter: “…consulté a mis asesores y verdaderos expertos en materia de política exterior…” y se refirió a la gente como su “Think Tank”. ¿Es tan grande el desprecio del mandatario por los expertos? No estoy en contra de la prudencia sino del método para decidir. Había una vez una ciudad llamada Hamelin que para deshacerse de la infestación de roedores, echó mano del artilugio de un flautista encantador de animalitos (no, señor Presidente, los pobres de México no son como animalitos) que dijo a las autoridades: “Yo soy capaz, mediante un encanto secreto que poseo, de atraer hacia mi persona a todos los seres que viven bajo el sol. Lo mismo da si se arrastran sobre el suelo que si nadan en el agua, que si vuelan por el aire o corran sobre la tierra. Todos ellos me siguen…” (cualquier similitud con ya saben quién, es culpa del lector). Acto seguido, arrastró con el embrujo de su flauta a todos los roedores que le siguieron hipnotizados hasta caer en el caudal mortal de un río cercano. Los malos moderadores de grupos de enfoque son como el flautista de Hamelin, atraen con su magnetismo, inducen las respuestas y llevan a los seres bajo su encanto a decisiones equivocadas. Reescribiendo el final del cuento, imagino al flautista gritar, gozoso, al filo del despeñadero: ‘¡Eso es, mis animalitos!'”.

El efecto CNTE
En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “el efecto CNTE ha obligado a los coordinadores de todos los partidos en el Senado a analizar la posibilidad de convocar a un periodo extraordinario para sacar adelante los temas pendientes de la agenda legislativa. Incluso se habla de que en las próximas dos semanas los legisladores sesionarán tres días en lugar de dos. Entre esos temas pendientes destacan las ternas para la Comisión Reguladora de Energía, en las que el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en postular a los mismos candidatos; las leyes reglamentarias de la Guardia Nacional; la Ley de Extinción de Dominio y, por supuesto, la reforma educativa, que tantos dolores de cabeza ha dado a Morena, pese a que le han concedido casi todo a la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)”.

A fondo
En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “una decisión que fue bien recibida es que el gobierno de la Ciudad de México comience la instalación de GPS en unidades del transporte público concesionado, para monitorear cuestiones de movilidad. El objetivo, aseguró la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, es obtener información para cambiar al pago con tarjeta prepago, así como para renovar unidades. Se trata de una herramienta que servirá para hacer efectivo el cambio de las unidades viejas, pues son cerca de 20 mil micros que urge modernizar. Resaltó que este instrumento será para innovar en acciones que mejoren el transporte público y la movilidad en la CDMX. Tecnología a la medida de la democracia. Bien.”

El susto del equipo de AMLO
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “vaya susto el que se llevó el personal de la Ayudantía del Presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando ayer una de las camionetas de avanzada sufrió un accidente al chocar con la caja de un trailer, entre los límites de Hidalgo y San Luis Potosí. Ni el mandatario ni ninguna otra persona resultaron afectados, pero era visible que al equipo del Presidente le causó una gran impresión lo ocurrido. Ante esta reacción entre algunos surgió la pregunta: si un percance menor en la carretera los tomó por sorpresa, ¿estarán preparados quienes ayudan al Presidente para enfrentar una verdadera situación de riesgo? Quedó en el aire esa duda”.

AMLO y Trump
En el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “aunque se escudó en una consulta gansito (patito pero cuatrotransformador) para ser prudente ante Donald Trump, quienes saben de diplomacia dicen que en realidad Andrés Manuel López Obrador anda con el Jesús bilateral en la boca. Y es que, para el presidente norteamericano, la moneda de cambio para obligar a México a detener la migración centroamericana es la ratificación del nuevo T-MEC. Y en ambos temas, Trump puede obtener una importante ganancia política. De entrada, hay que entender que Trump ya está en campaña, buscando su reelección en 2020. Para sus seguidores cada jab contra la mandíbula mexicana le da puntos en ese sector del electorado. A esos votantes les prometió acabar con el acuerdo comercial con Canadá y México, por lo que si hay T-MEC, puede presumir que logró una súper negociación. Y si no, se puede ufanar de que cumplió con matar al TLCAN. Como quien dice, sale ganando electoralmente por los dos lados. En cambio a México lo que menos le conviene es perder la sociedad comercial norteamericana, de ahí que en Palacio Nacional prefieren poner la otra mejilla”.

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