Los cenotes fungen actualmente como espacios de esparcimiento, diversión, exploración, experiencias, aventuras y actividades de alto riesgo.
Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán, 31 de marzo (SinEmbargo/Agencia Informativa Conacyt).- Los cenotes de Tulum desde la perspectiva de los procesos de mercantilización, el papel del ambientalismo ciudadano en el Caribe mexicano en torno a los manglares de Cancún y los conflictos que viven las comunidades rarámuri en la sierra Tarahumara fueron algunos de los siete temas que se presentaron en el coloquio Turismo, Espacio y Cultura, realizado en el marco del décimo aniversario del Seminario Permanente “Turismo, globalización y sociedades locales en la península de Yucatán” en el Edificio Cultural Universitario de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady).
Desde 2006, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Peninsular, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav IPN), unidad Mérida, y la Universidad Autónoma de Yucatán realizan el Seminario Permanente “Turismo, globalización y sociedades locales en la península de Yucatán”, que tiene por objetivo compartir los estudios críticos que se realizan desde diversas disciplinas académicas en torno al turismo en la región sureste de México.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Gustavo Marín Guardado, investigador en antropología en el CIESAS Peninsular y cofundador del seminario, señaló que este último fue formado como un espacio para reunir a investigadores de distintas instituciones, estudiantes, funcionarios y a todos los interesados en los procesos del turismo, “a fin de discutir y dar a conocer proyectos, avances y resultados de investigación para discutir y socializar la información, así como generar una comunidad académica especializada en el tema”, apuntó.
Ana García de Fuentes, geógrafa e investigadora del Departamento de Ecología Humana de la unidad Mérida del Cinvestav, se sumó a la coordinación del seminario en 2008, mismo que describe como un espacio académico de discusión amistoso y sin jerarquías. “Comentamos, cuestionamos, nos preguntamos y sugerimos ideas sin mayor pretensión que eso; publicamos un libro derivado de algunos trabajos que se han presentado”, comentó.
10 AÑOS DE ESTUDIOS CRÍTICOS SOBRE EL TURISMO EN YUCATÁN
De acuerdo con Samuel Jouault, geógrafo y profesor investigador de la licenciatura en turismo en la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Uady, el seminario se realiza cada viernes de fin de mes en las instalaciones de la unidad Mérida del Cinvestav, el CIESAS Peninsular y la Uady desde su integración como parte de la coordinación del evento. “La dinámica es una presentación de media hora y luego una discusión que puede durar hasta hora y media, es decir, dos horas en total para lograr realmente un espacio de diálogo”, apuntó.
Para celebrar los primeros 10 años de trabajo, el coloquio Turismo, Espacio y Cultura reunió a invitados especializados en diversas disciplinas de las humanidades en torno a la dinámica turista. Una de estos fue la investigadora de University of Minnesota, Bianet Castellanos, quien en su libro A return to servitude realizó un estudio sobre las camareras y las amas de llaves de origen maya en Cancún, Quintana Roo, y en el marco del seminario discutió los logros y desafíos del turismo y la urbanización en dicha ciudad.
Matilde Córdoba Azcárate, investigadora del Center For US-Mexican Studies en University of California, realizó su tesis de doctorado en antropología sobre el ecoturismo en Celestún, Yucatán, y en el marco del coloquio presentó la ponencia Dilemas de una etnografía muti-situada del turismo en Yucatán, donde abordó estudios de caso en Celestún y Tekit, Yucatán.
Philippe Duhamel, investigador de Université d’Angers ESTHUA, presentó un análisis geográfico sobre la playa a lo largo del tiempo; Luis Alberto Velasco, investigador de École des Hautes Études en Sciences Sociales, presentó la ponencia ¡Cancún, despierta! El manglar está vivo. Ambientalismo ciudadano como política de la historia en el Caribe mexicano norte.
¿CUALQUIER LUGAR PUEDE SER TURÍSTICO?
Samuel Jouault y Ana García de Fuentes presentaron el tema ¡No todo lugar puede ser turístico!, una reflexión geográfica en diferentes escalas que tuvo el propósito de demostrar que, pese a que las políticas públicas apuestan por promover el turismo en cualquier sitio, no todos pueden llegar a serlo.
“Presentamos los conceptos geográficos de región y escala. El concepto de región refiere a que un lugar está vinculado en una región; nosotros no estamos en concordancia con los no-lugares de Marc Augé, pues consideramos que existe una territorialización y la primera parte está alrededor de este eje; además, un lugar está ubicado en un lugar un poco más grande y necesitamos estudiarlo en diferentes escalas”, apuntó.
La segunda parte de la reflexión estuvo orientada a la discusión sobre un espacio que Samuel Jouault estudió como parte de su doctorado y al que nombró como el “traspatio del corredor Cancún-Riviera Maya”, un corredor litoral de 150 kilómetros que funciona fundamentalmente para fines turísticos.
“Vemos aparecer una nueva región turística y en 2016 observamos más de 70 empresas sociales, cooperativas y sociedades de producción rural dedicadas al turismo alternativo, es decir, hay una especialización de esta región hacia el turismo. Sin embargo, con base en el trabajo publicado como Atlas de turismo alternativo en la península de Yucatán, demostramos que 25 por ciento de estas empresas locales terminan en fracaso”, apuntó.
Uno de los ejemplos más significativos fue el caso de Uxbenhá, en el ejido Pedro Santos del municipio de Bacalar, Quintana Roo, que recibió una inversión de ocho millones de pesos y que actualmente es “un elefante blanco”, es decir, una obra pública que genera un impacto negativo para la comunidad. Hasta 2012, existían 48 proyectos en condiciones similares, de acuerdo con el investigador.
“Nuestra perspectiva es un análisis crítico del turismo hoy en día en la península. Hay una apuesta fuerte en este sector en los tres estados y desde las ciencias sociales generamos estudios no en contra ni a favor del turismo, sino como una plataforma reflexiva donde estén presentes estudiantes que se están formando y que pueden observar toda la serie de matices de estos fenómenos”, apuntó.
EL DESPUNTE TURÍSTICO DE CANCÚN Y EL DESARROLLO REGIONAL
Ana García de Fuentes, investigadora del Departamento de Ecología Humana de la unidad Mérida del Cinvestav y coordinadora del seminario, realizó en 1978 uno de los primeros estudios sobre el turismo en la península de Yucatán. “Siempre me interesó como fenómeno, como proceso y como turista. En particular, me interesó mucho el caso de Cancún, que entonces estaba surgiendo, ¿qué significaba crear una ciudad, un centro turístico de la nada y abrir el frente Caribe al turismo en México?”, señaló en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
Como parte de su tesis de maestría, realizada en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la investigadora emprendió un estudio etnográfico durante la etapa de construcción y la inauguración del primer hotel de la zona turística de Cancún, que hasta 2013 registró un total de 145 hoteles de acuerdo con la Secretaría de Turismo del estado de Quintana Roo (Sedetur).
“Tuve la oportunidad de entrevistar a los trabajadores que venían en aquel entonces a esta zona y el libro se publicó por la UNAM con el título Cancún, turismo y desarrollo regional, que es un debate teórico sobre esta idea de los polos de desarrollo muy importante en aquel momento, no solo de desarrollo turístico sino de desarrollo industrial, observando qué de lo que decía la teoría podía suceder o no”, apuntó.
De acuerdo con la investigadora, el concepto de desarrollo regional ha ido evolucionando desde una perspectiva eminentemente económica, propuesta desde una visión centralizada para incorporar a las regiones aisladas al desarrollo de la nación, hasta una perspectiva vinculada con lo local, la identidad y la conservación del medio ambiente.
PROCESOS DE MERCANTILIZACIÓN EN TULUM
Gustavo Marín Guardado, investigador del CIESAS Peninsular, se ha especializado en el estudio del trabajo en sociedades costeras y la antropología del turismo, abordando desde hace más de 10 años las actividades turísticas en la Riviera Maya y, en particular, en el municipio de Tulum.
“Una de las particularidades de la antropología del turismo es comprender cómo las sociedades locales se involucran en procesos de desarrollo de esta industria y cuál es su papel en la economía del turismo, cómo se insertan —dado que cada vez es más común— las sociedades étnicas y agrícolas no solo como fuerza de trabajo sino como espacios de consumo para el turismo, sobre todo en lo que se ha llamado turismo alternativo, donde la naturaleza y la cultura son los atractivos principales”, señaló.
A lo largo de varios artículos de investigación y un libro próximo a publicarse, Marín Guardado ha estudiado la historia de los mayas locales, la venta de terrenos, la apropiación de la playa por agentes foráneos, la historia de la hotelería, el desarrollo de la ciudad y la transformación del pueblo como núcleo de la resistencia maya durante la Guerra de Castas a centro cosmopolita de turismo alternativo.
En palabras del investigador, uno de los aspectos en los que se ha centrado es en explicar la manera en que el turismo es un agente de apropiación y de mercantilización tanto del espacio como de la cultura a través de la valorización de los recursos de la naturaleza y la cultura.
“Uno de los ejemplos fundamentales es el caso de los cenotes, cuerpos de agua que originalmente fueron las únicas fuentes de agua para la civilización maya, quienes en su cosmología los consideraban lugares sagrados, puertas al inframundo; pero a través del turismo, estos espacios se convierten en mercancía. Es decir, se convierten en espacios que son ofrecidos para que los consuman turistas y ese es un cambio trascendental, tanto en el uso como en la valoración y significación de estos espacios”, apuntó.
De acuerdo con el investigador, los cenotes fungen actualmente como espacios de esparcimiento, diversión, exploración, experiencias, aventuras y actividades de alto riesgo.
“Estas experiencias están a la venta a través del turismo y es precisamente esta historia de la transformación de los cenotes como objetos en diferentes etapas históricas la que tiene un cambio drástico a través de los procesos de desarrollo del turismo”, finalizó.