El Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, denunció el jueves la falta de solidaridad en la distribución de vacunas. “Aquellos cuyas oportunidades vitales ya eran reducidas por la desigualdad y la injusticia, con base en sus ingresos, raza, género y otras formas de discriminación, son los que más están sufriendo el impacto de la COVID-19”, destacó.
Ciudad de México, 31 de enero (SinEmbargo/RT/AP/EFE/The Conversation).– La pregunta sobre el por qué el coronavirus está mutado en nuevas cepas más peligrosas a una gran velocidad está respondida de antemano. Es la pandemia. Lo saben los científicos desde antes de la actual emergencia global. El virus se clona a sí mismo para reproducirse; y entre más veces lo haga, como está sucediendo ahora mismo, tiene más posibilidades de que las nuevas versiones de sí mismo sean más exitosas. E incluso puedan burlar las vacunas existentes.
Por eso, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que los países acaparen vacunas y dejen a los pobres sin ellas les dará un alivio temporal. Es muy probable que de las comunidades afectadas por el “nacionalismo de vacunas”, donde el virus se seguirá clonando los siguientes años, venga la siguiente versión exitosa del coronavirus. Y cualquier inmunización será derrotada. Será, si no se evita, una nueva pandemia en muy poco tiempo.
Hace dos días, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo durante una sesión de la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa que la promesa de acceso equitativo está en grave riesgo. Destacó que el 75 por ciento de las dosis distribuidas se habían desplegado en solo 10 países y que no está bien que adultos jóvenes y sanos de países ricos reciban la vacuna antes que trabajadores de la salud y personas vulnerables de países más pobres.
El secretario ejecutivo adjunto de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (Cepal), Mario Cimoli, dijo que el acaparamiento de los países ricos es un echo y puso ejemplos. De una producción de 6.5 billones de dosis de la vacuna, Latinoamérica tiene por contrato sólo un 11 por ciento y África, un 4 por ciento. Cimoli señaló que estas cifras que contrastan con las de países como Estados Unidos, que llega a cubrir la población en un 199 por cienrto; la Unión Europea, un 199 por ciento, o Canadá, un 532 por ciento, le “dan terror”.
El Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, denunció el jueves la falta de solidaridad en la distribución de vacunas. “Aquellos cuyas oportunidades vitales ya eran reducidas por la desigualdad y la injusticia, con base en sus ingresos, raza, género y otras formas de discriminación, son los que más están sufriendo el impacto de la COVID-19”, destacó. Según el diplomático portugués, tras un 2020 de “tragedias”, 2021 debe ser un año de “cambio”, que dé respuesta a la crisis desatada por el coronavirus pero también a otros problemas, como una creciente desigualdad y un modelo económico “no sostenible que ya venían de atrás”.
“La ciencia está teniendo éxito, pero la solidaridad está fallando”, dijo. “Las vacunas están llegando a un puñado de países rápidamente, mientras que los países más pobres no tienen ninguna. Se han administrado más de 70 millones de dosis. Menos de 20 mil de ellas han sido en el Continente Africano”.
Incluso dentro de su propio territorio, Estados Unidos experimenta una segregación por razas y condición económica. “En Estados Unidos, las personas de raza negra, los hispanos y los indígenas norteamericanos están muriendo a una tasa tres veces la de los blancos, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). La actual campaña de vacunación por el coronavirus muestra también una brecha racial: la población negra está a la zaga de los blancos en muchas zonas”, dijo este domingo un análisis de The Associated Press.
El texto, firmado por Carla K. Johnson, Angeliki Kastanis y Kat Stafford, dice que debido a los temores de deportación, existe también desconfianza entre los hispanos, lo que está socavando los esfuerzos de vacunación en esa comunidad, aparte de la barrera del idioma.
“Un examen preliminar de los 17 estados y dos ciudades que han dado a conocer un desglose racial de las vacunaciones hasta el 25 de enero concluyó que las personas negras en todos los lugares están siendo vacunadas a niveles por debajo de su proporción en la población, en algunos casos significativamente por debajo. Eso ocurre pese a que las personas negras constituyen un porcentaje mucho mayor de los trabajadores de salud en el país, que fueron colocados en el inicio de las filas para recibir inyecciones cuando comenzó la campaña a mediados de diciembre”, sostiene.
VIRUS MUTANTE
“Desde el inicio de la pandemia de Covid-19 ha sido frecuente escuchar comentarios sobre el temor de que el SARS-CoV-2 mutara hacia una forma más agresiva. En la mente de muchas personas se visualizaba el virus como un ente capaz de tomar decisiones para asegurarse su permanencia entre nosotros. La realidad es que los virus no deciden nada. Simplemente, cuando infectan una célula, de forma casi automática, comienzan a multiplicarse, algo que incluye la copia de su información genética”, explica Ester Lázaro Lázaro, investigadora científica de los Organismos Públicos de Investigación, especializada en evolución de virus del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC).
Durante el proceso de copia es frecuente que aparezcan errores, que, si bien muchas veces no tienen ningún efecto, en ocasiones producen cambios en alguno de los aminoácidos que componen las proteínas del virus. Como consecuencia, la estructura tridimensional de estas macromoléculas se puede ver alterada, y con ella las propiedades del virus.
“Si los virus mutan continuamente, ¿por qué es ahora cuando parece haber más variantes del SARS-CoV-2? Porque le estamos poniendo trabas a su transmisión. La cosa era muy diferente al inicio de la pandemia. Todos éramos susceptibles al SARS-CoV-2, había gran escasez de equipos de protección para impedir los contagios y, además, desconocíamos las mejores medidas para prevenirlos. El resultado es que el virus prácticamente tenía vía libre para infectarnos y las variantes que fueran un poco más contagiosas tenían escasa ventaja sobre el resto’, agrega.
“Después de un año de pandemia, la situación ha cambiado. Mucha gente ya ha pasado la infección y posee anticuerpos frente al virus. Tenemos acceso a mascarillas y hemos aprendido que el virus se transmite por aerosoles, lo que permite evitar contagios con una buena ventilación. Por último, se ha iniciado un proceso de vacunación que en algunos países ya ha alcanzado a buena parte de la población. En resumen, se lo estamos poniendo cada vez más difícil al virus. Y una consecuencia directa es que, bajo presión, las variantes más transmisibles tienen una ventaja frente al resto, pudiendo hacerse mayoritarias”, abunda la especialista en un ensayo publicado en The Conversation que titula: “¿Por qué están apareciendo ahora tantas variantes del SARS-CoV-2”.
EL ASPECTO ECONÓMICO
La portavoz de la OMS, Margaret Harris, pidió el sábado al Reino Unido y otros países que detengan su programa de vacunación contra la COVID-19 una vez que los grupos vulnerables y los trabajadores de la salud hayan recibido sus inyecciones, para garantizar una distribución global equitativa del fármaco, recoge el periódico The Telegraph. “Estamos pidiendo a los países que, una vez que hayan vacunado a esos grupos [de alto riesgo y trabajadores de la salud], garanticen que el suministro al que tienen acceso se proporcione a otros”, señaló Harris durante una aparición en el programa BBC Breakfast.
“Si bien eso es claramente lo correcto desde una perspectiva moral, también es lo correcto económicamente”, dijo la vocera. “Estamos pidiendo a todos los países en esas circunstancias que lo hagan. […] También hacemos un llamamiento a toda la gente del Reino Unido: ustedes pueden esperar”, declaró Harris. La portavoz también advirtió que una serie de análisis muestran que “simplemente vacunar a su propio país y luego quedarse sentado y decir ‘estamos bien’ no funcionará económicamente”.
El Reino Unido tiene actualmente uno de los niveles más altos de cobertura de vacunas, junto con Israel y los Emiratos Árabes Unidos. De acuerdo con los últimos datos de las autoridades sanitarias, hasta ahora el 12.34 por ciento de la población del país ha recibido una vacuna contra el coronavirus. Previamente, el Primer Ministro británico, Boris Johnson, indicó que el Reino Unido está en camino de alcanzar su objetivo de vacunar a los más vulnerables antes del próximo 15 de febrero. El mandatario, además, dijo que su objetivo es ofrecer a todos los adultos del país una primera dosis de la vacuna para el otoño.
Sin embargo, la OMS señaló que los países desarrollados deberían esforzarse para lograr que se distribuyan las dosis de manera justa en todo el mundo. El mecanismo Covax, impulsado por la ONU, tiene como objetivo entregar 1,300 millones de dosis de vacunas aprobadas a países de ingresos bajos y medianos en 2021. A mediados de enero, el secretario general de la ONU, António Guterres, declaró que los Gobiernos tienen la responsabilidad de proteger a su pueblo, pero el “nacionalismo de vacunas” es “contraproducente y retrasará la recuperación global”.
“Las vacunas están llegando rápidamente a los países de ingresos altos, mientras que los más pobres del mundo no tienen ninguna”, lamentó desde hace semanas.