El viernes 29 de enero, el Presidente Andrés Manuel López Obrador reapareció en un video en el Palacio Nacional, desde donde agradeció los gestos de cariño y disipó rumores sobre su salud.
Por Pedro Pablo Cortés
México, 31 de enero (EFE).- El Presidente Andrés Manuel López Obrador cumple una semana infectado de la COVID-19 y con su estado de salud manejado entre opacidad y vacíos por el Gobierno del tercer país del mundo con mayor cantidad de muertos por la pandemia.
"El Gobierno no ha manejado de manera correcta la información de la salud del presidente y de manera innecesaria generó rumores e incertidumbre", expresa a Efe el consultor político Edgar Ortiz Arellano, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Tras revelar su contagio el domingo pasado, López Obrador subió una foto el lunes tras conversar con el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, para acceder a la vacuna Sputnik V.
El Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, encargado de gestionar la pandemia en México, expresó ese día que el Gobierno no revelaría "ningún dato clínico" a "lo largo del periodo de recuperación del presidente" porque es "materia de su privacidad".
El silencio del líder izquierdista, quien suele controlar la agenda mediática con sus ruedas de prensa "mañaneras" y mensajes en redes sociales, levantó teorías de conspiración sobre la veracidad de su enfermedad y preocupación sobre su estado de salud.
"Todavía tengo COVID, pero ya los médicos me dicen que está pasando la etapa crítica. Ahora me presento con ustedes para que no haya rumores, malos entendidos, estoy bien aunque todavía tengo que guardar reposo”, declaró en un vídeo desde Palacio Nacional este viernes, su único mensaje hasta ahora.
Pero el consultor Ortiz Arellano considera que la mejor forma de acallar los rumores es con informes médicos "bien sustentados" que digan "cuál es la condición exacta" del mandatario.
“No es suficiente el hecho que el presidente salga en un vídeo, parece más bien un acto de propaganda que una acción responsable del Gobierno, es decir, un vídeo como si fuese una prueba de vida para acallar los rumores", observa el académico.
Hasta ahora, la última actualización la dio Ricardo Cortés, director general de Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, quien este sábado afirmó que el presidente "continúa con un cuadro bastante leve", por lo que está a la mitad de su aislamiento de 14 días.
El profesor Ortiz Arellano opina que el Gobierno ha creado un "vacío de información" por no designar a un portavoz que detalle la salud del mandatario, quien en México también es comandante de las Fuerzas Armadas.
“El tema de la salud del presidente es de seguridad nacional, el presidente de la República en el caso mexicano es jefe de Estado y jefe de Gobierno, tiene una doble responsabilidad, entonces es un asunto de carácter público", sostiene.
PAÍS ENFERMO
El contagio de López Obrador ocurre mientras México supera los 1,85 millones de casos confirmados de COVID-19 y las 158 mil muertes, por lo que esta semana superó a India como el tercer país con más fallecidos.
“Estamos en un momento muy crucial, ya el presidente se contagió y eso debería ser un buen momento para cambiar, para todavía evitar muchas muertes porque mientras no tengamos la vacuna, y no la vamos a tener pronto, seguirá incrementando la pandemia", comenta a Efe la salubrista Carolina Gómez.
Pero el Presidente aclaró en su vídeo que no rectificará la gestión de la crisis, como esperaban algunos críticos.
“Estamos procurando que continúe la misma estrategia y fortalecerla, que consiste, desde el principio, en que a nadie le falte una cama y que no falten médicos, enfermeras y equipos, que no falten medicamentos en los hospitales COVID. Afortunadamente no nos han rebasado las circunstancias", dijo.
Gómez, experta de la Sociedad Mexicana de Salud Pública, lamenta el mensaje que envía a la ciudadanía el mandatario.
“Me dice muy poco, me dice más bien que no ha cambiado nada, él habló de vacunas, de que debemos cuidarnos, ser felices, aprovechar la vida, de cosas muy banales y no de su salud, ni de mandar un mensaje contundente, que tranquilizara”, opina.
La especialista coincide en que el contagio del presidente, quien está en un grupo de riesgo por tener 67 años, ser hipertenso y haber sufrido infartos, es un asunto de seguridad nacional.
Por eso critica que continúe minimizando los efectos del coronavirus sobre su persona y el país.
“El que el presidente haya dado positivo a COVID no nos debería sorprender porque en ningún momento ha seguido las medidas preventivas recomendadas para estar con otras personas, por el contrario, ha sido omiso en usar cubrebocas y guardar la sana distancia”, manifiesta.