Para este periodo de transición, en el que ambos bloques deberán de negociar sus futuras relaciones comerciales, S&P cree que Reino Unido tiene que tener en cuenta que la competitividad de algunos sectores. El Primer Ministro Boris Johnson describe el brexit como “un momento de verdadera renovación y cambio nacional”. Sin embargo, la población aún tiene opiniones divididas.
Londres, 31 de enero (AP/Europa Press).- Gran Bretaña inició el viernes como miembro de la Unión Europea, pero abandonará oficialmente el bloque a las 23:00 horas locales, medianoche en Bruselas, tres años y medio después de que el país decidiera en referéndum, por un margen de apenas 52-48 por ciento, separarse del organismo al que se integró en 1973.
Las agencias de calificación Moody’s y S&P Global recomendaron al Reino Unido alinearse con los estándares regulatorios europeos, con el fin de mantener los aranceles, los cupos de exportación y la economía estable, tras su salida de la UE.
Su estatus al final del día -como nación orgullosa que reclamó su soberanía, o una presencia más reducida en Europa y en el mundo- seguirá estando a debate. El primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, se reunirá con su Gobierno por la mañana en la localidad probrexit de Sunderland, en el noreste de Inglaterra. Está previsto que ofrezca un discurso televisado a la nación una hora antes de que se culmine el brexit, en el que señalará que “no es un final sino un comienzo”.
Según un análisis de S&P Global Ratings previo a la ejecución oficial del Brexit, “cuanto más alineado esté Reino Unido con los estándares regulatorios de la Unión Europea, más probabilidad habrá de que los aranceles entre ambos bloques se mantengan bajos”.
Tras 47 años de permanencia al bloque comunitario, Reino Unido dejará de ser uno de sus miembros este fin de semana, con un periodo de transición que concluirá, según lo planeado, a finales de este año, un periodo de tiempo en el que seguirá dentro de la unión aduanera y en el mercado único.
Esto supone que la provisión de servicios financieros transfronterizos quedará garantizada, al menos, para un año, por lo que el Brexit no tendrá ningún impacto económico directo hasta que dé comienzo el año 2021.
Para este periodo de transición, en el que ambos bloques deberán de negociar sus futuras relaciones comerciales, S&P cree que Reino Unido tiene que tener en cuenta que la competitividad de algunos sectores, como el de la fabricación de automóviles o el aeroespacial, depende de que continúe alineado con las regulaciones europeas.
EUROPA, MEJOR PREPARADA
Moody’s ya ha avisado de que, en caso de que el acuerdo alcanzado mantenga las relaciones “débiles” y resulte en un impacto negativo para la economía británica, muchos emisores de deuda del país estarán expuestos a una posible rebaja de su calificación crediticia.
“Es probable que el período de transición del Brexit termine en lazos más ojos entre el Reino Unido y la UE que debilitarán estructuralmente la economía del Reino Unido, lo que tendrá efectos negativos indirectos sobre el rating soberano del Reino Unido y otros emisores relacionados, como aseguradoras, puertos y bancos”, declara el director de Estrategia de Crédito de Moody’s, Colin Ellis.
Sin embargo, la agencia de calificación cree que la estabilidad crediticia de los Estados miembros, con el apoyo de sus instituciones, es más “resiliente” a un potencial desacuerdo entre Reino Unido y la Unión Europea.
“En nuestra opinión, los miembros de la Unión Europea, con la voluntad y la capacidad de los Estados para proporcionar un apoyo extraordinario al conjunto del bloque, continuarán manteniéndose muy fuertes, a pesar de la salida del Reino Unido”, explica Moody’s.
JOHNSON VE “NUEVO COMIENZO”
Según la oficina del Primer Ministro, Boris Johnson, lo describirá como “un momento de verdadera renovación y cambio nacional”.
La UE tendrá que recuperarse de uno de sus mayores reveses en sus 62 años de historia para enfrentar un mundo cada vez más complicado, con un nuevo competidor en el libre mercado justo al otro lado del Canal de La Mancha.
Esta es la primera vez que un socio sale de la UE, y muchos en el bloque lamentaron el día. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, informó que “cuando el sol salga mañana, empezará un nuevo capítulo para nuestra unión de los 27”.
La dirigente advirtió que este día podría suponer una gran pérdida para Gran Bretaña y apuntó que la nación insular se encamina a una existencia más solitaria. “La fortaleza no reside en un magnifico aislamiento, sino en nuestra unión única”.
La prensa de todo el continente informó del divorcio entre Bruselas y Londres con titulares como “Adiós a Europa” y “Bye-Bye!”, junto a la bandera británica, conocida como la Union Jack.
El Gobierno espera que la salida se conmemore de forma digna y no triunfalista, con luces con los colores de la bandera -rojo, blanco y azul- iluminando edificios gubernamentales y un reloj con la cuenta regresiva proyectado sobre la fachada de la residencia oficial del primer ministro, en el número 10 de Downing Street.
POBLACIÓN DIVIDIDA
Algunos partidarios del Brexit llevarán a cabo celebraciones más estridentes. Nigel Farage y un grupo de devotos participarán en un acto con discursos y canciones patrióticas en Parliament Square, en Londres, para señalar un momento que el político, firme defensor de la salida del país del bloque, dudó que llegara a producirse.
Otros no tienen ganas de festejar. La abogada Alice Cole-Roberts dijo el viernes que espera “más y más frustración” a medida que se desarrolle el Brexit.
“Es un día muy triste. Estoy muy molesta porque nos vamos de la Unión Europea y simplemente desearía que no sucediera”, manifestó.
Durante los próximos 11 meses, la UE y Gran Bretaña volverán a enfrentarse en la mesa de negociación para formar un acuerdo de comercio y seguridad como parte de su nueva relación.