Las esperadas confesiones del autor británico ya están en español, publicadas por editorial Planeta. Reticente a hablar en público y conceder entrevistas, el autor revela las vivencias e individuos que marcaron su carrera literaria, desde su paso por los servicios secretos MI5 y MI6 a sus viajes por el mundo o la tortuosa relación con su padre.
Ciudad de México, 17 de septiembre (SinEmbargo).- El británico John Le Carré debe parte de su éxito como escritor a su difícil infancia o al menos así lo afirma en sus memorias Volar en círculos. Historias de mi vida, cuya versión en español ha lanzado la editorial Planeta el pasado 8 de septiembre.
En ellas, el aclamado autor de El topo y El jardinero fiel confiesa que durante su niñez sintió afecto por nadie salvo por su hermano mayor. Según relata, su padre le pegaba, "pero sólo unas pocas veces y sin demasiada convicción". Su madre, a la que su padre también pegaba, abandonó la familia cuando él tenía cinco años.
De esa época recuerda "una tensión constante" que "no se ha relajado" pese a los muchos años transcurridos. También la necesidad de "improvisar" una identidad. Y todo aquello, "sin duda", lo convirtió en objetivo perfecto para que lo reclutaran los servicios secretos. Pero en la sucesión de "compromisos y huidas" que es su vida, sólo la escritura le hizo mantener el rumbo, añade.
"Graham Greene nos dice que la infancia es el saldo en favor del escritor. Midiéndolo así, al menos, yo nací millonario", ironiza sobre su difícil niñez. La autobiografía de Le Carré, cuyo nombre de pila es David John Moore Cornwell, aterrizó en las librerías en un volumen que no sólo revela los secretos de este ex espía, sino que además suponen un vívido repaso a algunos de los acontecimientos que marcaron el siglo XX.
Reticente a hablar en público y conceder entrevistas, el autor revela las vivencias e individuos que marcaron su carrera literaria, desde su paso por los servicios secretos MI5 y MI6 a sus viajes por el mundo o la tortuosa relación con su padre.
"Últimamente, paso muchos ratos perdidos preguntándome cómo habría sido mi vida si no hubiera salido huyendo de mi colegio británico o si hubiera escapado en otra dirección", confiesa Le Carré en su primera obra de no ficción. Pero, reclutado por los servicios secretos británicos, se instaló en Berna, "informando no sé muy bien qué a no sé muy bien quién", añade.
De aquella primera etapa en el MI5 recuerda "la atmósfera de desconfianza que reinaba en los pasillos del poder secreto" a finales de los 50 y comienzos de los 60. Pese a su desencanto, reconoce que la "instrucción más rigurosa" que recibió como escritor se la proporcionaron sus jefes del cuartel general del MI5, que se "abalanzaban" sobre sus informes "con jubilosa pedantería y monumental desprecio".
A sus 84 años, Le Carré cuenta también lo mucho que tardó en tratar en términos literarios a Ronnie, "embaucador, farsante, ocasional visitante de la cárcel" y, además, su padre. Y recuerda cómo un error con la ambientación de su novela El topo le hizo echarse "la mochila a la espalda" y salir en busca de nuevas experiencias en Camboya a Rusia y Kenia, en un viaje "que se ha prolongado los últimos cuarenta y tantos años".
Además de repasar sus encuentros con políticos, terroristas, espías y cazaespías de su tiempo, Volar en círculos habla también de sus encontronazos y afinidades con cineastas como Sidney Pollack y Stanley Kubrick y actores como Alec Guinness, que protagonizó las series adaptadas por la BBC, El topo y La agente de Smiley.
Con millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, traducido a 36 idiomas y publicado en 40 países, el maestro del suspense desgrana en Volar en círculos una vida apasionante. Planeta, además, relanzará en noviembre Un traidor como los nuestros, coincidiendo con el estreno en España de su adaptación cinematográfica protagonizada por Ewan McGregor.