La muestra “Yo estuve en Avándaro”, de la fotógrafa Graciela Iturbide, inaugurada el miércoles en el Museo del Chopo, tiene también su formato editorial, a 45 años del encuentro más trascendente en la historia del rock mexicano
Ciudad de México, 17 de septiembre (SinEmbargo).- Hace 45 años de aquello. Hoy es llamado “un episodio de la contracultura nacional”. Entonces fue un encuentro de rock convocado con el título Festival Rock y Ruedas de Avándaro, el 11 y el 12 de septiembre de 1971, cuando aún estaban tibios los cadáveres de la Matanza de Tlatelolco y mucho más calientes todavía los cuerpos del “Halconazo” acontecido el Jueves de Corpus del 10 de junio de 1970.
Avándaro queda en la hoy muy atildada Valle de Bravo. El cartel anunciaba la presentación de 12 agrupaciones, a 25 pesos la entrada y la historia cuenta que asistieron medio millón de personas, en una muestra local del hipismo que entonces era global, se pronunciaba contra la Guerra de Vietnam, el amor libre y, por supuesto, contra la represión en un México donde la juventud parecía ser el enemigo.
Así fue. El Festival fue tan exitoso que la Secretaría de Gobernación del Gobierno de Luis Echeverría prohibió el rock, los conciertos en vivo y llamó tanto a los asistentes a Avándaro como a los organizadores y bandas participantes, traidores a la patria.
Rockóperta Tommy; Zafiro; Soul Masters, Sociedad Anónima; La Ley de Herodes; La Fachada de Piedra; Los Dug Dug’s; Epílogo; Tequila; La División del Norte; Peace and Love; El Ritual; Mayita Campos y los Yaki; Bandido; Tina Blanca; El amor y Three Spuls in my Mind (con Álex Lora como frontman) fueron los participantes de aquel encuentro que hoy es recordado como “El Woodstock mexicano”.
YO ESTUVE EN AVÁNDARO
A 45 años del encuentro de rock más trascendente de la historia mexicana, la célebre fotógrafa mexicana Graciela Iturbide es centro de la muestra inaugurada este miércoles en el Museo del Chopo con el título “Yo estuve en Avándaro” y curaduría de Álvaro Vázquez Mantecón.
Se trata de un trabajo inusual en la vasta y celebrada carrera de Iturbide, que con los buenos oficios de Trilce Ediciones ha cobrado también formato de libro, en una segunda edición luego de la que llevara a cabo la editorial Diógenes en 1971, con imágenes de Graciela y textos de Luis Carrión.
De ese modo, Trilce Ediciones presenta el libro Yo estuve en Avándaro, con imágenes de esta muestra y que acompaña un segundo libro que guarda los testimonios de Federico Rubli, con prólogo de Luis de Llano Macedo, organizador del mítico festival.
“Nada fue igual después de Avándaro: Una herida en la piel del tiempo que compartimos como estigma quienes fuimos testigos y actores de una época en la que ser joven y además rockero, significaba ser un peligro en potencia para el estado, la sociedad y la liga de las buenas costumbres”, afirma De Llano.
La artista inició su carrera profesional precisamente en el año del Festival, mientras estudiaba cine en el CUEC. Acompañada por el citado Carrión y Jorge Fons registró las instancias del encuentro rockero que marcaría a toda una generación en tiempos donde el país debatía y demoraba su entrada a la modernidad.
“El festival se realizó en un contexto social muy específico: estaba reciente la represión a los movimientos estudiantiles del 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971. Había surgido una contracultura juvenil que se expresaba intensamente en diversos ámbitos; particularmente los grupos de rock ya no se conformaban con cantar covers (traducciones al español de las canciones del hit parade estadounidense) y se arriesgaban a componer su propia música, aunque frecuentemente cantada en inglés”, dice Álvaro Vázquez Mantecón.
“Graciela Iturbide observó, con la mezcla necesaria de curiosidad, cercanía distante y poética visual, a una juventud que no se parecía en nada a las generaciones precedentes; por primera vez globalizada y afín a las preocupaciones de los jóvenes de otras latitudes, en busca de un éxtasis liberador”, agrega el curador.
Graciela Iturbide (Ciudad de México, 1942) es una de las fotógrafas más importantes de la historia mexicana. Ha expuesto en el Centro Georges Pompidou, en París, Francia (1982); Museo de La Fotografía de Hokaido, en Japón y Museo de Arte Moderno, en San Francisco, Estados Unidos (1990). Participó también en el Festival Fotográfico de Arles, Francia (1991).
Algunas de sus exposiciones son Images of the Spirit, en Philadelphia Museum of Art (1998); Retrospectiva, Museo Paul Getty, Los Ángeles, California (2007-2008); Graciela Iturbide, organizada por la Fundación MAPFRE en Madrid, España (2009); Graciela Iturbide, Museo Amparo, Puebla (2013); y Graciela Iturbide, Retrospective, Tate Modern, entre otros museos.
Ha recibido los premios W. Eugene Smith; la beca otorgada por la Fundación Guggenheim; Gran Premio del Mes de la Fotografía en París Photo; Gran Premio de Hokaido, Japón; Premio Hasselblad (2008); Premio Nacional de Ciencias y Artes en México (2009). Recibió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes en 2014; es parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Recibió el Doctorado Honoris Causa en Fotografía por el Columbia College Chicago (2008) y el Doctorado Honoris Causa en Artes por San Francisco Art Institute (2009).