La Coca Light del Presidente Peña

13/09/2016 - 12:00 am
El Presidente es uno más de los ciudadanos de este país que ha contribuido a que los mexicanos seamos los mayores consumidores por persona de productos de Coca Cola y, específicamente, de refrescos de cola en el mundo. Foto: Cuartoscuro
El Presidente es uno más de los ciudadanos de este país que ha contribuido a que los mexicanos seamos los mayores consumidores por persona de productos de Coca Cola. Foto: Cuartoscuro

En la inauguración de un centro de desarrollo e innovación de Coca Cola, la semana pasada, el Presidente Peña comentó: “El Presidente de la República toma Coca Cola todos los días…Coca Light, me confieso como consumidor de sus productos”. La confesión no es de extrañar. El Presidente es uno más de los ciudadanos de este país que ha contribuido a que los mexicanos seamos los mayores consumidores por persona de productos de Coca Cola y, específicamente, de refrescos de cola en el mundo.

Antes de opinar sobre las declaraciones del Presidente creo más importante señalar algunos datos que aparecieron en el contexto de este evento. Antes del evento, Presidencia distribuyó un comunicado con algunos datos de esta empresa y de la industria de bebidas en nuestro país que son muy trascendentes para entender la dimensión de sus impactos en salud.

Se informa en el comunicado de Presidencia, entre otros datos, que esta industria se abastece anualmente de 1 millón de toneladas de azúcar y de 900 mil toneladas de jarabe de maíz de alta fructuosa. Sabíamos ya que el 70% de los azúcares que consumimos los mexicanos provienen de las bebidas azucaradas, pero estas cifran nos acercan a datos más precisos. Considerando que importamos y exportamos bebidas azucaradas, y que el balance no afecta significativamente estas cantidades, calculamos el consumo de azúcar (azúcar de caña o Jarabe de maíz de alta fructuosa) de los mexicanos a través de estas bebidas. Con estas cifras podemos decir que los mexicanos consumimos en promedio 44 gramos de azúcar solamente por la ingesta de bebidas azucaradas envasadas, alrededor de 9 cucharadas cafeteras de azúcar cada día.

La Organización Mundial de la Salud establece como máximo de consumo de azúcar en todo un día para un adulto 10 cucharadas cafeteras, recomendando, para un mejor cuidado de la salud, consumir menos de 5 cucharadas cafeteras. Pero las 9 cucharadas cafeteras de azúcar por persona al día en México es el promedio, ¿qué pasa si retiramos de las cuentas a los mexicanos que por ser muy pequeños o muy mayores, por sufrir diabetes, daños en los riñones o enfermedades del corazón, no toman bebidas procesadas?. ¿Qué pasa si excluimos de las cuentas a quienes toman de manera muy esporádica bebidas azucaradas? Lo que nos queda es un porcentaje importante de la población con un consumo de alrededor de 12 cucharadas cafeteras al día o más. En este grupo se incluyen personas que toman hasta dos botellas de 600 mililitros al día, unas 24 cucharadas cafeteras de azúcar.

Los estudios indican que el consumo de una sola lata diaria de refresco con azúcar añadida (355ml = 6 a 7 cucharadas cafeteras) aumenta el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, las principales causas de muerte en nuestro país. Es decir, el consumo promedio de los mexicanos, de acuerdo a estas cifras, sin excluir a los no consumidores y quienes consumen esporádicamente, es suficiente para aumentar el riesgo de estas enfermedades en la población en general. Las cifras sobre el incremento de enfermedades y el colapso del sistema de salud están ahí para confirmarlo.

Por otro lado, los datos sobre el uso masivo de jarabe de maíz de alta fructuosa confirman lo que advertimos cuando en 2013 la cúpula de la industria azucarera salió, junto con los refresqueros, a oponerse al impuesto bajo el argumento de que perderían empleos. Señalamos, junto con El Barzón y ANEC que quien había dañado profundamente a la industria azucarera eran los refresqueros al sustituir la azúcar de caña por jarabe de maíz de alta fructuosa importada o elaborada en México con maíz importado de los EUA. Ahora, quien aparece muy activa es una asociación de pequeños comerciantes argumentando cierres de tienditas por el impuesto sin referirse a que es la cadena Oxxo de FEMSA es la que ha provocado el cierre masivo de miles de estos negocios familiares en los barrios donde se instala.

La industria refresquera argumenta repetidamente, como la del tabaco lo hizo por años, que el consumo de su producto no genera daños a la salud, hay que ver los comunicados recientes de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) negando los daños de estas bebidas y negando el impacto del impuesto sobre el consumo. Como en el caso del tabaco, la industria presenta argumentos contrarios a la evidencia científica y a las principales organizaciones internacionales, como la propia OMS y la OCDE, que llaman a bajar el consumo de las bebidas azucaradas como una de las estrategias básicas, ineludibles, para enfrentar y prevenir la obesidad y la diabetes. Y nunca decimos que las bebidas azucaradas son la única causa de estas epidemias, pero cuando sabemos que el 70% de los azúcares añadidos que consumimos los mexicanos vienen en estas bebidas, y cuando tomamos conciencia de que nuestro consumo es de los más altos en el mundo, bajar su consumo es urgente, una medida inevitable.

En este contexto, las declaraciones del Presidente Peña, en el sentido de que es uno más de los consumidores mexicanos de productos de Coca Cola, señalando que consume Coca Light, una bebida sin azúcar añadida, generó diversas reacciones. En el pasado ya tuvimos un Presidente que había sido ejecutivo de Coca Cola y otro que ha mostrado su amistad con la CEO mundial de Pepsico. La presencia de esta industria en México y su poder puede dimensionarse con sus ingresos, su omnipresente publicidad, sus estrategias políticas y sus prácticas para evitar las políticas dirigidas a combatir la obesidad y la diabetes. El informe de Presidencia señala que la empresa Coca Cola captó 2 mil 241 millones de dólares entre 2013 y 2016 en nuestro país.

¿Qué opinamos sobre esta declaración del Presidente? Señalamos, en su momento, que: “Sería más grave que el Presidente dijera que toma Coca clásica. Pero, aun así, promueve un mal hábito. El Presidente debería promover el consumo de agua. No es una buena señal por parte del Presidente…aunque la Coca Light no se ha asociado con obesidad porque no tiene azúcares añadidos y, por lo tanto, el impuesto al refresco no aplica para esta bebida, tampoco se considera que sea saludable”.

La respuesta de Coca Cola no tardó, a través de un comunicado en el que señaló: ”Coca-Cola Light, como todos los productos del portafolio de Coca-Cola, pueden incluirse en el estilo de vida de las personas sin ningún riesgo para la salud. Los edulcorantes sin calorías como los que contiene Coca-Cola Light definitivamente son seguros para su consumo. Además de ser los ingredientes más estudiados con cientos de análisis que lo confirman. Los edulcorantes utilizados en nuestros productos han sido estudiados a fondo y son totalmente seguros. Como compañía Total de Bebidas ofrecemos un amplio portafolio con alternativas que satisfaga las diversas necesidades de hidratación y nutrición de los consumidores”.

Declaramos que las bebidas light no son una opción saludable, ¿existe alguien que pueda decir que lo son?. Existe una fuerte discusión en relación a si los edulcorantes no calóricos pueden representar un riesgo a la salud.

Más allá de opiniones personales a las declaraciones del Presidente, lo que la evidencia muestra sobre las bebidas light y los edulcorantes no calóricos es lo siguiente:

  1. Las bebidas light mantienen un gusto por bebidas y alimentos altamente dulces. Diversos organismos y expertos internacionales no recomiendan su consumo, de manera especial, en niños. Este gusto deformado contribuye al deterioro de los hábitos alimentarios, a la baja en el consumo de frutas y verduras, y a un alto consumo de bebidas y alimentos ultraprocesados.
  2. Como lo establece la Organización Panamericana de la Salud en su Modelo de Perfil de Nutrientes “el consumo habitual de alimentos de sabor dulce (con o sin azúcar) promueve la ingesta de alimentos y bebidas dulces, incluso los que contienen azúcar. Esta observación es particularmente importante en los niños pequeños porque el consumo a una edad temprana define los hábitos de consumo de toda la vida”. Por lo anterior, no se recomiendan para niños.
  3. Por su parte, en el documento de la Jarra del Buen Beber de la Secretaría de Salud que presenta las propuestas del estudio comisionado por esta dependencia a un grupo internacional de expertos, “Consumo de bebidas para una vida saludable:recomendaciones para la población mexicana”, se recomienda que su consumo sea esporádico por generar este gusto a lo dulce y por faltar evidencia científica que garantice que los edulcorantes calóricos son totalmente seguros. Existe una gran diversidad de criterios entre diversos países que han aprobado ciertos edulcorantes y prohibido otros, sin estar unificados. Tenemos el caso del Ciclamato de Sodio que entró en la Coca Cola Zero en México, mientras era prohibido en los EUA. Más tarde fue retirado de esta bebida en nuestro país. Ante la preocupación de los consumidores por el Aspartame, utilizado en la Coca Light, la empresa Pepsico lo retiró de sus productos, al menos en los Estados Unidos.
  4. Diversos estudios están señalando que el sabor dulce que provocan estos edulcorantes no calóricos en la boca, genera respuestas fisiológicas que anticipan el arribo de azúcar al organismo desatando una serie de respuestas sin que llegue la energía y el azúcar. Los estudios experimentales en animales muestran que esta respuesta fallida puede provocar que cuando se consume azúcar se pierda la capacidad para regular sus niveles en sangre de manera eficiente y que la propia sensación de saciedad se debilite.
  5. En el caso de las bebidas de cola, la autoridad del estado de California en los EUA ha exigido a las empresas refresqueras retirar o bajar significativamente el contenido del colorante Caramelo IV por existir estudios que lo relacionan con el riesgo de cáncer. Por esta razón, las bebidas de cola en California no tienen este colorante o sus concentraciones se han reducido significativamente.

Lo que está claro es que la Coca Light y las bebidas con edulcorantes calóricos no son una opción recomendable al poder generar el hábito hacia productos intensamente dulces, un deterioro del gusto que está en la base de los malos hábitos de gran parte de la población. Este hábito se encuentra entre una de las causas principales de la epidemia de obesidad y diabetes. Definitivamente, el hábito del Presidente no es un buen ejemplo, aunque una gran cantidad de mexicanos, desgraciadamente, podrían dar un ejemplo peor, hablando de su consumo cotidiano de Coca Cola clásica.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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