Ford planta cara al impacto medioambiental con nuevos materiales que reducirían el uso de plásticos tradicionales, entre los que se encuentran el tequila, la mariguana o el dinero triturado. Para ello, Ford está trabajando con José Cuervo, la popular marca de tequila, con el fin de desarrollar los bioplásticos con los que fabricar sus nuevos modelos de coches.
Por Alberto Iglesias Fraga
Ciudad de México, 4 de Septiembre (SinEmbargo/TICbeat).- Ford planta cara al impacto medioambiental con nuevos materiales que reducirían el uso de plásticos tradicionales, entre los que se encuentran el tequila, la mariguana o el dinero triturado.
Aunque la industria de la automoción ha evolucionado notablemente en los últimos tiempos, con el coche autónomo como principal referente de este cambio disruptivo, lo cierto es que la mayoría de los avances se están produciendo en las parcelas de seguridad, confort y conectividad de los coches. Por el contrario, apenas ha habido innovaciones en cuanto a los materiales de los que se conforman los automóviles en la actualidad, más allá de la incorporación de la fibra de carbono en algunos modelos de alta gama… y a la espera de la llegada de los materiales bidimensionales.
Así pues, la mayoría de los coches que vemos por la carretera siguen fabricándose con una combinación de metales y plásticos. Y, para ser más exactos, un vehículo tiene -de media- unos 180 kilogramos de plásticos, sumando tanto las partes menos duras de la carrocería (como las defensas) y el interior del habitáculo.
Por ello, no es de extrañar que los grandes fabricantes del sector estén investigando alternativas al plástico que permitan reducir el impacto medioambiental que se produce al fabricar un coche. Son lo que se conocen como bioplásticos, materiales con propiedades similares a la de los plásticos derivados de petróleo de toda la vida pero fabricados -o mezclados en distintas proporciones- con elementos naturales y poco contaminantes.
Y, en el caso de Ford, parece que han dado con la receta ideal para este nuevo material que revolucionará los coches del futuro: tequila y mariguana. Aunque parezca un chiste, es totalmente cierto, tal y como confirmó una de las principales técnicas de la firma norteamericana -Debbie Mielewski- en un reciente encuentro recogido por varios medios norteamericanos. Para ello, Ford está trabajando con José Cuervo, la popular marca de tequila, con el fin de desarrollar los bioplásticos con los que fabricar sus nuevos modelos de coches.
Obviamente, no se trata de tequila real, sino de un compuesto empleado en el proceso de fabricación del tequila llamado fibra de agave. En concreto, Ford pretende utilizar las toneladas de fibra de agave sobrantes en la producción de José Cuervo para utilizar este material como refuerzo al plástico tradicional, de modo que se reduzca la cantidad de petróleo utilizado en cada pieza del vehículo.
Se trata de un material ligero, de color marrón, fácilmente moldeable y en el que se pueden distinguir con claridad los jirones de fibra de agave. Por sus características, Ford planea utilizarlo en primer lugar para algunas piezas internas de poca intensidad, como contenedores de almacenamiento o los arneses que sujetan el cableado.
MARIGUANA Y DINERO TRITURADO
Pero, como decíamos, el tequila no es el único material con el que Ford está experimentando. Y es que la compañía lleva ya 15 años investigando nuevas alternativas al plástico de toda la vida, ante la escalada en los precios del petróleo en las últimas décadas. Como ejemplo, la automovilística norteamericana experimentó recientemente con espuma de soja, creada con el aceite de soja que les sobraba a los agricultores de Michigan. Ahora, ese material puede encontrarse ya en algunos tapizados de los coches de Ford que se venden en todo el mundo.
Junto al tequila, algunos de los proyectos más sorprendentes con los que Ford está experimentando para producir bioplásticos son la mariguana, cascarilla de arroz, fibras de coco, cañas de azúcar e, incluso, dinero triturado.
En el caso del dinero, hemos de recordar que en Estados Unidos, los billetes están fabricados con un papel de alta calidad a base de algodón. Cuando estos billetes están muy deteriorados o forman parte de alguna investigación judicial (atracos, etc.), el dinero es destruido por las autoridades, convirtiéndose en una masa de desecho que puede ser procesada para producir plásticos de nueva generación.
En el caso de la mariguana, Ford está explorando la posibilidad de que las fibras de cáñamo puedan ser utilizadas para producir bioplásticos muy económicos y resistentes. Sin embargo, las reticencias legales existentes en EEUU están frenando este desarrollo, pese a que este fabricante ha llegado incluso a hablar con las reservas indígenas del país (que funcionan como naciones soberanas con su propia legislación) para que les ayudaran con la producción del cáñamo.