Joel Rayón era un joven veracruzano que, como sus hermanos cruzó nadando el Río Bravo para llegar a los Estados Unidos, para así escapar de la pobreza. La muerte lo alcanzó en Estados Unidos, él fue una de las 49 víctimas del ataque en el bar Pulse, Orlado, Florida. Rufina Paniagua Ramo, su madre, lamenta su pérdida y recuerda que era un joven comprometido con su familia: “Si alguien hizo por este lugar fue mi hijo. Ahorró por nueve años, lo que duró su primer viaje a los Estados Unidos. Si ven paredes firmes y hasta dos niveles en la casa fue gracias a él. Una persona dedicada a nosotros”.
Por Miguel Ángel León Carmona
Córdoba, Veracruz, 24 de junio (SinEmbargo/BlogExpediente).- “Recogí el cadáver de mi hijo gracias al gobierno estadounidense, no al de Veracruz. Si lo recibimos con mariachi fue porque los vecinos cooperaron. Y si lo vamos a enterrar será en un hoyo que donó el Ayuntamiento. Por acá la gente es pobre, por eso mi hijo cruzó pa'l otro lado; por eso lo mataron”.
Comparte la señora Rufina Paniagua Ramos, madre de cuatro migrantes cordobeses, uno de ellos, asesinado el pasado 12 de junio en el antro Pulse, California; tragedia que embargó a 50 familias, la mayoría de procedencia latina; soñadores ilegales.
Con base en índices del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Veracruz es el tercer estado con mayor población migrante en los Estados Unidos; sólo Guanajuato y Tamaulipas lo superan.
Fue en septiembre del año pasado cuando Joel reportó a su madre que atravesaría las fronteras norteamericanas, nadando por el Río Bravo, Tamaulipas. Hoy, el joven ha sido repatriado por la misma mujer… esta vez por vía aérea, en clase su turista. Sin vida.
Para llegar a la casa del finado se debe visitar las periferias cordobesas, justo en la colonia Frente de Defensa Popular (Fredepo), uno de los dos barrios ocultos por la sombra de montañas verdes, donde se asientan cerca de 3 mil personas, de manera irregular. “Allá, donde viven los paracaidistas”, orienta la gente aledaña.
Doña Rufina refiere que desde hace cinco años pertenece al frente Antorcha Campesina: “un día me dijeron, ya te conseguimos un terreno. Y pues nos pasamos. Hay gente que critica a mi grupo, pero si he recibido apoyos han sido de ellos. Me echaron la mano con dinero y hasta las sillas me van a alquilar. Aquí no hay ni un peso”.
De acuerdo con relatos de los familiares, hace tiempo recibieron la propiedad donde ahora velan a Joel Rayón, que en sus inicios se trataba de una casa hecha de maderas carcomidas por polilla y láminas temerosas de los vientos y las lluvias.
“Si alguien hizo por este lugar fue mi hijo. Ahorró por nueve años, lo que duró su primer viaje a los Estados Unidos. Si ven paredes firmes y hasta dos niveles en la casa fue gracias a él. Una persona dedicada a nosotros”.
Comparte la mujer, mientras se aferra a un dedicatorio que escribieron compañeros migrantes de Joel Rayón. Frases, mitad inglés, mitad español, que sin bien presentan errores ortográficos van cargados de amistad, asegura doña Rufina, a quien le fue entregado el cuadernillo.
Hace ocho días, acompañada por dos de sus hijos, viajó a Orlando, Florida. Si los visitantes lograron romper las barreras del idioma fue gracias al inglés que masticaban Nicolás y Vicente Paniagua Rayón, quienes en años pasados forjaron caminos en suelos estadounidenses.
El tiempo en la estadía resultó suficiente para que entendieran el arraigo de Joel hacia la vida en el país vecino. “Allá todo es diferente, nunca creí que el Presidente Obama me consolara. Incluso me prometió una visa y según ayudará a mi Isaac, el hijo que me queda por allá.
Le dije que no lo deportara, pues será quien ahora nos eche la mano. Fue un viaje a otro mundo, ahora que regreso ya me cae el veinte, que tengo un hijo muerto y no hay dinero ni para velarlo”.
Sobre la atención del gobierno estatal hacia la familia Rayón Paniagua, Bonifacio Aguilar Landa, Alcalde de Soledad Atzompa, y también de pasado migrante, opina que se trata de algo lamentable:
“Es algo que ha caracterizado al gobierno de Javier Duarte de Ochoa. Los sectores más vulnerables en Veracruz en ningún momento han sido atendidos. Se les olvida que si emigramos es porque no empleos ni sueldos bien remunerados”, opina el Alcalde vía telefónica, quien antes de ocupar el cargo representativo cruzó la frontera norte del país, al igual que el 70 por ciento de los hombres en Soledad Aztompa, según registros municipales.
Juicios y condolencias de migrante a migrante. Finalmente, Aguilar Linda envía palabras de aliento a la familia envuelta en la pena, “Mi solidaridad con ellos. Es la suerte que corren las personas que buscan salir adelante, en un estado sin oportunidades”.
"UNA FAMILIA DE MIGRANTES"
Doña Rufina, sentada junto al ataúd de paredes blancas, contemplando el altar de Joel Rayón Paniagua, comienza a describir los escenarios donde él y sus otros cinco hijos crecieron. En medio de carencias económicas, boleto que llevó a cuatro de ellos a abandonar su lugar de origen.
“Nosotros somos de Tezonapa, Veracruz; vivimos por casi 20 años en el rancho El Filete, ahí, parte de la propiedad es de mis padres. Sin embargo, había problemas económicos. Fue hasta que mis hijos apenas se volvieron jovencitos y se les metió la idea de cruzar “al otro lado”.
Dos de ellos regresaron con resultados que no eran los esperados, Vicente y Nicolás Rayón. Ambos probaron suerte como albañiles, no obstante, optaron por rehacer sus vidas en Veracruz; intercambiando la abundancia de los dólares por la de los hijos.
Sobre Joel Rayón, la mujer de ojeras pronunciadas, comparte que desde pequeño destacó entre sus hermanos. Es el único que completó la secundaria. “La hizo abierta, estando en el norte. No sé, tenía algo diferente. Él se hacía cargo de mí y de mis dos sobrinos”.
“Un muchacho lleno de metas, decía que para obtener hay que arriesgar. Él arriesgó y no le fue bien. Su plan era darle duro al trabajo por tres años y regresar con nosotros, antes me mandaría para una visa de turista y nos regresaríamos juntos. Finalmente fue así; pero no como quería yo”.
Un joven al que en las imágenes apoyadas sobre el féretro se le ve sonriente. Sus amigos que llegan al sitio a despedirlo con jazmines color blanco, dicen que extrañarán sus pasos de baile. Su lado honesto y trabajado, adjetivos que repiten los vecinos que acuden al velorio.
Así el desenlace de otro veracruzano con sueños fronterizos, que se suma a los otros trece personas que han regresado muertos a su tierra, de acuerdo con Claudia Ramón Perea, titular de Migración en el estado,
La familia tendrá 24 horas para despedir el cuerpo del joven cordobés, antes de que sus restos sean depositados en el panteón municipal. No hay espacio para más, las intervenciones de la madre se terminan. Hacía nueve meses que no cruzaba miradas con el joven. Hoy, prolongará su tiempo hasta antes de llevarlo a su parada final. Donde los sueños de migrantes terminan.