Acreditándose de oficio campesino, el ex candidato a Alcalde de Ahome, Rubén Félix Hays, compró las tierras ejidales que pertenecen a un humedal declarado Sitio Ramsar. En la compra-venta participaron su esposa María Cecilia González y su cercano colaborador, Armando Rodríguez, quien fue su compañero de fórmula como candidato a Diputado local. El también amigo de Labastida Ochoa, después vendió la tierra a la empresa desarrolladora de la planta de fertilizantes a un precio 125 veces mayor.
Por Gabriela Soto y Francisco Cuamea
TERCERA PARTE DE UNA SERIE
Ciudad de México, 22 de junio (SinEmbargo/Noroeste).- El calor de esa tarde de abril advertía ya la venida de los veranos ardientes que se sufren en Sinaloa. El sol ya había pasado el cénit pero, como si fuera mediodía, quemaba las cabezas de la gente del Ejido Rosendo G. Castro que se daba cita en las canchas del pueblo, donde acudiría un viejo conocido, el empresario inmobiliario Rubén Félix Hays, en calidad de candidato a Presidente Municipal de Ahome por el Partido Nueva Alianza.
Tiempos de campañas electorales. El político llegó puntal a su mitin, a las 18:00 horas. Ya lo esperaban unas 150 personas distribuidas en mesas acomodadas en media luna. Las sombrillas, pañuelos cubriendo la cara y papeles usados como abanicos daban cuenta de la temperatura.
Se instaló un equipo de sonido móvil y comenzaron las presentaciones y discursos.
“Le damos cordialmente la bienvenida aquí a este ejido, muchas gracias por tomar en cuenta a este ejido que se dice el ejido olvidado”, expresó una mujer presentada como licenciada Murillo, coordinadora de la campaña en este punto del municipio norteño.
“Esperamos contar con el apoyo de usted. ¿Ya se dio cuenta? No tenemos luz, falta mucho alumbrado en las calles, pagamos el predial y no hay drenaje; falta educación, niños que terminan la primaria y ya no siguen la secundaria por falta de los recursos, de oportunidades, y pues muchas necesidades que usted más adelante se va a dar cuenta. Este es nuestro ejido y su ejido. Gracias por venir”.
El empresario y político, que ronda los 2 metros de altura, se quitó el sombrero que cubría su cara blanca. Quizá para él no eran desconocidas las condiciones marginales de este ejido.
Este consorcio empresarial está conformado por un conjunto de empresas que se dedican al mercado inmobiliario, desde la proyección y construcción, hasta la comercialización de tierras y proyectos, en Los Mochis y el puerto de Topolobampo. También ha realizado operaciones de compra venta en Baja California.
Desde 2010, Félix Hays tiene relación con los ejidatarios del Rosendo G. Castro, ya que el 27 de junio de ese año consiguió la autorización de la Asamblea General del Ejido para que le vendieran, al menos, 2 millones 400 mil metros cuadrados de la tierra salitrosa donde hoy se instalará la planta de amoniaco.
Además, se acreditó como ejidatario de esta comunidad para tramitar los títulos de propiedad que el Registro Agrario Nacional le otorgó en 2012 y 2013.
Así que esa tarde de abril, el pueblo de Rosendo G. Castro estaba ante un viejo conocido, un “ejidatario” como ellos que también conoce los planes de desarrollo en este punto del Pacífico sinaloense, que incluye el gas natural y la industria que se instalaría alrededor de la comunidad.
“Dentro de mi programa de trabajo tengo tres grandes áreas que quiero atacar”, dijo a los acalorados asistentes, mientras la pequeña bocina se viceaba con la frecuencia del micrófono.
“Una tiene que ver con el desarrollo económico, y desarrollo económico no solamente tiene que ver con empleos sino con una visión más amplia. Necesitamos generar un nuevo dinamismo económico en el norte de Sinaloa…”.
“Entonces, vamos a aprovechar la llegada del gas para que se generen nuevas oportunidades. Y no solamente esto, Topolobampo está creciendo, el crecimiento del puerto, tiene uno de los crecimientos más grandes a nivel nacional”.
Aplausos. El discurso duró 10 minutos y el empresario inmobiliario salió con prisa a una entrevista radiofónica.
La gente del pueblo volvió a sus casas después de escuchar la promesa de que su vida será mejor con el polo de desarrollo que se proyecta a su alrededor.
“El tiempo le ha dado la razón a este ejido, acuérdense de mí, porque viene el desarrollo muy fuerte para este lado. Este ejido va a ser clave para proveer servicio, para proveer gente, para proveer muchas cosas a todo lo que se viene para acá”, acababa de prometerles el candidato de Nueva Alianza.
RUBÉN, EL CAMPESINO
Félix Hays es una persona en movimiento.
Como empresario, a través del Grupo Félix Desarrollos Inmobiliarios, sacó adelante el residencial Portal de Hierro; los clubs de rancho, Carrincito Landings y El Muellecito; la zona marina and resort, Ohuira Bay y Stanley’s, un bar tipo grill en Topolobampo; también el Interpuerto Transoceánico del Pacífico, la Plaza Portales y el salón de eventos Alberton Hall.
De origen priista, en la política fue descubierto por el entonces Gobernador de Sinaloa, Renato Vega Alvarado, luego de mantenerse activo en organismos sociales y cámaras empresariales, como la Canacintra, de la que fue presidente.
Aun cuando la campaña electoral a la Gubernatura en 2010 fue de las más reñidas en Sinaloa, Rubén Félix Hays se dio tiempo para operar a favor de Malova en la zona norte y, al mismo tiempo, convencer a los pobladores del Ejido Rosendo G. Castro para que le vendieran las tierras salitrosas ubicadas en la reserva natural, donde se construirá la planta de amoniaco.
A una semana de que Malova arrasara en las urnas, el 27 de junio de 2010, la Asamblea General del Ejido autorizó la venta de, al menos, 2 millones 400 mil metros cuadrados a favor del empresario inmobiliario.
Josué Mayorga Medina hoy tiene 41 años y fue uno de los ejidatarios que accedieron a vender su patrimonio. En su caso, recibió de Félix Hays 34 mil 400 pesos en total por 2 hectáreas un cuarto, según su propio testimonio. Equivaldría a un peso con 72 centavos por metro cuadrado.
Recuerda que fue un licenciado quien se acercó con ellos y operó la compra-venta con ayuda del entonces líder ejidal.
Casa por casa, el “licenciado” y el líder buscaron a los ejidatarios para convencerlos. En total fueron cerca de 34 personas.
“La mayoría aceptó y yo también, nos dio un cheque de 10 mil pesos al momento de decir que sí y, pues, ahí firmé yo, mi esposa y mis hijas, estaban chiquitas”.
-¿Quién era el licenciado?
Armando Rodríguez, un gordito, chapito.
Armando Lorenzo Rodríguez Gámez fue compañero de fórmula de Félix Hays en la reciente elección. Compitió como candidato a Diputado por el Distrito 5 en representación de Nueva Alianza.
Sin embargo, es uno de los hombres de mayor confianza del empresario inmobiliario.
Aun con una cantidad baja a pagar, Josué Mayorga dice que el político y empresario tardó un año en liquidar el adeudo, por lo que los ejidatarios hicieron un plantón en el Portal de Hierro, un residencial emblema del Grupo Félix Desarrollos Inmobiliarios.
“Nos dio una fecha para pagarnos y nos trajo pasadito del año a vuelta, vuelta y vuelta, que pa’ tal día, que pa’ tal día, hasta que le echamos grilla. Fuimos casi la mayoría y, pues le hicimos plantón en el Portal de Hierro”, narra.
“Fue pagando a tres cada semana, luego citaba a dos, tres, hasta que terminó de pagarnos a todos”.
¿Usted en cuánto vendió?
Por 2 hectáreas un cuarto, me dieron a inicio un cheque de 10 mil pesos, y en total fueron 34 mil 400 pesos en total.
¿Le pareció buen precio?
En ese entonces, yo padezco del nervio ciático, y andaba mal y sin trabajo, recaigo y duró dos, tres, cuatro meses sin trabajar, y por desgracia tenía a mi niña chiquita recién nacida, y pues se juntó una cosa con otra, y el verbo que usó el amigo, pues me convenció.
El 2 de febrero de 2009, un año y 4 meses antes de la autorización de la Asamblea del ejido Rosendo G. Castro para vender las tierras, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas declaró Sitio Ramsar al sistema lagunar Santa María, Topolobampo y Ohuira.
Y lo incluyó en la lista de Humedales de Importancia Internacional que se protegen bajo la Convención Ramsar que firmó México en 1986.
Al menos la mitad de la superficie, 13 lotes, que compró Rubén Félix a los ejidatarios están dentro del polígono del Sitio Ramsar que la Conanp, órgano desconcentrado de la Semarnat, prometió resguardar.
Los terrenos fueron comprados por Rubén Félix, su esposa María Cecilia González Ayala y su operador Armando Rodríguez Gámez.
Los tres se acreditaron de oficio campesinos ante el Registro Agrario Nacional para obtener el título de propiedad de las tierras ejidales.
Dichos títulos de propiedad son expedidos en sólo 15 meses, del 27 de junio de 2012 al 20 de noviembre de 2013, en las administraciones del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, y el actual Mandatario federal, Enrique Peña Nieto, siendo Félix Hays Diputado federal por Nueva Alianza.
Incluso, el 12 de septiembre de 2013, mientras que Pedro Joaquín Coldwell, Secretario de Energía, se reúne con Labastida Ochoa; el Gobernador Mario López Valdez; el propietario de la planta de amoniaco, José Eduvigildo Carranza Beltrán, y Francisco Labastida Gómez de la Torre, para avalar la construcción de la planta de fertilizantes en Topolobampo, el RAN expidió un título de propiedad a Rubén Félix por 21 mil metros cuadrados que pertenecen al humedal protegido.
PAISANAJE LLAMA
Por la venta de una fracción de la superficie del noveno humedal de mayor prioridad de México, el sistema de lagunas de Santa María, Topolobampo y Ohuira, Rubén Félix Hays obtuvo un ingreso de 100 millones 921 mil 561 pesos.
Un negocio que el empresario y político realizó a través de su propio grupo empresarial. Es celoso de su trayectoria. Defiende con energía que ha construido su empresa con el esfuerzo propio y fuera de la sombra de su padre Rubén y su tío Leonardo, “El Nalo”, Félix, influyentes empresarios de Los Mochis.
Sin embargo, la operación de la compra-venta de la tierra donde se edificará la planta de amoniaco lo vincula con “viejas” amistades personales y políticas: Francisco Labastida Ochoa, promotor de la fábrica de fertilizantes, y el Gobernador Mario López Valdez, impulsor del proyecto desde el Gobierno del Estado.
Los tres políticos construyeron su amistad en las filas del Partido Revolucionario Institucional. Además, los vincula la identidad con su lugar de origen: Ahome.
En 18 años de militancia priista, Félix Hays coordinó movimientos y campañas electorales para promover el voto a favor de Labastida Ochoa y Malova.
Aun cuando se conocían por la afinidad que tienen las familias en una ciudad pequeña como Los Mochis, la relación entre Félix Hays y Labastida Ochoa se estrechó en 2000, cuando el entonces candidato presidencial le encomendó presidir la asociación Jóvenes, Empresarios y Profesionistas Unidos con Labastida.
Esta era una plataforma política con alcance nacional que tenía el propósito de ganar adeptos a favor del especialista en energéticos en la competencia por la Presidencia de la República, que luego perdería al enfrentar al panista Vicente Fox Quesada.
“Este grupo lo que hacía era jalar ese segmento de la población que difícilmente participa (en las elecciones), sobre todo los empresarios. A través de mis amistades como ex presidente de la Federación de Estudiantes del Tec (de Monterrey) tengo amigos en todo México; a través de la Canacintra, pues todos los meses yo iba a México y ahí conocí a los industriales de México y muchos de ellos me ayudaron en diferentes partes de México a integrar comités de apoyo con el perfil que les estoy comentando: profesionistas, empresarios jóvenes, que de alguna u otra manera no encontraban un espacio dentro del PRI para apoyar a Labastida, y desde este espacio se sentían mucho más cómodos”, detalla en entrevista con Noroeste.
Pese al apoyo de los empresarios y los jóvenes, el Partido Acción Nacional le arrebató al PRI el poder que perpetuó durante 70 años, pero no le quitó al empresario inmobiliario la oportunidad de ser Diputado federal por la vía de representación proporcional que le prometió Labastida Ochoa. Esa sería la primera ocasión que ocuparía una curul en el edificio de San Lázaro.
“El licenciado Labastida me invita a ser candidato a Diputado por este distrito, y luego, me ofrece ‘la pluri’ para que le ayudara en temas de la campaña nacional. Es así como llego a mi primera Diputación federal en el 2000”, reconoce.
-¿Ya tenían una relación?, se le pregunta a Rubén Félix, quien está sentado en una sala de juntas del Grupo Félix Desarrollos Inmobiliarios.
-La tenía, pero más que todo una relación de carácter familiar porque acuérdate que son familias de muchas generaciones de aquí, y tenemos esa relación por nuestros familiares.
El lazo de amistad entre los tres políticos se ha estrechado a largo de sus trayectorias políticas.
Malova llegó en 2006 al Senado como compañero de fórmula de Labastida Ochoa. Pero en 2010, luego de que el PRI le negó a López Valdez la candidatura a Gobernador de Sinaloa, el empresario ferretero se rebeló y renunció al partido político.
Luego convenció al Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo y Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano, para que lo abanderen como candidato a la Gubernatura. Aliado con otros priistas, Malova conformó un grupo de confrontación, le declaró la guerra al PRI y lo venció en las urnas.
Labastida Ochoa y Félix Hays fueron piezas importantes de ese grupo. Ambos operaron para que López Valdez se convirtiera en el Gobernador de Sinaloa.
“En el 2010, mi amigo Mario López Valdez, el hoy Gobernador, me pidió que lo apoyara. Él y yo tenemos una relación de hace muchos años, debido que él trabajó cerca de 18 años con mi familia”, reconoce Rubén Félix.
En aquella competencia electoral, Malova le confió a Rubén Félix la coordinación de la campaña a la Gubernatura en la zona norte de Sinaloa, el terruño de ambos políticos.
“Lo apoyé para que él ganara. Eso sin renunciar al PRI como muchos lo hicieron y que hoy están de vuelta. Pero bueno, yo fui de los afectados porque estaba muy caliente ese tema y, sobre todo, porque yo fui coordinador de la zona norte y aquí fue donde más duro le pegó a Vizcarra”, presume.
Dos años después de apoyar a Malova, a Félix Hays le “cobraron la factura”, pues el PRI le negó la candidatura a Diputado federal, que consiguió después por medio del Panal.
Y 5 años más tarde, la historia se repite, sólo que los papeles de los personajes se invirtieron. La disputa por la candidatura a la Alcaldía de Ahome rompió la relación entre López Valdez y Rubén Félix.
EL NEGOCIO MILLONARIO
Luego de comprar los lotes ejidales en junio de 2010 y conseguir los papeles que lo acreditan como titular en 2012 y 2013, Rubén Félix vende los predios a Gas y Petroquímica de Occidente, empresa propietaria de la planta de amoniaco.
“Compré terrenos a ese Ejido, Rosendo G. Castro. Y yo se los vendí… un día me llegó un abogado de México que le interesaba comprarme terrenos, yo me dedico a esto, como te expliqué, y yo les vendí esos terrenos, legalmente y transparentemente”, se defiende el empresario.
Catorce días después de fundarse, Gas y Petroquímica de Occidente, propiedad de José Eduvigildo Carranza Beltrán, compró un millón 394 mil 55 metros cuadrados que pertenecen al noveno humedal de mayor prioridad del país, en 100 millones 921 mil 561 pesos.
El panalista obtiene una amplía ganancia. Los avalúos determinaron el valor de las tierras ejidales en 807 mil 549 pesos, de acuerdo con la base de datos elaborada por Noroeste a partir de las escrituras públicas obtenidas en el Registro Público de la Propiedad.
Las operaciones de compra-venta de la reserva natural se realizan en dos días.
El 25 de noviembre de 2013, “Leovi” Carranza, amigo cercano de Labastida Ochoa y en calidad de representante de la empresa energética, adquiere ocho de los 13 lotes. Y un mes más tarde, el 28 de diciembre, le entregan los cinco terrenos restantes.
El 23 de abril de 2014, dos días después de que la Secretaría de Medio y Recursos Naturales autorizó que la planta de amoniaco se construyera dentro del polígono del Sitio Ramsar, Gas y Petroquímica de Occidente fusionó los 13 lotes que compró al empresario inmobiliario.
-¿Y qué pasa con el tema ambiental? Por ejemplo, creo que unos (terrenos) están en la planta, en la planta de amoniaco que están dentro de un sitio Ramsar, se le pregunta a Rubén Félix.
-Ese tema no es un tema mío… Yo no soy dueño de la planta. Yo no soy una autoridad para determinar si está dentro de un manglar, Ramsar, que tú me estás comentando, y punto. Yo compré y yo vendí, hasta ahí llegó mi participación.
-Porque llama mucho la atención que siendo un humedal… ¿sí se pueden adquirir este tipo de propiedades?
-…Ese lugar que yo adquirí tenía un título de propiedad, un certificado de propiedad por parte del Ejido, o sea, un certificado ejidal. Es una dotación que se las dio el Presidente de la República al Ejido Rosendo G. Castro y el Ejido Rosendo G. Castro me las vendió a mí, pero mucho antes de que lo decretaran Ramsar. Yo supe que era Ramsar hasta hace poco. No sé si me explico.
Pero Rubén Félix adquirió los predios un año después de que la Conanp lo declaró un Sitio Ramsar que custodia al humedal.
Y que después vendió a la empresa de “Leovi” Carranza, amigo de Labastida, para quien Félix Hays operó en la campaña presidencial y lo hizo Diputado federal “pluri”.