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Adrián López Ortiz

16/06/2016 - 5:08 pm

México desde Colombia

“Es hora de saber de qué estamos hechos”, dijo Alejandro Galvis, Presidente de Andiarios, la asociación colombiana de medios en la inauguración del Congreso Mundial 2016, organizado por la Asociación Mundial de Periódicos (WAN) en Cartagena.

inauguracion WNC16

“Es hora de saber de qué estamos hechos”, dijo Alejandro Galvis, Presidente de Andiarios, la asociación colombiana de medios en la inauguración del Congreso Mundial 2016, organizado por la Asociación Mundial de Periódicos (WAN) en Cartagena.

Y tiene razón. A la prensa del mundo le llegó la hora de replantearse la existencia. Esa “crisis existencial” pasa por el modelo de negocio, pero sobre todo por la brecha que existe entre el periodismo que hacemos y el que los consumidores esperan.

No es secreto que gigantes como Facebook o Google se han convertido en los grandes centros de consumo de contenidos. Contenidos que en la mayoría de los casos surgen de las redacciones de esos medios ahora en crisis. El reparto del negocio -dicen muchos- es desigual. Lo es, pero la razón del desequilibrio es puramente económica. Se llama “innovación”.

Quienes trabajamos para una industria en refundación, debemos ser capaces de comprender el momento histórico que nos toca vivir. Pero lo más importante: debemos ser capaces de pasar de la discusión a la acción.

A los medios nos cuesta demasiado trabajo experimentar. Nos cuesta, porque intentar implica la posibilidad de fallar. Y eso de reconocer los fracasos no nos gusta. Pero no queda de otra: o hacemos de la innovación una práctica común de nuestras redacciones y áreas comerciales, o los lectores jóvenes seguirán pensando que el periódico es esa “cosa” que sus papás leen en el desayuno.

Por eso la WAN ha desarrollado diferentes iniciativas para fomentar la innovación. Una de ellas es el “Programa de Fortalecimiento de Medios y Sociedad”, tanto para el área digital como para el empoderamiento de las mujeres al interior de las redacciones. El programa corre en cuatro regiones del mundo: África, Medio Oriente, Asia y  Latinoamérica, dónde participan Ecuador, Colombia y México.

Durante dos días cerca de 40 periodistas y ejecutivos pudimos repensar la manera en la que hacemos negocios e impactamos audiencias. Aprendimos con gente del Daily Mail y el Washington Post sobre metodologías que han funcionado en otros sitios y otras industrias. Esa fue también la discusión general durante el Congreso.

Creo que las respuestas no las vamos a encontrar al interior de nuestra industria, sino afuera: ¿qué están haciendo en industrias como las Tecnologías de Información, el Desarrollo de Software o la Administración del Servicio?

Pude luego compartir con Leonel Narváez, Director de la Fundación para la Reconciliación y creador de una metodología sobre perdón y reconciliación reconocida por la UNESCO que se aplica ya en muchísimos sitios de Colombia y algunos otros países de América. Conocí sus programas que tienen como ejes la educación en el perdón y la reconciliación, la hermenéutica de las emociones, la ética del cuidado y la justicia restaurativa.

Luego conversamos con Sabás Duque, un ex guerrillero colombiano que decidió acogerse al programa de favorabilidad jurídica, abandonar las armas y reintegrarse a la sociedad. Hoy Sabás va por todo Colombia en su silla de ruedas para aplicar la metodología de las Escuelas de Perdón y Reconciliación (ESPERE) con los afectados por la violencia. Como me dijo Sabás: “la puerta siempre esta abierta”, el programa atiende a víctimas y victimarios en la lógica de la reconciliación para restituir los vínculos sociales rotos y abrir posibilidades de futuro.

Al final, visité la redacción de El Espectador, el emblemático diario fundado en 1887 por Fidel Cano Gutiérrez. Ahora es dirigido por su bisnieto, Fidel Cano Correa y todos lo conocemos por su heroico papel frente al terror de Pablo Escobar. Conversamos un rato sobre los retos de los medios frente a la violencia, el narcotráfico y el poder político.

Los medios mexicanos tenemos ahora dos retos muy parecidos a los medios colombianos de hace 10 o 15 años: cómo reportar la violencia sin caer en el juego de los violentos; y cómo mantener los estándares profesionales y éticos frente a un poder político corrupto.

Colombia y México no son muy distintos en cuánto a seguridad. El Índice de Paz Global nos coloca en posiciones similares: 140 para México y 147 para Colombia. Pero cuándo uno escucha la experiencia colombiana en materia de prevención, de seguridad, de procuración de justicia y, sobre todo, de aprendizaje sobre el fenómeno, da la impresión que los mexicanos apenas vamos entrando, mientras que ellos van saliendo.

Colombia está por concluir su proceso de paz. Los colombianos con los que platiqué me insistieron en que si bien el proceso ha polarizado a la sociedad, su concreción es un hecho. En ese proceso los medios han jugado un rol vital en la construcción de una narrativa que hizo de la “paz” un concepto posible.

Vale la pregunta para los medios mexicanos: ¿Qué estamos haciendo para hacer de México un país más pacífico?

Las respuestas al modelo de negocio están en la innovación, las respuestas al periodismo parecen estar “fuera de la caja”: en hacer de México un lugar para una mejor convivencia. El mismo Fidel Cano lo escribió así: “… un periodismo que desde ya evolucione hacia los contenidos de contexto, hacia un lenguaje modificado y sanador, hacia un respeto por la memoria histórica en clave de reconciliación, en fin, un periodismo que sirva, a la vez que evoluciona, para que entre todos podamos construir un país en paz.”

Adrián López Ortiz
Es ingeniero y maestro en estudios humanísticos con concentración en ética aplicada. Es autor de “Un país sin Paz” y “Ensayo de una provocación “, así como coautor de “La cultura en Sinaloa: narrativas de lo social y la violencia”. Imparte clase de ética y ciudadanía en el Tec de Monterrey, y desde 2012 es Director General de Periódicos Noroeste en Sinaloa.

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