Rita Varela Mayorga
24/05/2016 - 12:00 am
Ah mexicanos, ¡qué pinche mal humor tienen!
El Presidente Enrique Peña Nieto acuñó en una entrevista con el diario La Jornada, publicada ayer, unas de esas declaraciones que hacen la delicia de los moneros y que a los reporteros y editores nos dan metros y metros de tela para cortar. El mal humor que los mexicanos nos cargamos por estos días, dijo […]
El Presidente Enrique Peña Nieto acuñó en una entrevista con el diario La Jornada, publicada ayer, unas de esas declaraciones que hacen la delicia de los moneros y que a los reporteros y editores nos dan metros y metros de tela para cortar.
El mal humor que los mexicanos nos cargamos por estos días, dijo el Jefe del Ejecutivo federal, tienen un origen claro: se ha generado en las redes sociales, que “han tenido impacto, sin duda, en el humor, porque obviamente hay expresiones de todo tipo. Libres. En México no hay censura de ningún tipo. Las redes han impreso, sin duda, un cambio al sentir social, al humor social, a las formas de expresión”.
Además, expuso el Primer Mandatario, esas aplicaciones digitales se han convertido en una plaza pública, en la que se escuchan distintas voces y expresiones.
“Tienen impacto en distintos segmentos de la población. Pueden ser opiniones bien fundamentadas o no”, expuso.
La interpretación de Peña Nieto sobre el malestar de los mexicanos, incluido un sentimiento de desánimo y rechazo a su administración, generó, como ha sucedido en casi todo su paso por el Gobierno federal, una reacción contraria a la que suponemos pretendía infundir.
Su explicación, imaginamos, tenía el objetivo de destacar los adelantos y la prosperidad que se ha alcanzado en estos casi cuatro años de su mandato: que “a todos, en términos generales, les está yendo bien”, que “estamos avanzando”, que la economía está creciendo “no a las tasas que quisiéramos, pero sí de manera relevante”, que el Sistema Nacional Anticorrupción “va a prosperar”, que no entiende “cuándo pasó el Gobierno a ser señalado culpable” en el caso Ayotzinapa…
Pero el resultado, decíamos, fue adverso, porque culpar a las redes sociales y a los usuarios que en ellas participan no es suficiente para desviar la atención del público en general y de los expertos en una realidad que, a gritos –con cifras y hechos–, le reclama a los gobernantes y a los funcionarios de todos los niveles por su ineficacia para combatir los grandes males del país, suficientes no para causar mal humor sino ira: impunidad, corrupción, peculado, conflicto de interés, violencia, desigualdad, pobreza, desempleo, violaciones a los derechos humanos, y un largo etcétera.
Ayer, entonces, hubo voces que reclamaron al Presidente pasar la culpa del pinche mal humor que nos cargamos los mexicanos a las redes.
Con todo el timing, dijeran los gringos, Antonio “Tony” Garza, ex Embajador de Estados Unidos en México [de 2002 a 2009] y ahora presidente de Vianovo, una firma internacional especializada en posicionar marcas e imagen ante la opinión pública, publicó un artículo donde afirma que los decepcionantes resultados de la administración federal “se deben a maniobras del Congreso, a un vacío en el liderazgo político, y a un enfoque obstinado (y un tanto desconcertante) sobre la economía a expensas de casi todo lo demás”.
Pese a que la popularidad del Presidente Peña Nieto ha caído a un mínimo de 30 por ciento, presumiblemente influenciada por las preocupaciones sobre el Estado de Derecho y el aumento de la violencia, “ha habido poca desviación en la estrategia y los mensajes administrativos”.
Tony Garza afirma que “no debería de extrañar entonces que México se encuentre de ‘mal humor’”, en referencia a las declaraciones de Enrique Peña Nieto.
“[Enrique] Peña Nieto y el resto de su Gobierno deberían empezar por las leyes y reformas contra la corrupción, por el futuro de los mexicanos y el futuro de su país. Aliviar las preocupaciones de los estadounidenses deberían ser más que un subproducto feliz de estos esfuerzos [anticorrupción]. Sin embargo, si los políticos no escuchan a los mexicanos y ajustan sus prioridades como realidades que evolucionan, es poco probable que el Gobierno proyecte una mejor imagen ya sea en casa o en el extranjero. Y, por desgracia, ninguna campaña de relaciones públicas será capaz de arreglar eso”, escribió Garza, quien bien podría asesorar a Peña Nieto, pues en lo que llama el “sentido de perspectiva” de su consultora destaca que parte de su ADN es “un buen sentido del humor y el entendimiento de la vida”.
Además, de acuerdo con un análisis liberado ayer por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), el “mal humor” de los mexicanos y específicamente de los consumidores –los que todavía pueden comprar–, se debe a sus perspectivas negativas sobre las condiciones económicas futuras del país, entre éstas la falta de recuperación del ingreso en los hogares, los empleos con salarios bajos, la informalidad, el aumento de la pobreza, el incremento de impuestos, la percepción de la corrupción y una creciente desconfianza respecto a la capacidad del Gobierno federal para impulsar la economía.
Será el sereno, pues, pero el mal humor que los mexicanos nos cargamos por estos días no nace en las redes sociales: ahí se expresa. El origen, lo sabemos bien, está en otra parte.
¡Buena semana, y nos vemos el próximo martes!
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