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Peniley Ramírez Fernández

20/04/2016 - 12:04 am

Las mentiras de Trump

Faltan 90 días para la elección del candidato del partido republicano a las elecciones de Estados Unidos. Entre el 18 y el 21 de julio en Cleveland, Ohio, los republicanos decidirán si Donald Trump será quien les represente ante un electorado que se polariza cada día, mientras las comunidades que han sido afectadas por el discurso del empresario endurecen su discurso y sus posturas.

A pesar de que la distancia entre Trump y el Senador por Texas Ted Cruz se acortó de 300 a 185 delegados de diferencia después de los últimos estados que celebraron elecciones primarias, el “mentiroso del año” se mantiene como el favorito para ganar la candidatura. Foto: AP.
A pesar de que la distancia entre Trump y el Senador por Texas Ted Cruz se acortó de 300 a 185 delegados, el “mentiroso del año” se mantiene como el favorito para ganar la candidatura republicana. Foto: AP.

Faltan 90 días para la elección del candidato del partido republicano a las elecciones de Estados Unidos. Entre el 18 y el 21 de julio en Cleveland, Ohio, los republicanos decidirán si Donald Trump será quien les represente ante un electorado que se polariza cada día, mientras las comunidades que han sido afectadas por el discurso del empresario endurecen su discurso y sus posturas.

Ocho meses atrás, en agosto de 2015, Trump echó al conductor de Univision Jorge Ramos de una conferencia de prensa. En el rostro pálido del magnate se mezclaban furia y desprecio. Ramos no es únicamente una de las 100 personas más influyentes de Estados Unidos según la revista Time y uno de los 50 líderes mundiales según la revista Fortune. Fue también la primera voz crítica que le dijo al precandidato, en español: estás mintiendo.

“Alguien le tiene que decir a este tipo que está loco, que deportar a todos los indocumentados es imposible. ¿Cómo los vas a sacar, cargados, en una carretilla, cómo?”, decía iracundo al teléfono mi padre -quien vive en Estados Unidos desde hace 17 años y es ciudadano americano- después del episodio de la conferencia de prensa.

A pesar de que la distancia entre Trump y el Senador por Texas Ted Cruz se acortó de 300 a 185 delegados de diferencia después de los últimos estados que celebraron elecciones primarias, el “mentiroso del año” se mantiene como el favorito para ganar la candidatura.

La batalla en el partido demócrata sigue encabezada por la ex Secretaria de Estado Hillary Clinton, pero el triunfo triple de Bernie Sanders en marzo en las primarias de Alaska, Hawaii y Washington, desdibuja la sonrisa de aquellos que aún a finales del año pasado tomaban a Trump como un chiste y a Clinton como una ganadora irreversible.

Las primarias que han colocado al millonario a la cabeza de la nominación republicana han sido vigiladas con una atención creciente por una comunidad que se indigna por sus comentarios racistas, misóginos, por sus planes de un muro en la frontera con México y su anuncio de que deportaría a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos.

Este discurso, sin embargo, le ha valido el apoyo de 744 delegados hacia la nominación republicana y de una comunidad de seguidores que se ha duplicado durante el último medio año, a juzgar por sus redes sociales.

Las posibilidades de Trump se tornan cada día más serias luego de que ganó la totalidad de los delegados en los estados de Florida y Arizona, donde el segundo grupo étnico de población es el hispano, según el censo de Estados Unidos.

En este camino a la candidatura sus siete millones de seguidores en Twitter y tantos otros miles que asisten a sus eventos no parecen tomar nota de que durante su precampaña, de cada 10 afirmaciones que Trump ha dicho en sus actos públicos, 8 son mentiras.

El calificativo como “mentiroso del año” fue otorgado al magnate en diciembre pasado por la organización Politifact, que ha seguido con un “mentirómetro” las afirmaciones de los candidatos.

Trump inició su campaña política con un anuncio en video en el que usó la frontera entre Marruecos y España como si fuera la de México y Estados Unidos. Cuando la prensa descubrió que los migrantes que corrían en el video estaban en Melilla y no en tierra mexicana, su campaña respondió que "el objetivo era mostrar lo que puede ocurrir en EU si no se construye el muro".

Esto no le afectó con sus seguidores, tampoco el hallazgo de la unidad de datos de Univision de que su plan para disminuir las visas temporales de trabajo contrastaba con sus propias prácticas. Las empresas de Trump solicitaron en los últimos siete años al menos 795 visas temporales para extranjeros. La mayoría eran mexicanos.

Trump mintió igualmente cuando escribió en su cuenta de Twitter que no había podido cobrar una demanda millonaria en México “por el corrupto sistema judicial mexicano”.

La demanda es un litigio que ha llevado durante siete años contra el empresario yucateco Rodolfo Rosas Moya para hacerse de unos terrenos en la paradisiaca ciudad de Playa del Carmen, en el Caribe mexicano. Una revisión de los expedientes que hicimos en Univision Investiga para el especial Deportation Inc muestra que ambos empresarios han ganado una parte de la batalla legal, que sigue en curso. Rosas Moya sugirió en una entrevista con Gerardo Reyes que la verdadera intención de Trump era quedarse con los terrenos.

La revisión de Politifact muestra mentiras aún más fehacientes. Trump dijo que en Estados Unidos el 16 por ciento de los blancos que mueren por homicidio fueron asesinados por blancos, y el 81 por ciento lo fueron por afroamericanos. Los datos revisados por la organización Politifact indican que en 2014 las cifras estuvieron justo al revés: 82 por ciento de los blancos fueron asesinados por personas de su misma raza y solo en el 15 por ciento de los casos, el asesino era de raza negra.

La práctica de los datos erróneos comenzó desde el anuncio de su candidatura, en junio de 2015. En su discurso de lanzamiento, Politifact encontró que todos los enunciados que analizaron de Trump eran mentira.

“No tiene caso ocuparse de las mentiras de Trump” escribió Michael Kinsley en Vanity Fair, con el argumento de que cualquier candidato que sobrevive una campaña presidencial se convierte en un mentiroso congénito.

La polarización en Estados Unidos no solo pasa por un ambiente cooptado por quienes ya no temen ser misóginos y racistas abiertamente, sino también por un personaje cuyas mentiras son consideradas por sus adeptos como “decir las cosas sin pelos en la lengua”.

Hay algo podrido en que estos hechos se consideren parte de la normalidad democrática de un país que se precia de tener una de las democracias más desarrolladas del mundo.

Peniley Ramírez Fernández
Peniley Ramírez Fernández es periodista. Trabaja como corresponsal en México de Univisión Investiga.

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