Las candidaturas independientes son un logro de la ciudadanía sobre los partidos políticos. Sin embargo su existencia no implica que quienes se postulen por esta vía sean moral o intelectualmente superiores a quienes compiten amparados por un instituto político: simplemente son personas con ambiciones políticas que buscan ser una alternativa competitiva. Para ellos aplican también los mismos controles.
Y más allá de la expectativa que generen por su novedad, es muy probable que sean altamente exitosos solamente para los ayuntamientos, toda vez que ahí tienen arraigo y responsabilidades claras. Por otra parte quizás sean solo testimoniales en los órganos legislativos porque su voto no tiene importancia, salvo que hablemos de escenarios de enorme dispersión. Casos como el de Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, serán excepcionales: se requiere mucho hartazgo popular y fondos que no todos tendrán. ¿Candidato independiente competitivo para la Presidencia de la República? Habrá que ver cómo las personalidades que tienen esa ambición se desempeñan en estos meses.
Pero más allá de las especulaciones, sería importante poner en la lupa a los ediles independientes que ganaron durante las elecciones de 2013 y 2014, pues serán los primeros cuyas gestiones se sujetarán al juicio ciudadano antes de 2018. Hablamos de Raúl de Luna Tovar, quien ganó por el municipio zacatecano de General Enrique Estrada hace tres años, e Hilario Ramírez, “Layín”, por San Blas en Nayarit. Los independientes que ganaron un cargo de elección en 2015 serán evaluados hasta las elecciones federales.
¿Verán los electores de General Enrique Estrada y San Blas un cambio con ediles independientes, para querer continuar con esa experiencia? ¿O sólo alcanzó una ocurrencia en campaña como decir que se “robó poquito” para estar ahí?
Más allá de la fascinación independentista hoy en boga y antes de creer que pueda ser una solución para los problemas del país, conviene tener una mente escéptica y voltear a ver a las experiencias que ya existen y que serán juzgadas en 2016 y 2017. De eso se trata ser ciudadano: de vigilar, contrastar y juzgar con base en evidencias existentes.
